lunes, 29 de junio de 2020

AL DÍA SIGUIENTE® by Cerasale Morteo, Víctor Norberto®, 2020 [2]



el dispensador dice:...
LA HUELLA DE LA TIERRA

Todo lo que existe tiene su sombra… gracias al poder cósmico de la luz solar… de lo contrario, la Tierra estaría envuelta en una tremenda oscuridad, y sería un planeta helado… seguramente sin vida o con una vida que el propio ser humano sería incapaz de interpretar… así es que la sombra de todo lo que existe, asegura por otra parte, que lo que anda sobre la superficie del planeta deje su estampa… esto es que deje huella… una huella que pareciera no durar mucho tiempo, pero que en la eternidad permanece grabada hasta de manera invisible a los ojos… todo lo cursado en cada destino queda marcado por una sombra que se desvanece y todo lo atravesado por cada destino deja una huella como testimonio de su paso, sea por aquí, sea por allá, sea por cualquier parte… del mismo modo, sucede lo propio con las palabras pronunciadas y arrojadas a los vientos… todo se recoge y permanece en alguna parte, siendo a su vez testimonio del paso de alguna alma, de algún espíritu o de una consciencia, o de todas ellas en conjunción… la presencia de la existencia sucede en una sucesión de circunstancias que son observadas y de las que “alguien” toma nota de modo prudente y minucioso… dicho de otra forma, el ángel da testimonio de cada paso… pero más allá de ello, todo lo que le ocurre a un alma, queda estampado en la eternidad, siendo observado por los ancestros que precedieron a dicho alma en su estancia… más aún, se honra la vida con los hechos… o se deshonra la vida por los mismos hechos… implacablemente así… desde aquí no se ve el allá, pero desde el allá se ve perfectamente el aquí… sin atenuantes… mientras que el ser humano ocupado carece de consciencia de ello…

Pero ese mismo ser humano no es totalmente consciente de la sombra y tampoco de la huella… aunque se siente bajo el árbol el hombre no es consciente de la calidad de su sombra… como tampoco lo es de sus ramas ni tampoco de sus hojas… desconoce el sentido del brote y sólo lo asiste como espectador ante una primavera… luego se le pierde el sentido del brote y pierde el sentido de la expansión del follaje así como pierde sentido el crecimiento de la sombra… lo mismo sucede con la huella, ya que el hombre no es consciente de la huella de las otras especies como tampoco lo es de la propia… todo lo que queda por detrás rápidamente se esfuma y se olvida, y los recuerdos sólo se nutren de algunas circunstancias que marcan la vida para la posteridad y luego de ella, que marcan la experiencia de cara a la eternidad… el hombre no repara en la sombra de las otras vidas que ocupan el planeta, y mucho menos tiene consciencia de lo que significa la luz solar en todo este concierto desconcertante… el Sol aparece al amanecer, recorre el contorno cósmico y luego se apaga dando a entender que regresará cuando sea el día siguiente… el hombre debajo de él, se pierde el recorrido de la estrella porque está demasiado ocupado en sobrevivir a como sea… necesita vestirse, asearse, y comer… algo que le impulsa a alimentar un “sí  mismo” del que tampoco tiene demasiado consciencia, aunque sabe que es el propio yo transcurriendo, apenas si le atiende, y genera ego para salvarse de los demás y sus intenciones… el ego parece protegerlo de los otros, pero cuanto más se concentra en su ego, más se pierde del sí mismo… entonces busca afuera lo que en verdad tiene dentro, y así como así la vida se le escurre en un abrir y cerrar de ojos, y nunca termina de darse cuenta que amanecer es nacer, y que dormir es morir un poco… así es que no hay plena consciencia de presente, como tampoco lo hay del pasado que ya se fue, y mucho menos del futuro incierto al que se expone con cada paso… sea como lo vea cada quien, el hombre es incapaz de hacer una lectura del sí mismo en tránsito y sólo se concentra en ganar su día, esto es ganar dinero que le permita pasar su día… y el dinero es justamente lo que le roba su dignidad… ya que el dinero es lo que habilita a terceros inescrupulosos a sentirse superiores a los otros, o lo que es lo mismo, les permite ser “distintos” a los mortales, haciéndoles creer que su hora es distinta y por lo tanto les permite la ventaja de vivir con mejores bienestares y mayores comodidades que le alejan de un precario sentido de muerte… algo de lo que los otros no se pueden escapar, porque él está en la creencia que los otros siempre mueren antes de lo que lo hará él…

