La Fiesta del Medio Otoño y los pastelillos de la Luna
La Fiesta del Medio Otoño reúne tradicionalmente a las familias chinas para contemplar la luna llena y comer unos famosos dulces redondos rellenos. Se celebra el decimoquinto día del octavo mes del calendario lunar, que en 2018 coincide con el 24 de septiembre.
La Fiesta del Medio Otoño se celebra el decimoquinto día del octavo mes del calendario lunar y debe su nombre a que cae precisamente a mediados de otoño, generalmente en el mes de septiembre del calendario gregoriano, que es cuando coincide con la luna llena. Los chinos conocen popularmente esta festividad como la “fiesta de la reunión”. Así, mientras admiran en familia la extraordinaria redondez de la luna, se cuentan anécdotas sobre sus andanzas mientras cenan y degustan los famosos dulces redondos llamados yuebing o pastelillos de luna, rellenos de pasta de judía roja de soja, semillas de loto con un huevo salado de pato –cuando se corta el pastel por la mitad aparece la figura redonda de la luna- o frutos secos. La redondez de la torta lunar representa la reunión familiar, es decir, la felicidad y la satisfacción completas.
En la antigüedad, para rogar buenas cosechas a las divinidades celestiales, los soberanos solían interpretar piezas musicales dedicadas a la luna cuando ésta estaba llena el octavo mes. En China existe un dicho popular que dice: al mediar el otoño es cuando más brilla la luna.
La costumbre de comer los pasteles de luna tiene una historia bastante larga y se remonta a la dinastía Zhou (1050-256 a.C.), con su origen en una ceremonia de ofrecimiento de sacrificios a la “reina de la noche”. También en el Período de Primavera y Otoño (770-403 a.C.) encontramos referencias acerca de las celebraciones en honor a la luna. La primera declaración de un Festival de la Luna surge de un edicto imperial durante la dinastía Tang(618-907). Sin embargo, no existe una indicación histórica precisa acerca de cuándo se inició la tradición de comer los pasteles de luna. Los gobernantes de la dinastía Yuan (1279-1368), para asegurar su dominio y evitar sublevaciones, impusieron la orden imperial de que cada diez familias usara un solo cuchillo en su vida cotidiana, consiguiendo de este modo que la gente no tuviera armas de metal. Estos mongoles, a quienes se les llamaba popularmente como los Dazi, perpetraban toda clase de maldades. Zhu Yuanzhang, líder del movimiento rebelde, y su consejero Liu Bowen, concibieron la idea de que todos los vecinos se regalaran mutuamente pastelillos de la luna en vísperas de la Fiesta del Medio Otoño. Dentro de cada una de las tortas pusieron una pequeña octavilla con las siguientes palabras: actuemos todos el decimoquinto día del octavo mes para matar a los Dazi y acabar con la dinastía Yuan. De esta manera los insurrectos incitaron a los vecinos al levantamiento popular. Tal como se había previsto, a la media noche y mientras los mongoles dormían tranquilamente acostumbrados al jolgorio de los chinos en ese festival, estos últimos se alzaron en armas contra el invasor foráneo, expulsándolo a su territorio natal más allá de los confines de la Gran Muralla. Posteriormente, Zhu Yuanzhang fundó la dinastía Ming (1368-1644). A partir de este momento, la práctica generalizada de obsequiar tortas entre el pueblo chino en vísperas de la fiesta se ha mantenido como una costumbre ya enraizada.
Para esta fiesta tan popular, los chinos han inventado muchas leyendas mitológicas. Una de las más conocidas es la que dice que en la luna vive una bella dama, esposa de Hou Yi, personaje mitológico que derribó con sus flechas nueve de los diez soles que existían en su tiempo y que perjudicaban los cultivos.
Para premiar su gran labor, la Reina de la Corte Celestial, le regaló una pócima capaz de hacerlo inmortal. Pero la bella dama, conocida con el nombre de Chang’e, lo probó a sus espaldas volando hasta la luna, donde se quedó para siempre.
