Todo sobre el té chino
El té chino fue el origen de una bebida que se ha extendido por todo el mundo, ya que la exportación de la planta de té (Camellia sinensis) se inició hace más de 2000 años. En China el té ha desarrollado su propia cultura y es habitual ofrecer una taza a los invitados como muestra de cortesía y respeto.
Sin lugar a dudas, el té es una de las tres bebidas más importantes del mundo junto con el café y el cacao. La gran afición que muestra el pueblo chino por el té justifica el papel imprescindible que desempeña esta infusión en la vida cotidiana. Un buen reflejo de esta costumbre es el habitual ofrecimiento de una taza de té chino a los invitados como muestra de cortesía y respeto, razón por la cual el té ya no se considera simplemente una bebida, sino que ha desarrollado su propia cultura.
China, origen de la planta de té (Camellia sinensis) de la que procede la infusión, fue el primer país en desarrollar a partir de este arbusto una bebida que se ha extendido por todo el mundo. Hace miles de años se localizaron plantas de té en diversas provincias chinas sureñas, tales como Yunnan, Guizhou o Sichuan, donde todavía se conserva la tradición milenaria de elaborar los brotes u hojas de té. Otros países, en los que también se cultiva esta planta, han introducido de manera directa o indirecta las semillas o brotes desde China, así como las técnicas de recortar y elaborar sus hojas, a fin de desarrollar su propia producción de hojas de té.
Existe una variedad de denominaciones para esta bebida, tales como míng (茗) o chá (茶), la más usada. El caracter chino 茶 apareció por primera vez en el manual de medicina china titulado El libro de las hierbas de Shennong. Pero, ¿a partir de qué momento se convirtió el té chino en una bebida popular?
Durante la dinastía Zhou del Oeste (1027-771 a.C.), el té se utilizaba exclusivamente como ofrenda hasta el Periodo Primavera y Otoño (770-403 a.C.), cuando los brotes frescos se consideraron como un tipo de verdura y más tarde, en el periodo de los Estados Combatientes (403-221 a.C.) se convirtió en una planta medicinal usada como infusión tras hervirse. Posteriormente, durante la dinastía Han del Oeste (206-25 a.C.), el té constituyó una de las mercancías principales en el comercio. Durante un periodo de más de 300 años, época de la popularización y consolidación del budismo en China desde los Tres Reinos hasta las dinastías meridionales y septentrionales, el cultivo de té se generalizó sobre todo en los valles cercanos a los templos budistas, ya que esta bebida aliviaba el sueño que surge en las meditaciones. Así, esta religión favoreció la difusión del té chino y, asimismo, esta planta contribuyó paralelamente a la consolidación del budismo, formando una combinación perfecta entre té y meditación. Sin embargo, esta bebida no tuvo una buena acogida entre la población no monástica hasta la dinastía Tang (618-907).
Pero, ¿cómo empezó la exportación y la difusión del té chino hacia los mercados extranjeros? Según se cree, la historia de la exportación del té se remonta a hace más de dos mil años. La introducción de las hojas de té en los países vecinos de China empezó durante las dinastías meridionales y septentrionales del siglo V. Más tarde, en el siglo IX, unos monjes japoneses llevaron semillas de té a su país, donde tuvo una buena acogida. En el siglo X los comerciantes mongoles, aprovechando la ocasión de hacer negocios en China, llevaron té seco en forma de ladrillos hasta Asia Central pasando por la llanura de Siberia. Así, esta planta se extendió hasta los países del Asia Sudoriental y del sur de África gracias a los viajes que se le atribuyen a Zheng He, el navegante más importante de la dinastía Ming (1368-1644).
Hacia el año 1610, los holandeses llevaron esta bebida china por primera vez a Europa Occidental, y hacia 1650, el té chino llegó a Europa Oriental y, desde ahí, al continente americano. A comienzos del siglo XVIII, la costumbre de tomar té negro, considerada como una moda elegante entre los nobles chinos, se popularizó en el territorio inglés. Así, regalar hojas de té se convirtió en una práctica habitual (y cara) entre la clase superior de la sociedad. La famosa Compañía Británica de las Indias Orientales logró muchos beneficios a través de su comercio de té a gran escala a partir del siglo XVIII. En la actualidad, la mayoría de las palabras que hacen referencia a esta bebida en distintos idiomas tienen su origen en el idioma chino, como el “chá” portugués, que proviene de la palabra chá del dialecto cantonés.
Lu Yu fue el experto de mayor prestigio en el estudio del té chino. Logró ser reconocido como “El Sabio del Té” por su trabajo realizado para elaborar la obra titulada El libro del té. En este tratado, el autor muestra de manera exhaustiva la experiencia recogida sobre aspectos tales como el cultivo, la elaboración y la evaluación de esta bebida china y sus clases.
¿Cuál es el origen de la costumbre china de tomar té? Esta tradición se remonta a la dinastía Tang (618-907), época en la que esta bebida entró a formar parte de la vida cotidiana de los chinos. Al principio se añadían diferentes ingredientes, como sésamo, sal, pipas u otras especias que daban un sabor característico a la infusión, pero Lu Yu propuso no agregar ningún elemento para degustar el sabor auténtico del té chino. Antiguamente, sólo se tomaba té para apagar la sed y la manera de elaborar la infusión consistía en cocer las hojas. No obstante, la mayor evolución se dio durante las dinastías Tang y Song (960-1279), cuando la gente aprendió a apreciar el sabor del té, sus cualidades y lo convirtió en un arte, una cultura.