El error así visto es trágico y al mismo tiempo ridículo… cómico podría decirse… donde aquel que nace y muere todos los días, de cada día de su efímera vida, se considera a salvo viendo lo que les cursa a los otros, sin tomar consciencia que todo llega, y que su hora es tan desconocida como la de los ajenos, así es que nadie sabe cuándo será llamado y deberá someterse a rendir cuentas por todo aquello que habiendo sido una oportunidad concedida, se dejó pasar aduciendo motivos íntimos… de sobra de consciencia o de falta de ella… finalmente, la vida es una simple y sencilla sucesión de remolinos, donde el suelo no siempre está en el mismo lugar, aún cuando parezca estarlo… y aún creyéndolo, el aire no es el mismo como tampoco el agua lo es… y donde el fuego que tuvo alguna vez cierta presencia, nunca enseñó el profundo sentido que reside en una llama, en una ceniza, en una rama consumiéndose… léase, el hombre se pierde en su propia vida, sin caer en la cuenta que está viviendo una gracia concedida… una gracia concedida por “alguien más”…

En este punto nos encontramos con dos almas en sus tiempos… un extranjero en su búsqueda y un buscador siguiendo su senda… suficiente motivo para un encuentro cósmico en algún paraje perdido entre la nada y el todo… justo allí donde nadie cree que otro pueda vivir, o bien, donde los otros no reparan en que otros puedan siquiera existir… un lugar entre Humanao y Tacuil, camino divergente si los hay… un lugar más allá de Pastos Grandes… o tal vez un lugar donde nadie se anima a ir, porque la soledad se impone, y el silencio es sombra y huella de piedras y cielo… también… como sea, los andantes tienen un lugar pensado para ellos mismos, con la suficiente comodidad como para pasar la noche, aguardando que les venga el próximo amanecer… en la vida, los lugares se piensan y sólo así guardan su entidad, hasta que el momento se apaga y obliga a anudar otro pensamiento… quien camina no necesita vehículo, ya que adquiere noción de distancia en su conexión con la Tierra como mundo y con la tierra como suelo… a estas alturas el hombre aún no se ha dado cuenta que así como él deja su huella tras sus pasos, la Tierra también deja una huella cósmica que la eternidad atesora y conserva en la memoria universal…
-         Tal se lo dije, detrás de mí hay mucha gente esperando… no humanos… sino ancestros… no humanos sino no-humanos… quizás también algunos humanos, ¿por qué no?, tomar consciencia demanda revelaciones donde el mensaje se impone como señal de la eternidad compartida… a veces hay memoria de alma, pero la mayoría de las veces no hay memoria del alma… a veces hay memoria de espíritu, pero la mayoría de las veces no hay memoria del espíritu… así como también, a veces hay memoria de consciencia, aunque es justo reconocer que la mayoría de las veces no hay memoria de consciencia… así es que en general la vida pasa sin consciencia de las circunstancias atravesadas, y las personas caen en la cuenta de las cosas cuando en “el momento de los ángeles” estos le cuentan los por qué de la vida de cada quien… recién ahí se lamentan de lo vivido y de las oportunidades desperdiciadas… acaso justificándose en que era necesario sobrevivir… acaso excusándose en la importancia de carecer de una perspectiva enaltecedora… siempre argumentando la culpa de los otros en evitar la propia visión, o bien asegurando que los ojos siempre proporcionan una visión hacia adelante y otra lateral escasa, que impide razonar el