el dispensador dice:...
EL PRIMER REMOLINO®
A veces los remolinos de viento se dejan ver… su columna asciende y
desciende anudando energías invisibles… en especial cuando de polvaderales se
trata… cuando de arenas se trata… cuando de distancias y lejanías se trata…
pero la mayoría de las veces, otros remolinos se producen sin dejarse ver…
entonando fuerzas descomunales que van barriendo todo lo que encuentran a su
paso, en apenas segundos… sucede en la Tierra… sucede en otros planetas… ocurre
en las coronas de las estrellas… ocurre en el espacio cósmico… y más allá,
también… el primer remolino es el anuncio de que otros vendrán… desde luego
nadie sabe cuándo se produjo el primero de ellos en el universo… y por
supuesto, nadie sabe dónde han tenido lugar los posteriores, porque la
dimensión del fenómeno hace a la visión del ser humano, que depende de su
perspectiva, y sobre todo de su entendimiento sobre lo que está viendo, siendo
que aquello que no ha visto, parece no haber existido, nunca… así como hay
disposición a leer libros que no siempre son comprendidos, del mismo modo se
aprecia un remolino, pero sin leerlo… sin interpretar la dimensión de lo que
desplaza… sin pensar en la consecuencia de sus giros… lo que deja cuando se
desvanece es otro orden… que perdurará, quizás, hasta el siguiente remolino o
hasta que otros vientos lo dispongan… léase, el universo es estable en un orden
inestable que se acomoda a sí mismo, cada vez, cuando puede, cuando las fuerzas
lo permiten… la rutina no habilita a la consciencia de semejante hecho, pero el
mismo se repite con cierta frecuencia, alterando una parte del todo para luego
modificar algo de ese mismo todo, o bien, generar un nuevo orden hasta la
próxima vez…
Aquella ruta no estaba pavimentada… había sido huella… luego había sido
alisada… luego le habían arrojado ripio para mejorarla… más tarde había sido
apisonada… bien al estilo humano… esos caminos son transitados por gentes
simples, humildes, laburantes, jamás por políticos, mucho menos por
economistas, y ni qué hablar por funcionarios corporativos… así es de miserable
el humano que se entiende superior, y que en su superioridad, se siente
orgulloso de ser diferente al resto, menos mortal, menos humano y más cercano a
un semidios con pies de barro… se
muestran poderosos, pero cuando los rascas apenas un poco, enseguida muestran
la hilacha… de eso se trata la soberbia académica y la vanidad propia de los
ignorantes con título universitario… tienen el título pero no lo honran, así
como usufructúan el talento que les fue concedido para atravesar la vida,
deshonrándolo a cambio de ventajas… allí, como te decía, los remolinos abundan,
y en general nadie los ve… porque la soledad abunda, abunda tanto que desborda
en soledades magnificadas… los caminos los hace la gente de a pie que va
buscando la mejor senda para andar… caminando… a lomo de caballo… a lomo de
mula… luego con algún vehículo menor… más tarde con algún vehículo mayor… y por
qué no… hasta con un camión… de los de porte… como sea, la gente se va
acomodando al paso… y el paso va acogiendo personas que necesitan ir de pueblo
en pueblo, intercambiando bienes, comida, sal, especias, algo… no importa qué…
algo es siempre suficiente motivo como para tomar la iniciativa e ir a alguna
parte, levantando polvo… en un tiempo distante, la altura del polvaderal en el
horizonte representaba el tiempo en días para alcanzar un lugar… para eso los
mangrullos… para eso las torretas… para eso el mirador… desde lo alto se ve
mejor… se divisa mejor el sentido de la distancia…
El hombre vio elevarse una columna de polvo en el horizonte… supuso que
la misma demoraría un rato largo en alcanzar el lugar donde él se encontraba
caminando… pero contrariamente a su expectativa, a pocos pasos más adelante se
encontró con un semejante que así como así se detuvo… saludo oportuno… y sin
presentarse dijo: “a usted lo andaba buscando”…
-
¿A mí?, preguntó sorprendido… yo sólo voy de camino
hacia el lado opuesto al que usted traía…
-
¿usted no es el escritor?...