Así, la bella dama pasó a ser la dueña del Palacio de Cristal de la Luna donde hay un conejo de color de jade y otros personajes mitológicos que la acompañan y que machacan hierbas medicinales todos los días.
Referido a esta leyenda, los populares versos del gran poeta Su Shi (1037-1101) dicen así: ojalá mi ser querido sano y salvo, comparta en este momento conmigo la luna plena, aunque nos separa una distancia de mil li.
Con el transcurso del tiempo se perfecciona y sofistica la elaboración de la torta de la luna. Así, para el relleno se usan ahora diversos ingredientes, tales como pipas, nueces, azúcar, cacao, chocolate, sésamo, queso, jamón, helado, etc. Lo que sí es bien cierto que se ha convertido en un regalo imprescindible entre los chinos cuando visitan a sus familiares y amigos o, incluso, en el trabajo.
Este dulce indispensable para la tradicional ocasión no es difícil de preparar; por lo general se hace de una masa de harina con aceite, agua y sal, se envuelve el relleno, se coloca en un molde y se cocina en el horno, aunque generalmente la gente lo compra en los supermercados envueltos en cajas con adornos y bellas pinturas chinas.
Una de las cosas más sorprendentes que tiene este pastel es la preparación del relleno, ya que cada región y provincia de China tiene sus propias costumbres y tradiciones culinarias para la receta. Además de sus sugestivos rellenos, también cuentan con un llamativo decorado en la tapa compuesto por algún auspicioso carácter chino, tales como felicidad, longevidad, armonía y otros buenos deseos, acompañados por lo general de imágenes florales, conejos u otros dibujos artísticos.
Variedades del Pastel de la Luna
Existen muchas más versiones del Pastel de la Luna, ya que cada provincia de China tiene su forma peculiar de prepararlos –la de Beijing, Suzhou, Cantón, Chaoshan, Ningbo o Yunnan- e, incluso, se elabora en el extranjero. Como hemos visto, en algunas regiones de China la cubierta del pastel es más suave, en otras es más quebradiza, y todas tienen distintas decoraciones, pero podemos decir que resulta casi imposible decidir con cuál quedarnos y cuál es más deliciosa. Por suerte, tenemos Pastel de la Luna para todos los gustos y paladares, eso sí, una sola vez al año.
Pastel de la luna de judía dulce / 豆沙月饼 / dousha yuebing
Varias pastas de judía son utilizadas como relleno habitual en los pastelillos de la luna, aunque el confeccionado con judía de haba de soja es la más común. Su relleno azucarado se conserva durante mucho más tiempo y con más facilidad.
Pastel de la luna de los cinco frutos secos / 五仁月饼 / wuren yuebing
Su relleno consiste de una pasta de cacahuete, nueces, pipas de calabaza, almendras y sésamo aglutinados con jarabe de maltosa.
Pastel de la luna al estilo de Su / 苏式月饼 / sushi yuebing
Es una receta original de la región de Suhang (es decir, las ciudades de Suzhou y Hangzhou). Este pastel de la luna tiene una capa exterior muy suave y crujiente y es de color blanco con figuras de gran belleza que la decoran.
Pastel de la luna de semilla de loto/ 莲蓉月饼 / lianrong yuebing
Esta deliciosa receta es más utilizada en provincias como Cantón y Hong Kong. Es sabido que la crema de semillas de loto tiene un aroma y un sabor muy exquisito y agradable, y además en esta receta el relleno se complementa con uno o dos huevos de pato salados dentro. Esta receta es una de las más elegidas por el pueblo chino.
Pastel de la luna de hielo / 冰皮月饼 / bingpi yuebing
Esta es una especialidad de Hong Kong, y a pesar de que se llama así, en sus ingredientes no tiene hielo, sino que su apariencia es muy blanca y con una textura muy similar al hielo.
Pastel de la luna salado con carne de vaca / 牛肉月饼 / niurou yuebing
Rellena de carne vacuna y salsa de soja.
Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.Número 2. Volumen II. Septiembre de 2010.Ver / descargar el número completo en PDF
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