detrás, o lo que es lo mismo, la razón les aniquila el instinto entonces no logran sentir la espalda, ni tampoco que hay detrás de ella… digamos entonces que me siento “enviado”, así como usted se sentirá “elegido”… o bien, digamos que me siento “mensajero”, así como usted se sentirá agraciado por el hecho de los hechos, esto mismo que nos está ocurriendo mientras nos atraviesa una misma circunstancia… por favor, usted no escriba ni tome nota, permita que su memoria se haga flexible y recuerde cada instante como esa misma imagen que usted guarda de su propia vida… limítese a escuchar y a registrar… para la posteridad de los otros… nadie ganará nada con este hecho, sólo contribuiremos a estamparlo en la eternidad necesaria, esa donde se inscribe el mañana necesario de los otros que aún no están, que aún no llegan, o quizás, de aquellos que aún no tienen consciencia de cómo son las cosas, de acuerdo a como ellas han sido antes de este momento… una vez más, es como la sucesión de remolinos, donde nadie sabe cuándo se produjo el primero de ellos, y ni tampoco el segundo ni el tercero, asumiendo que sólo los remolinos que tienen testigos presenciales son aquellos que existen…
-         Aguardo su mensaje sin que me mueva interés alguno… hace mucho tiempo que dejé atrás a las conveniencias y mucho más lejos cualquier interés… he aprendido que donde hay conveniencias no hay humanismos, y también he aprendido que donde hay interés no hay espíritu, ni alma, ni consciencia, ya que ambos, sea interés o sea conveniencia, someten la condición humana a una carencia de dignidad, prevaleciendo la soberbia y la envidia, la soberbia de lo que se posee y la envidia de lo que tienen los otros… siempre anduve con lo puesto así es que estoy despojado de tenencias y me limito a mis necesidades básicas… lo demás, aquello que supe conseguir y tener, es ahora propiedad de personas carentes de alma, de espíritu y de consciencia, que se arrogaron el derecho de posesión sobre mi esfuerzo, sobre mi trabajo y sobre mi voluntad, así es que ando despojado de ataduras y libre de hendiduras… cuando comprobé que para los otros “amor” era una palabra propia de los oportunismos, y que los afectos eran negociables, tomé distancia rápidamente porque jamás pertenecí al espectro de las miserias humanas, y mucho menos al de la estupidez humana… la miseria humana tanto como la estupidez humana producen daños que no se pueden remontar, porque para luchar contra ellos usted necesita ser más miserable y simultáneamente más estúpido, un espacio que por esencia no quiero ocupar… nunca me llevé bien con los negocios de las consciencias, ya que quien vende su alma o quien hace lo propio con su espíritu, terminan condenándose a prescindir del sí mismo, esto es que jamás se encuentran con ellos mismos, y al perderse, lo que logran nunca les satisface ni les alcanza, tampoco nada les resulta suficiente… entonces siempre les falta lo que le envidian a los otros, y de tanto envidiar se pierden de todo aquello que tienen y que desprecian por querer siempre más… siendo que de aquí no se llevarán más que la esencia del sí mismo, y si éste está vacío, entonces sólo llevaron el hueco del sí mismo, esto es un vacío del que nadie se recupera… justamente, porque se va tan hueco como supo venir… de allí que me haya dedicado a escuchar, observar y escribir sobre la condición humana… una condición donde los hechos no siempre coinciden con alguna realidad… una condición donde el alma no se encuentra con el espíritu y donde la consciencia no siempre es consciente de la oportunidad que le concede la vida… traducido: he visto la miseria humana bien de cerca, lo suficiente para dejarla con ella misma justo en lugar donde ha anidado, que no otro lugar que el alma de aquellos con los que me he cruzado… luego, dicha miseria ha sido suficiente como para actuaran de modo estúpido… y con esa gente usted no puede conversar, porque tampoco puede confiar… estando cerca la distancia entre ellos y el mi mismo