-
Más sorprendido que antes dijo: sí, yo soy, pero
ando sin vehículo y con lo puesto… mis manos están vacías y mi espalda también…
no porto mochila, y todo lo que alguna vez tuve, ya no lo tengo… soy, apenas,
lo que usted ve… simple y sencillo… escribo cuando encuentro teclado y lo demás
es de dominio público porque, por suerte, nadie sabe quién soy así es que nadie
me reconoce… digamos, soy libre de alma… escribo, sí, pero soy mi único lector…
o lo que es lo mismo, soy lector de mí mismo…
-
Entonces, es usted… justo con quien me quería
encontrar… ando buscando el sí mismo perdido… ando buscando a las palabras que
guardan sentido, y en fin, ando buscando el sentido mismo…
-
¿para qué se querría encontrar usted conmigo?... no
tengo fama ni la quiero tener… soy portador y defensor de mi dignidad, sólo eso…
soy un desconocido del “mí mismo” y a veces ni siquiera me quiero encontrar… disculpe, ¿usted quien es?...
-
Soy un visitante que he viajado un largo trecho
para encontrarlo… mi nombre no importa… en realidad no soy ni de aquí ni de
allá, podría decirse que soy de demasiado lejos… y al igual que usted, lo bueno
es que nadie me conoce… además si le dijese que me llamo Antonio no le estaría
diciendo nada… y si le dijese mi apellido mucho menos, porque es impronunciable
en cualquier idioma que usted conozca…
-
Perdone que le pregunte, ¿para qué un ilustre
desconocido querría hablar con alguien a quien no conoce?, en este caso yo…
-
Detrás de mi hay mucha gente esperando este
encuentro… necesito y necesitamos que me escuche… luego usted escribirá, tan
simple como eso… es decir, yo debo contarle y usted, después, deberá escribir…
no hay nada más fácil que eso, vio?...
-
¡Pero amigo!... no sea ridículo… estamos en el
medio de la nada… aquí no hay papel, no hay lápiz, no hay computadora ni
teclado, no hay siquiera un lugar que nos acoja para poder sentarnos y
conversar… encima de ello, estamos a cincuenta kilómetros del pueblo más
cercano, donde ni a usted ni a mi nos conoce nadie, así es que nadie abriría la
puerta de su casa para recibirnos y darnos alojamiento… por otra parte, de
seguir andando, no tengo dinero para pagar un hotel y por lo que veo, usted
tampoco… según parece, ambos somos testigos de la soledad… no le parece?...
-
Mire, cualquier cosa que haga falta o mejor dicho,
cualquier cosa que nos haga falta, alcanzará con pensarla para que tengan
entidad… es lo que se llama, la realidad por un rato… dicho de otra forma, es
lo que les pasa a los humanos todo el tiempo, tienen una realidad llamada vida
que los atraviesa por un rato, pero es una realidad ficticia, que no existe y
que se acondiciona sólo para cursar distinto tipo de pruebas… ellos creen que
viven, pero en verdad sólo están “ilusionando” una vida que fue escrita antes
de tener lugar… a veces superan las pruebas… la mayoría de las veces ni
siquiera logran tener consciencia de la vida… pero en fin, es lo que hay…
-
Amigo, mire para el lado que le guste, sobra
espacio así como sobra naturaleza… tenemos montañas a la izquierda… tenemos una
franja de valle hasta donde estamos parados, a la derecha un río y más allá
otra franja de montañas… piense usted lo que le resulte cómodo, yo me adapto a
su voluntad, además, si no me siento cómodo simplemente me evaporo y usted se
quedará con sus pensamientos, así de simple, ¿no le parece?... digamos que soy
mi propia artesanía, así es que debo cuidarme de los humanos, aunque usted no
parece ser de estos lares ni de otros conocidos…
-
Va entendiendo… caminemos juntos por un rato… ¿vio
los remolinos?... somos testigos privilegiados de la obra de la naturaleza
terrestre… los remolinos acomodan las realidades y crean otras nuevas… pero eso
siempre ocurre hasta el próximo remolino… pero los de por aquí ni se enteran de
los remolinos de la soledad… sólo son testigos de los que ven, y los otros no
existen… digamos, es como en la vida, si ocurre delante de sus ojos, la cosa
existe… si no ocurre delante de sus ojos, y alguien se lo cuenta, a veces lo
toma y a veces lo deja… a veces se da por enterado y a veces es como si no le
