El sagrado lago Qinghai
El lago Qinghai (青海湖), situado en el noreste de la provincia del mismo nombre, es el lago endorreico, es decir, sin salida fluvial al océano, más grande de China y también el mayor lago de agua salada del país. Se encuentra en una región habitada por mongoles y tibetanos. Su nombre en mongol es Kokonor, que significa “océano azul”, mientras que en tibetano es Tsongon Po, “lago turquesa”.
A este paraje emblemático de la provicia de Qinghai lo envuelven los montes Riyue (日月山) al este, y Nan (南山) al oeste, al sur la cima Xiangpi (橡皮山), y al norte la cumbre Datong (大通山). Entre esos picos y el lago existe una vasta pradera cuya hierba ondea suavemente con el viento. Aquí, las montañas, el prado y el agua se fusionan y dibujan un hermoso paisaje.
La transparencia de sus aguas ha dado lugar a numerosas leyendas y las historias que cuentan sus pobladores son las más apreciadas. Por ejemplo, la que narra que antes de la existencia del lago Qinghai había en estas tierras un manantial que saciaba la sed de sus habitantes. Todos acudían aquí a beber agua pero una norma estipulaba que, cada vez que lo hicieran, debían cubrir con un bloque de piedra el agujero del cual manaba el agua, para evitar una gran catástrofe. Según la tradición, un ministro fue incriminado y expulsado de su puesto, lo que le condujo a exiliarse a este lugar con su hijo. Un día en que el niño estaba sediento, su padre le dijo que más adelante había un manantial pero le advirtió que, después de beber, debía cubrirlo con el citado bloque de piedra. El joven fue con ilusión al manantial y se agachó para beber, pero la dulce y cristalina agua le hizo olvidar la advertencia de su padre. Al alejarse, oyó a sus espaldas el sonido de una enorme ola. El surtidor fluía con fuerza y, en un instante, se formó un pequeño estanque. Padre e hijo corrieron para salvar sus vidas, pero la corriente era cada vez más grande y les alcanzó a ambos mientras escapaban. En un abrir y cerrar de ojos, miles de kilómetros de pradera se convirtieron en un gran océano. Este suceso alarmó a los inmortales del cielo, que movieron una montaña de la India para cubrir el agujero. Así es como se formó el lago Qinghai y el macizo que cubrió la hendidura es el monte Haixin, situado en su centro. En la leyenda de la montaña Kunlun, Qinghai era el lago de jade más grande perteneciente a Xi Wangmu (西王母; la Reina Madre de occidente, personaje de la mitología china). En este lugar es donde cada año, en el sexto día del sexto mes del calendario lunar, ella celebra el “banquete de los melocotones” (蟠桃盛会) e invita a los dioses inmortales.
El origen de estas leyendas es incierto, pero contribuyen a imprimir un halo mágico a este hermoso lago. Actualmente, todos los años se lleva a cabo aquí una gran ceremonia religiosa en la que se venera a los dioses para obtener su bendición. Todo ello se interpreta como una muestra de respeto a la naturaleza y una importante manifestación de las creencias y las costumbres culturales de esta zona.
El paisaje del lago Qinghai cambia drásticamente con cada estación. En el mes de octubre empieza a nevar en las montañas que lo rodean, al tiempo que se acumula la nieve en las cimas y se forma en el cielo azul un bonito y plateado velo. Durante el periodo que va de noviembre hasta marzo, sus aguas se mantienen congeladas y las montañas están envueltas en mantos plateados. Durante esa época los cisnes descansan aquí, volando sobre este mundo de hielo y nieve, como salidos de un cuento de hadas. Con el comienzo del mes de abril, la superficie empieza a derretirse, lo que causa un estruendoso crujido al romperse en las gélidas aguas y ofrece una espectacular imagen que anuncia la llegada de la primavera. De abril a junio, las aves migratorias anidan aquí y se alimentan de sus peces. En julio y agosto florecen las colzas que dan lugar a un mar de flores amarillas, que contrastan con el azul del lago y rinden un paisaje espléndido.
Las hermosas vistas del lago atraen a numerosos turistas que disfrutan de su peculiar enclave. Desde el año 2002 se celebra anualmente, entre los meses de junio y agosto, la conocida como “Vuelta al Lago Qinghai” (环湖赛). Una dura prueba ciclista que se caracteriza por su elevada altura sobre el nivel del mar, sus largas distancias y sus pendientes, y que se ha hecho un hueco en la temporada de ciclismo asiático con varias jornadas y un gran nivel de exigencia deportiva. También es el certamen internacional de ciclismo a mayor altitud que existe en el mundo. Debido a su vistoso paisaje, esta maravillosa vuelta ciclista atrae todos los años a muchos espectadores.
El lago Qinghai no solo ofrece innumerables paisajes y leyendas, sino que también es un paraíso para los amantes del ciclismo y la fotografía. Su mezcla de culturas y sus múltiples historias han dejado aquí una huella perenne.
Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.Número 40. Volumen I. Enero de 2017.
Ver / descargar el número completo en PDF
Ver / descargar el número completo en PDF
No hay comentarios:
Publicar un comentario