es inmensa, tanto que prefiero seguir buscando unir el sí mismo con el mí mismo… esa es mi prioridad, y ninguna otra… además, esa ha sido mi prioridad, y ninguna otra… yendo más lejos, respondo por mis huecos, no por los huecos ajenos… así es que cada uno debería hacerse cargo de los huecos que contiene, ¿se entiende?... bien, pero hemos hablado mucho de cosas varias pero no hemos ido al punto de nuestro encuentro, entonces le pregunto: ¿cuál ha sido su motivo al buscarme?... o bien, ¿para qué me necesita?... o quizás, ¿para qué le resulto necesario?... usted tiene un motivo que desconozco… así es que lo escucho…
-         Es evidente que a usted le sientan los temas sensibles y de ellos, los concretos, siendo que aquello que usted entiende por concreto y sensible no coincide con lo que los otros entienden, sea por concreto o sea por sensible… además el tema no es fácil, sin que ello signifique que sea complejo… como usted sabe, ya que sabemos que lo sabe, la humanidad no es propia de la Tierra, sino que fue trasplantada desde el planeta Horus, que estaba hace millones de años entre las órbitas de Marte y Júpiter… aquel trasplante fue traumático ya que sólo comprendió a un número reducido, aunque no tan pequeño, de humanos… un procedimiento semejante al arca de Noé, donde se incluyeron especies de toda índole… los humanos que no pudieron ser salvados se convirtieron es espíritus errantes de un dolor afín a la impotencia de no poder, no querer, no ser capaces de evitar un cataclismo planetario inducido, tal usted mismo dice, por las miserias humanas que ya por entonces tenían vigencia, tanta como las hay en  estas horas y en estos días… por entonces, varias culturas del cosmos distante se convocaron para llevar a cabo un salvataje sin precedentes, o al menos con escasos precedentes… para lo cual, civilizaciones solidarias aportaron soluciones tecnológicas tanto en el traslado previo a la eclosión, así como en acondicionar la Tierra para recibir a una humanidad que ya estaba sometida, frustrada, y desorientada ante su suerte… hace de esto, millones de años…
-         No se preocupe usted, todo lo que está diciendo consta en mi memoria del karma, así es que hasta aquí sólo me lo está refrescando… alguna vez supe decirlo a otros humanos y pobres, se espantaron primero, para inmediatamente tildarme de loco, hecho del que no he renegado… por el contrario, los comprendí y entendí que les había hablado de algo que ellos estaban incapacitados de entender… apenas si lo estaban para aceptar algunos de sus huecos, por otra parte me hago cargo de mis huecos, pero no lo hago de los huecos ajenos… pero no lo interrumpo, por favor siga usted con su relato…
-         Bien, como Usted sabe aquel trasplante fue traumático para las almas encarnadas y también lo fue para aquellos que vieron liquidar sus vidas en semejante cataclismo planetario… no es agradable asistir al fin de un astro que en definitiva es hogar, pero tal le dije, ya por entonces había humanos miserables que habían vendido sus almas a otros humanos más miserables aún… es decir, la miseria humana es algo que viene con la esencia del “ser”, y cuando dicho “ser” se cree superior a los otros, lo que sigue es algo semejante a una hoguera donde el espíritu se consume y se renueva al mismo tiempo, generando un permanente estado de insatisfacción que demanda un “siempre más al precio que sea”… algo que regía en el planeta Horus, y que curiosamente se repite en la Tierra, enseñándonos que la esencia del karma no se pierde jamás, y que quien nace mezquino, mezquino será, y que quien nace miserable, miserable será, sin atenuantes… luego, entre humanos miserables hay muchos otros que no lo son, porque en su esencia no está la condición miserable… más tarde, entre humanos mezquinos hay muchos otros que no lo son, porque en su esencia no está la condición mezquina… en un todo donde se mezclan intercambiando circunstancias y experiencias, donde los unos se cruzan con los otros y donde cada