Javier Reverte: Inocentes en el extranjero, de Mark Twain
Creo que el verano es una buena ocasión para leer un libro de 1870 que no ha pasado en absoluto de moda: Inocentes en el extranjero, de Mark Twain. El escritor tenía 35 años cuando publicó este relato sobre su periplo en crucero por Europa y Tierra Santa, y en su trabajo se aprecian, sobre todo, dos de las mejores cualidades del autor: la capacidad descriptiva del entorno y su agudo sentido del humor, a veces hilarante. Es un libro que hace reflexionar, soñar con viajes y reír a mandíbula batiente. ¡Qué difícil mezcla, sólo al alcance de los genios! Dice, por ejemplo, del curso del Arno, en Florencia: “Sería un río agradable si le añadieran agua”. Pura literatura, puro viaje.
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