importase… a veces le toca el espíritu y lo hace suyo aún a pesar de no haber
participado… la mayoría de las veces sigue de largo y no le concede
importancia… antes el ser humano tenía dimensión de tiempo y espacio, y tenía
capacidad de participar de una experiencia sin siquiera estar en el lugar, pero
esa capacidad se fue diluyendo con los estragos de la civilización, y ahora el
humano anda medio idiota, sumergido en la tecnología que lo estupidiza, e
incapaz de poder hacer un cálculo mental… digamos que ha quedado atrapado entre
el desborde de información y la tecla… digamos que fue secuestrado por la
inteligencia artificial, y de tanto, él mismo se ha vuelto artificial…
-
Tiene razón, vengo huyendo de la desidia, así como
vengo huyendo de la mentira… los humanos me fueron agobiando hasta que me
liberé de las ataduras ficticias y casi sin notarlo, de repente, me sentí
feliz… y comencé a caminar siguiendo mis instintos… y aquí estoy, hablando con
un desconocido al que parece que lo conociera desde siempre… ¿sabe?, alguna vez
creí que huía de mi mismo, hasta que me di cuenta que sólo era necesario buscar
el “sí mismo” del “mí mismo”, porque era necesario juntarlos para justificar la
existencia, allí tomé consciencia de la importancia del “ser” sin “yo”… descubrí
que cuando le sobra el “yo”, le falta el “sí mismo”, así es que miré a mi
alrededor, descubrí que las auras de los que me rodeaban estaban ennegrecidas,
como envueltas en capullo de tierra sucia, pegajosa, algo raro que les nublaba
la vista y les clausuraba el entendimiento… oían sin escuchar… veían sin
comprender… luego hablaban hasta ahogarse en palabras que no decían nada, pero
estaban convencidos de haber logrado cosas por las que no habían hecho nada… y
peor aún, recitaban pensamientos ajenos para auto convencerse de que iban por
el buen camino o bien, que estaban en el lugar que ellos merecían… digamos que
estaban felices de mentirse a ellos mismos para luego hablar de felicidad
extrema y de éxitos existenciales… no sé, mi alma se pudrió de tanta necedad…
así es que tomé el “mí mismo” y me dirigí a la puerta, la abrí, crucé el
umbral, y cuando salí caí en la cuenta que detrás dejaba la esclavitud… así es
que sólo caminé, y podría decirle que vengo caminando desde entonces… no tengo
claro hacia dónde me dirijo, sino que camino hacia adelante que es justamente
donde sé que queda el “ sí mismo”… cuando me encuentre seguro que me fundiré en
un abrazo…
-
Usted ya se encontró, hace rato… ahora camina
consigo mismo… cuando descubrió la mentira también entendió el significado del
remolino… digamos que usted evitó ser parte de la mentira, entonces necesitó
descubrirse a sí mismo y sacar todo lo que tenía guardado en el altillo de su
espíritu… aquí en la Tierra todo es cuestión de tiempo, o usted le vende el
alma al diablo y se consume en la hoguera de su propio infierno, o bien toma
distancia, interpreta las geometrías, encuentra sus ángulos y se despega de la incertidumbre
que lo tenía atrapado… digamos que el éxito es una incertidumbre, ya que cuando
usted cree haber obtenido el primero, la duda toma cuerpo en la necesidad de
encontrar uno próximo que le asegure el siguiente paso, y al lograr un supuesto
segundo éxito ello le demanda ir por el tercero, y cuando se quiere acordar
está atrapado en la creencia de que sin triunfos no hay vida posible, un error
que se retroalimenta a sí mismo y al mismo tiempo devora el alma, la voluntad y
le agota la capacidad de esfuerzo… en verdad usted no gana ni pierde, nunca… el
éxito no existe, tampoco el triunfo, y mucho menos la derrota, es decir, todo
sucede por algo… siempre… y todo lo que le sucede tiene un motivo directamente
vinculado con su karma… usted trae una historia que está enmarcada en la
eternidad, le pertenece sólo a usted y usted, en su propio sí mismo, le
pertenece a ella… digamos que usted es su propio motivo… o si se quiere, es el
motivo de su propia idea… ya que sin idea del sí mismo jamás hubiese llegado hasta
aquí… ¿cómo se dio cuenta de la mentira?...
