CAMINO DE REGRESO 4
Viaña Silvia
el dispensador dice: a veces no se puede evitar lo inevitable, pero casi siempre no se debe evitar lo inevitable, porque evitándolo sólo se produce una paradoja del espacio-tiempo que embarra las circunstancias demorando lo que de todas formas va a suceder, más tarde, pero con seguridad absoluta... ¿por qué?, bueno, porque así funciona el destino de cada quien... donde hay geometrías planas y otras llanas, hay geometrías del espacio con terribles relieves y peores desniveles, y cada una de ellas guarda un sentido aún cuando se las niegue o no se las quiera ver ni aceptar... allí es donde toma entidad la consciencia, y cuando su voz no es atendida... páfate... o se interfiere con lo que debía ser y no fue... o se precipita el hecho... o simplemente se lo demora hasta que el reordenamiento de las energías conduce a la "convergencia" inevitable... entonces aquello que debía pasar, finalmente ocurre... porque aunque no lo creas, todos descendemos a la Tierra con un destino escrito para un motivo también escrito... desde luego, que esté escrito no quiere decir que suceda, porque para que eso suceda (se produzca) deben confluir dones y talentos adosados a un tiempo y a un espacio... algo semejante a la semilla que se entierra en suelo apropiado para que se traduzca en brote y más tarde en planta... en todo caso, cada espacio-tiempo guarda su motivo así como cada dimensión hace lo propio... de allí que haya portales y umbrales... de allí que haya superposiciones inexplicables... de allí que haya simultaneidades que parecen recordarse... de allí que haya imágenes que son como flashes dentro de la memoria del karma, resonando en el aura, que modifica su brillo y su color haciendo evidente que algo está aconteciendo con esa alma... los salares permiten ver reflejos y destellos de las auras ajenas, pero para eso debes haber aprendido a verlas, no con los ojos, sino con los ojos del alma... un tercer ojo que puede ser más de un cuarto... no debes omitir que los salares son residuos secos de la historia humana, lugares donde el pasado se conjuga con un presente ininteligible para casi todos, pero bien identificable para algunos, humanos y no humanos, de esos que pululan por la Tierra...
las sales guardan secretos que son legibles para pocos e ilegibles para muchos... de allí la importancia del factor cristalino y los elementos que lo integran... al igual que la importancia que conceden las alturas a las almas que transitan por ellas... ¿por qué en los Himalayas las gentes nacidas allí pueden respirar sin dificultad y pueden encarar trepadas imposibles para los occidentales de las almas densas y los pies pesados?... ¿por qué en los Himalayas no hay gentes enfermas de afecciones respiratorias aún viviendo en condiciones paupérrimas?... ¿por qué en los Himalayas las personas superan la media de cien años de vida sin siquiera padecer un resfrío?... ¿qué genes hay en ellos que los diferencian del resto de los mortales?... ¿por qué el monje tibetano se durmió en el sueño eterno sin que su cuerpo se deteriorara como sucede con otros mortales... permaneciendo en oración?... ¿por qué en el Salar del Hombre Muerto, el espíritu aguarda porque lo rescaten?... el hombre pasa por la vida sin darse cuenta que debe vivirla y que hacerlo no implica acumular bienestares y monedas, sino de transformarla en un huerto donde deben sembrarse sentidos y sentimientos, sapiencias y talentos, solidaridades y misericordias, compasiones y afectos, porque aunque no lo creas, cada uno de ellos son semillas que deben brotar en el huerto de cada quien, para lo cual es necesario entender de tierras y de oxígenos y nitrógenos, asumiendo que debes dar sin pedir nada a cambio... porque de aquí no te llevas más que los afectos genuinos, los sembrados y los recogidos... nadie se lleva monedas ni bienestares... nadie se lleva placeres o sexos... nadie se lleva palabras ni intenciones... sólo afectos que van impregnados en el alma... es curioso, en los Andes acontece con las gentes de altura lo mismo que ocurre en el Himalaya... las gentes viven más años que aquellos que viven portando cinismos y envidias, y además de recorrer más tiempo físico y biológico, respiran simplezas aceptando de sus destinos aquello que se les concede, porque lo simple coincide con lo sencillo y ambos con lo inocente... el cinismo no salva y la envidia tampoco... pero ¿cómo hacérselo entender a los cínicos y cómo a los envidiosos?...
