domingo, 7 de abril de 2019

¡Shazam!: Regreso a la pureza del corazón | Cultura | EL PAÍS

¡Shazam!: Regreso a la pureza del corazón | Cultura | EL PAÍS

Regreso a la pureza del corazón

Un trabajo que se esfuerza constantemente por defender su propia personalidad distintiva, pero no puede sortear del todo los peligros

'¡Shazam!'
Imagen de '¡Shazam!'.
En la portada del número 21 de sus aventuras, publicado en 1943, el superhéroe hoy rebautizado como ¡Shazam! –pero entonces aún conocido como Capitán Marvel- se enfrentaba a Adolf Hitler iluminando su medrosa figura con un arma implacable: el Rayo de la Honestidad. La portada del número 31, aparecido en enero de 1944, se centraba en un Capitán Marvel pensativo, con sus versiones angélica y demoníaca, encarnaciones de su buena y mala conciencia, susurrándole consejos en cada oído. El trazo caligráfico y redondeado de su dibujante C. C. Beck devuelve al lector contemporáneo ecos muy ajenos a la concepción del superhéroe posmoderno: la estética se coloca a medio camino entre la flexibilidad del cartoon y la transparencia de la línea clara. El personaje fue hijo de los cuarenta, una década en la que el arquetipo del superhéroe estaba en su edad de la inocencia, como cristalización de un idealismo colectivo que se definía en la pureza de corazón. La invocación mágica que convertía a un niño en superhéroe era un acrónimo de valores mitológicos –Salomón, Hércules, Atlas, Zeus, Aquiles y Mercurio- y la frontera del lado oscuro la trazaban los siete pecados capitales.

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