quien deja “algo” de su esencia en el camino, aprendiendo, adquiriendo sabiduría, o simplemente cayendo en la decepción y en la frustración… como sea, esta historia se repite siempre, donde unos se creen triunfadores a costilla de los otros, y donde los otros pueden o no sentirse víctimas de aquellas circunstancias que debieron atravesar… Horus no era un planeta ejemplo y curiosamente la Tierra tampoco lo es, ya que aquí conviven incertidumbres encontradas que se atraen o se repelen según el juego matemático de los karmas… pero, poco a poco vamos llegando al punto de nuestro encuentro, donde le relato algo inimaginable y donde usted atiende mis razones, y las razones de los que aguardan por mí, y las razones de aquellos otros que saben que estoy con usted pero que, en definitiva, no me aguardan porque ya conocen el resultado… como le dije y lo reitero, hubo un trauma de consciencia en el trasplante, donde naves nodrizas tomaron a los elegidos para llevarlos a este nuevo suelo… el trauma de consciencia está en la esencia de la memoria humana, siendo que la mayoría lo tiene silenciado y no recuerda los hechos, mientras que unos pocos no sólo lo saben sino que lo reconocen como un hecho propio por el que se vieron afectados, aunque este no es su caso, porque usted aún pareciendo humano no lo es… sí participó de los hechos… y de allí su memoria y su consciencia…
-         Tal lo dice usted, esto está en la esencia de mi karma, y dado que mi memoria del karma está intacta, tengo a los hechos presentes para esta eternidad y las contiguas… usted lo sabe, ellos lo saben… no hay que abundar en explicaciones innecesarias…
-         Entonces llegamos al nudo de la cuestión, ¿dónde están los documentos que describen el hecho del trasplante?... ¿los hay?... ¿los hay?... estaban en Alejandría pero no sólo allí… estaban en Honduras pero no sólo allí… estaban en Vilcabamba pero no sólo allí… estaban en Efeso, pero no sólo allí… como también estaban en Pérgamo pero no sólo allí… ¿alguien los tomó?, NO, no pudo… ¿alguien los sustrajo?, NO, no pudo… aquellos documentos no eran ni papiros ni pergaminos sino piedras… aquellos humanos tuvieron la previsión de escribir en la roca… asegurándose que el testimonio quedara para la posteridad de los otros, al modo de una memoria para la memoria genética… y por entonces, en los albores de la humanidad en la Tierra, se ocupaban en custodiar semejante contenido… más tarde, el tiempo hizo sus juegos y nuevos remolinos extraviaron aquel legado… la primera generación de humanos en la Tierra conservaba los hechos en la memoria y en la roca… la segunda generación custodió las rocas por un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo… la tercera generación hizo lo propio y así las subsiguientes… pero el remolino llega y levanta polvo que impide ver, alguien se distrajo… otro alguien dormía… a otro alguien no le interesaba… a alguno más no le importaba… entonces el remolino hizo lo suyo y protegió la roca de la desidia humana, o mejor aún, el remolino envolvió la roca en polvo y la depositó a salvo de los desquicios incipientes… sólo que no era una piedra sino varias… varios tipos de roca… digamos, que vine a buscarlas… para al menos hallar una, aunque a decir verdad encontré más de una… digamos, que sabía dónde estaban, porque siempre supimos cómo funcionan los remolinos… estos no destruyen sino que construyen en el desorden aparente… esto es que sacó una cosa del inconsciente colectivo y lo llevó a un lugar a resguardo de la estupidez humana… así es que lo demás usted lo puede imaginar… el remolino puso el testimonio a salvo… de un modo semejante al que procedieron los caballeros templarios miles de años después… por consiguiente los remolinos de entonces han dado lugar a nuevos y mejores remolinos que protegen la esencia de la ignorancia tanto como de los idiotas… por ende, las cosas no se pierden, sólo se extravían por un rato…
-         Imagino… y las piedras andaban por estos lares, ¿no es cierto?...
