viernes, 6 de junio de 2025

Reconocer al extraño. Sobre Palestina y el relato Isabella Hammad

https://letrascorsarias.com/tienda/ensayo/reconocer-al-extrano-sobre-palestina-y-el-relato/ Escribe Isabella Hammad en Reconocer al extraño, que una investigadora que realizaba en Londres un proyecto de historia oral sobre la diáspora palestina en la segunda intifada le contó una historia ocurrida durante una entrevista. Mientras hablaban, apareció en la pantalla de televisión una figura femenina gimiendo de pesar y la mujer entrevistada exclamó “¡Soy yo, soy yo!”. No era ella, pero sintonizó con su sufrimiento. La mujer que respondía las preguntas resultó ser la abuela de Hammad. En aquel momento, Isabella se echó a reír: “Mi abuela es muy melodramática. Al reflexionar ahora sobre el episodio, vuelvo a sentirme conmovida. Qué conexión más pura, reconocerse en la mujer de la televisión, experimentar la distancia entre ambas no con indiferencia, sino como otro componente de su dolor (…). Quienes no estamos allí, quienes somos testigos desde lejos, ¿de qué modo nos mutilamos para soportarlo? Seguir siendo humanos en esta tesitura es permanecer en el sufrimiento. Mantengámonos allí: es el sitio más sincero desde el que hablar”, escribe Hammad. Este pequeño ensayo, que lleva por subtítulo Sobre Palestina y el relato, parte de una conferencia que la novelista británica –autora de El parisino– pronunció en la Universidad de Columbia en memoria de Edward W. Said, quizá el intelectual que con mayor inteligencia pensó acerca del imperialismo, el Sur y la otredad. El pensamiento de Isabella Hammad es brillante, sólido, con una prosa transparente que se enfoca sobre el concepto del reconocimiento, sus usos y sus límites. Desde los momentos epifánicos del conocimiento súbito e irreversible de la verdad en las tragedias griegas hasta la toma de conciencia de problemas que nos conciernen a todos y cómo esa pedagogía puede o no desembocar en acciones concretas. “Reaccionar enérgicamente no es lo mismo que comprender y tampoco es lo mismo que hacer algo”, cita a Maggie Nelson. ¿En qué punto del relato estamos?, se pregunta. El momento es descorazonador: “¿Qué habría dicho Edward Said de un mundo en el que pedir un alto el fuego es motivo de polémica en las democracias occidentales?”, dice. ¿Hemos traspasado un límite en la tolerancia a la impunidad del que ya no podremos regresar fácilmente? ¿Cómo pensar en la construcción de un mundo más justo mañana si los derechos humanos están siendo aplastados ante la pasividad de los organismos internacionales que se crearon para garantizar que la Segunda Guerra Mundial no volviera ocurrir? ¿Están apoderándose de todo quienes se alimentan de la confrontación, el caos y la ley del más fuerte? ¿Hasta cuándo, hasta dónde? Preguntas desde aquí nacidas de un malestar constante que se suman a las de Hammad cuando analiza, en un epílogo a la conferencia, la situación actual de Palestina y que podría resumirse en la cita de Mahmoud Darwish que abre el libro: “Gaza no incita a reflexionar fríamente; más bien incita a explotar y a darse de bruces con la verdad”. De todo lo mucho que hemos leído recientemente sobre el genocidio, nos parece uno de los puntos de vista más valiosos.

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