Pueblos Buenos Aires
Bar La Tranca (Cura Malal) Cnel Suarez
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el dispensador dice:
algo me detuvo,
no sé si fue la sed,
o quizás el espanto,
padecía de nostalgias,
exhibiendo ciertos llantos,
a veces suenan como cantos,
a veces la congoja te hace trizas de desencantos...
vi algunas cosas que me llamaron,
radios, planchas, lámparas, algunos platos,
creí reconocerlos en lo inmediato,
aunque había un reloj que estaba parado,
vaya a saber desde dónde,
vaya a saber desde cuándo...
te aseguro que la congoja,
a veces me salaba el llanto,
pero de eso se trata el recuerdo,
cuando te vienen golpeando...
el lugar me resultó familiar,
como si fuese de vieja data,
todavía guardo la imagen,
de las traiciones hecho ratas,
que corriendo por los tirantes,
se escabullían mentiras mediante,
hay cinismo en la hembra de mal talante,
cuando se le apuesta a un solo culpable,
donde a veces el inocente,
termina siendo ejecutable...
capacidades deleznables,
de almas consumidas en sus ignorancias,
que también son sus barbaries...
me quedé observando la lámpara,
esas vieja y colgante,
detrás estaba Gardel,
al que parecía escucharse,
latas viejas de galletas,
que parecían convocarme,
hay cosas que se te pegan,
mientras alguien disfruta en maltratarte...
me cobijé en mis adentros,
esos que suelen salvarte,
te juro que sé de silencios,
pero mucho más de callarme,
no es bueno someter a la vergüenza,
a aquellos que diciendo amarte,
sólo pretenden matarte,
para luego correr a encamarse,
con el orgasmo de apuro,
donde la mentira parece extinguirse,
mientras el gemido semeja apagarse...
qué lindo esto de la soledad,
sacarse el ego para liberarse,
de pronto uno se encuentra con cosas,
que aunque ajenas parecen sonarle,
alguna vez anduvieron cerca,
tanto como el genio despierta en el arte,
cuando sabes de barros cocidos,
la alfarería parece amarte...
y se me juntaban los recuerdos,
que llegaban para atosigarme,
he dejado tanto por detrás,
que aún me queda un todo por delante...
al asir la damajuana,
pensando en emborracharme,
me dí cuenta que la copa,
estaba intacta y sin vaciarse,
algo me impedía beber,
para que el pasado no se desarme,
ni he pensado en volver,
porque quien miente una vez,
seguro volverá a traicionarte,
y no es prudente darle la oportunidad,
para que la lanza vuelva a atravesarte,
es mejor dejar el pasado por detrás,
y mirar el horizonte que se despeja por delante...
de a poco me fui alejando,
con el alma atada para que no se espante...
cuando la distancia se convierte en lejanía,
el ángel que te antecede,
te habla para calmarte...
nada nos pertenece en esta vida,
mucho menos aquello que se escuda tras la palabra "amarte",
cuando eres parte de una apuesta,
perderla te habilita a salvarte.
y eso que me detuvo,
fue lo que sirvió para empujarme,
desde entonces no he vuelto a parar,
vivo despierto para no soñarme.
AGOSTO 07, 2016.-
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