ya te lo dije... nada es casual, y todo es causal... ya que el tiempo de cada persona responde a una ecuación matemática cuántica que guarda un sentido cósmico y otro cosmogónico, donde las estrellas que ves juegan un papel angular, y donde las estrellas que no ves juegan un papel fundamental, por eso los antiguos mayas les daban tanta importancia a los años de nueves meses... triangulares... porque si el ser demora nueve meses en madurar su cuerpo en el vientre de su madre, el alma ya está madura en el preciso momento en que es engendrado... porque el cuerpo es sólo un préstamo acondicionado a las circunstancias por venir, pero el alma está en un tránsito de karma eterno... quien aborta arranca el germen pero no evita el alma por lo que la paradoja se hace presente, creando un hueco del destino incumplido que debe acomodar las piezas de un tablero universal que deben reordenarse para que lo escrito se cumpla... ¿cómo hacérselo entender a una civilización utilitaria que se precia por lo denso de su espíritu?... ¿una civilización atrapada entre apuros y urgencias?... ¿gentes que necesitan tener la última expresión del bienestar electrónico para poder seguir respirando a un día siguiente que quizás nunca llegue?... ¿gentes que necesitan estar cogiendo para saberse vivas?... ¿gentes que necesitan enunciar un amor que no sienten pero en el que se consumen y se mienten a sí mismas?... en algún momento algo se quiebra y todo lo que componía la paleta de las segundas intenciones, aflora, brota incesante, y pone en evidencia la miseria humana y la desesperación por tener, por poseer, por adueñarse, por disponer para poder lavar propias carencias... la sal otra vez juega su rol cristalino... salva o condena... ya que desde el más allá todo se ve... todo se aprecia... desde la inocencia hasta la sencillez de la simpleza...
descendí por la ladera como quien sube sin escalera... lo bueno del mundo es que ten enseña cuando compartes la rutina, no así cuando apareces como visitante de urgencias turísticas donde estás corrido por horarios y compañeros de viaje que te vienen hablando de cosas que matan el tiempo y llenan horas con nada... perdiéndose el concierto de lo bueno... la imagen sin foto... la imagen que se impregna en el alma... el aroma del lugar respirado e inolvidable... ese raro olor a mar de ancestros perdidos y otros extraviados que exhalan los suelos repletos de historias desconocidas pero que pueden sintonizarse según la sensibilidad del alma dispuesta... permeable a la enseñanza donde la inspiración está presente para aquel elegido que desee tomarla sin aprovecharse de ella... a veces regresas, a veces no... no sabes de qué depende la diferencia... tal vez debiste ver algo que no tuviste en cuenta... tal vez dejaste pasar algo que era un detalle a no perderse... los ancestros juegan papeles singulares cuando la vida concede oportunidades únicas... repetibles o irrepetibles... únicas...
tomé un puñado de sal y sentí que no me conformaba... tomé otro puñado de sal y me sucedió lo mismo... comencé a sintonizar magnetismos de cristales y mi alma, y allí comencé a sentirme mejor, entendiendo que la sal que recogía quería serlo por mis manos... juntarnos... congregarnos... aceptarnos mutuamente por un vaya a saber por qué y para qué... desde entonces lo he practicado con sales y arenas, y hemos sido felices en conjunción con los planetas alineados... ¿el motivo del encuentro?, no importa, somos uno porque el más allá lo dispuso para el siempre jamás, y eso es suficiente...
me dejé resbalar por la ladera... a sabiendas que la sal me espera... hay algo allá abajo que me llama, y aún no comprendiendo el lenguaje sé que debo ir... levitando... y soy yo mismo desprendido de un cuerpo envejecido que permanece absorto, mirando... todo continúa a pesar de estar liberado...
hay óxidos y azufres, cobres y oros ocultos en las fuentes del "oculto resguardado"... muchos pasan sin ver nada, fotografiando lo que ni siquiera recordarán a pesar de haber estado y de haber pasado... habrán perdido la oportunidad que se les concedió para "ver algo"... nunca debes desdeñar el ser llamado...
finalmente descendí por la ladera opuesta, esa que se opone al lado de las siestas... bajé llevando en mi consciencia que la sal, algo de ella, mucho de ella, corría por mis venas, desconociendo el motivo de semejante cristal y de semejante estrella... sentía que esa sal era un componente ancestral en mi ADN... y que lo que unía era mucho más que la eternidad "eterna"... y fui feliz, y no quise volver la mirada para seguir presente encarando la ausencia. Todo lo revelado ya estaba en mí... ¿qué más se puede pedir?... que tener consciencia...?. AGOSTO 21, 2016.-
dedicado a mi cristal de roca.-
ah!, las fotos son propiedad de Silvia Viaña, que ha comenzado a despertar.
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