A medida que el té chino se iba divulgando e iba siendo aceptada por la gente, numerosos eruditos e intelectuales plantearon uno tras otro sus opiniones sobre el té, como Bai Juyi, Li Bai, Ouyang Xiu o Su Dongpo, quienes además de ser grandes aficionados a esta bebida elaboraron obras acerca de ella. Estos famosos versos muestran el importante papel que desempañó esta infusión en China: “Como el emperador tiene ganas de probar el té, las otras hierbas no se atreven a adelantar su florecimiento”.
En la dinastía Yuan (1279-1368), el té chino se preparaba cociendo los brotes y las hojas frescas en cazuelas, pero en durante dinastía Ming se produjo un cambio fundamental con una nueva forma de prepararlo añadiéndole agua hervida. Aparte del té verde tostado, que era la bebida principal, el té de flores también tuvo una buena aceptación. Durante la dinastía Qing (1644-1911), ya había casas de té por todas partes, tanto en las ciudades como en los pueblos pequeños, lo que reflejaba la costumbre de tomar té entre todas las clases de la sociedad, ya fueran funcionarios o intelectuales, constituyendo un fenómeno en esta época. La aparición de un conjunto de tés populares, como el té blanco, junto con las invenciones del té negro y el té Wulong, que tienen un grado de oxidación sustancial o medio, desarrollaron en gran medida el té tradicional, clasificándolo en seis tipos principales según su elaboración: verde, negro, de flores, blanco, Wulong y seco. Su sabor varía conforme a los diferentes métodos utilizados en el procesamiento. Por ejemplo, el té negro suele ser más fuerte, mientras que el aroma y el sabor del té verde son más suaves. Por su parte, el té de flores desprende un aroma característico a primavera. Entre las variedades más populares encontramos el té Longjin (Pozo del Dragón), proveniente de la Provincia de Zhejiang; el té Biluochun de Taihu; el té Wulong de la Provincia de Fujian; el té de jazmín de Pekín; el té negro Qimen de la provincia de Anhui y el té Maofeng de la Montaña Amarilla.
Normalmente los chinos no echan azúcar al té, pues no les importa que tenga un sabor fuerte y siguen una serie de rituales a la hora de prepararlo. Por ejemplo, nunca se hace el té chino con el agua recién hervida, sino por debajo del punto de ebullición (entre 70 y 80 grados) para mantener su sabor y su color auténtico sin perder los valores nutritivos que tiene.
Las funciones que tiene el té son bien conocidas en todo el mundo. No sólo ayuda en la digestión, sino que también sirve como estimulante, mejora la vista, alivia los efectos del tabaco y del alcohol y es anticancerígeno. De acuerdo con recientes investigaciones, los componentes químicos que contiene el té incluyen más de 450 compuestos orgánicos diferentes y 15 tipos de sales minerales. Por esta razón, está muy relacionado con la salud, debido a sus valores nutritivos y medicinales.
El té también es eficaz tras una comida pesada o para aliviar la sensación de angustia. Así que también desempeña un papel importante para animando, estimulando y alegrando a la gente.
Cuando sostienes una taza de té de jazmín, mirando el vapor y sobre todo aspirando su aroma, te encuentras en una tranquilidad absoluta sin darte cuenta de la relajación que te ha brindado el té chino. Vivir la vida se parece mucho a tomar té, cuyo sabor supone un conjunto dulce y amargo al mismo tiempo. Igual que cada uno tiene su propia forma de tomar el té, sólo es uno mismo quien puede experimentar la vida que le espera.
En resumen, el té merecería ser reconocido como la bebida de la paz del siglo XXI.
Distintas variedades del té chino
Xihu Longjin (Pozo del Dragón)
Este té verde originario del pueblo llamado Longjin, a las afueras de Hangzhou, en la provincia sureña de Zhejiang, destaca por su color, aroma, sabor y apariencia. También el agua con la que se elabora supone una condición fundamental que afecta a la calidad del té. Así, una combinación perfecta sería el té Longjin con el agua de Hupao (Pozo del Tigre Corredor).
Biluochun
Es el té proveniente de la montaña Dongting, que está situada cerca del lago Tai de Wuxian, en la provincia de Jiangsu. El té Biluochun tiene un color verde fresco y una forma parecida a la de los caracoles (de ahí el origen de su nombre). Una vez se ha vertido el agua hervida, las hojas de té se extienden como nubes en la taza, con un aroma ligero que se propaga rápidamente.
Té Guanyin de Anxi
Se trata de una variedad proveniente de Anxi, al sur de la provincia de Fujian. Pertenece a la familia del té Wulong. Su olor también recuerda al de las orquídeas, pero su sabor es más fuerte. Su elaboración requiere un tipo específico de tetera y se debe seguir un orden para tomarlo: primero hay que aspirar su aroma y después beber el líquido. La variedad Wulong tiene funciones especiales para mejorar la salud y propiedades cosméticas muy apreciadas.
Maofeng
Tiene su origen en la Montaña Amarilla de la provincia de Anhui. Posee una forma fina y aplastada como la lengua de los pájaros. El olor de este té recuerda al de las orquídeas y su sabor es dulce.
Té blanco de aguja plateada
Producido en el norte de Fujian, destaca por su color plateado y su apariencia fina y larga, como la de una aguja.
Té Pu’er
Tiene su origen en Xishuanbanna, en la provincia de Yunnan. Esta bebida está considerada como un producto medicinal y destaca por sus valores particulares de aroma y sabor.
Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.Número 8. Volumen V. Septiembre de 2011.Leer este reportaje en la edición impresa
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