-         Sí, no sólo aquí… quedaron ocultas a los ojos indiscretos y a los espíritus de las tinieblas…
-         Imagino… que las piedras están escritas en lenguas muertas, ¿no es cierto?...
-         Digamos que estaban escritas en lenguas propias del planeta Horus, ya que nadie iba a hablar otra lengua en el post trasplante… ya que aquellos que fueron traídos a la Tierra hablaban una lengua que nadie les borró, y lo documentaron en unas piedras a efecto de impedir que el testimonio se borrase…
-         Imagino… que las piedras fueron ocultadas en las cercanías de donde nos encontramos…
-         Digamos que en algún paraje entre Amblayo y Seclantás…
-         Imagino… que nadie sabía de su existencia, excepto el “remolino” que las depositó por aquí…
-         Digamos que sí…
-         ¿Cuántos miles de años tienen dichas piedras?...
-         Tienen unos cinco millones de años y reconocen varios lapsos terrestres de clemencias e inclemencias, a tal punto que ya existían cuando sucedió el hundimiento de Lemuria y cuando ocurrió el cataclismo de la Atlántida… es decir, existían cuando las pirámides dejaron de funcionar…
-         O sea que se trata de algo que es muy anterior a los denisovanos…
-         O sea… que los denisovanos no eran de la Tierra, originalmente…
-         O sea que es anterior a los Neandertales y a los cromañones…
-         Muy anteriores…
-         O sea que jamás hubo una edad de piedra…
-         No la hubo, ni hubo otro de hierro, ni hubo otra de bronce… eso pertenece a las ciencias de conveniencias y a la historia oficial…
-         O sea que los primeros humanos en la Tierra dispusieron de tecnología no humana…
-         En efecto… tecnología de la luz… una tecnología que por lo simple, es altamente compleja…
-         O sea que ciertos remolinos introdujeron, generaciones mediante, nuevamente las tinieblas a la Tierra…
-         Exactamente… y miles de miles de años después, la miseria humana recuperó entidad y espacio, suficientes como para primar en el alma humana, momento en el cual los no humanos que colaboraban con los sucesores del trasplante, tomaron sus petates y partieron dejando a los humanos librados a sus suertes… entendiendo que su presencia no agregaba valor y que además podían verse envueltos en hechos innecesarios… y de tanto, imprudentes… y los no humanos de entonces, se preciaban por su prudencia… tal como es ahora…
-         Allí se perdieron los conocimientos piramidales… allí el Sahara se cubrió de arenas… allí comenzó a sucumbir la civilización justo cuando el imperio tomó consciencia de la importancia de la moneda para poder someter al prójimo…
-         Y los otros conocimientos también se perdieron… al punto que los humanos se quedaron con el metro, la escuadra y el compás, pero sin la luz, y mucho menos con los conciertos de sus tecnologías… ya que los no humanos entendieron que esto en las manos de personas sin escrúpulos adquiría una peligrosidad extrema… desde entonces la humanidad anda ciega, sorda, pero no muda…
-         Pero regresemos a las piedras… usted ha venido a decirme algo que ya está conmigo, que forma parte de mi esencia y que, por convicción, ni siquiera pondría en tela de juicio… entonces, ¿qué necesita de mí?... o mejor dicho, ¿en qué puedo serle útil?...
-         Usted conoce la historia al detalle, pero no ha visto las piedras… al verlas, comenzará a construirse nuestro puente… digamos, que lo he venido a buscar para llevármelo conmigo, pero antes es necesario que usted escriba lo que le voy a relatar…  

Pintura de la mano artística de ►
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un extracto del Libro
LOS OTROS…®
MEMORIAS DE UN VISITANTE®
Autor: Víctor Norberto Cerasale Morteo
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1 - https://eldispensador.blogspot.com/2020/06/al-dia-siguiente-by-cerasale-morteo_29.html

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