-
Mire es medio inexplicable… el primer año sonaba
afinado… el segundo año me parecía sentir algunas notas desafinadas en medio de
un concierto afinado, pero las notas desafinadas no desentonaban sino que parecían
ser parte de la música… el tercer año comencé a escuchar que las notas
desafinadas crecían, o al menos parecían ser más, y que además parecían venir
de otro concierto donde los instrumentos no encajaban, pero en medio de la vida
las dejé pasar casi sin sobresaltos… al cuarto año la experiencia se me hacía
cuesta arriba pero la disimulaba, lo que sonaba desafinado parecía adquirir
cuerpo y fuerza y yo estaba medio desorientado… me engañaba a mí mismo diciendo
para mis adentros: “ya pasará”… al quinto año había comenzado a descifrar que
había dos conciertos paralelos, uno en el que estaba atendiendo mis cosas, otro
que sentía no me pertenecía, digamos que quien decía amarme ocupaba espacio en
otra orquesta… al sexto año, me sentía como un invitado de mi propio techo,
donde me recitaban una realidad a la que no pertenecía y luego me reclamaban
sentido de pertenencia… al séptimo año ya no sólo no era invitado sino que me
sentía como expulsado, virtualmente echado de mis propias cosas viendo cómo los
demás se iban apropiando de todo… al octavo año, la situación era casi
insoportable pero aún no lograba diferenciar cuáles eran las notas que
desafinaban entre los dos conciertos, a dicha altura ya sabía que yo no era
parte de ninguno de los dos conciertos… los años siguientes fueron una tortura
de discusiones y culpas donde siempre salía perdiendo, donde nada era
suficiente, donde nada alcanzaba, donde nada se traducía en armonía, pero para
entonces yo había recuperado mi propio ser y me había dado cuenta que mi
esencia no estaba dentro de ese escenario… así es que al décimo primer año
comencé a tomar distancia para apreciar el campo de batalla desde lo lejos…
tomé mi catalejo y miré desde la altura hacia el valle, y allí comencé a tomar
conciencia que ya no era mi lugar y mucho peor aún, ni siquiera pertenecía allí
porque nunca lo había hecho… descubrí que estaba rodeado por una especie de
burbuja siendo que el resto había ocupado todos los espacios aduciendo razones
mayores… digamos que así como así, de repente, caí en la cuenta que las
mentiras eran muchas y las verdades eran otras mentiras acondicionadas para
parecerlo… es raro, cuando usted se da cuenta que le están mintiendo es como si
se quebrara un espejo, ya nada se refleja, y nada vuelve a ser igual… pero para
mí no fue un espejo lo que se quebró sino un ánfora, y allí se me evaporó la
confianza, de un saque… así que después de largos y tediosos años de
cuestionamientos y falsos acertijos, decidí tomar el mí mismo y huir con lo
puesto… ¿sabe?, lo de la mentira es una anécdota… un día descubrí que las
mentiras eran una sucesión de falsas verdades que había comprado en mi
inocencia, o si se quiere en mi alegría, o si se quiere en mi silencio, o si se
quiere en mi soledad, o si se quiere en mi voluntad, o si se quiere en mi
esfuerzo… pero cuando usted descubre que en la caja de Pandora no está su
esperanza, la genuina, allí mismo toma consciencia de que no hay más nada que
hacer, y simplemente se va, así como así… dejando a los otros que sigan felices
en su mundo de mentiras y traiciones… eso los hace felices y les habilita a
inventar nuevas patrañas para convencer a nuevos incautos… lamentablemente la
Tierra es algo semejante a una goyenización donde todos elaboran un extraño
conformismo que expulsa a los que no forman parte de dicho paisaje… así es que
es bueno tomar consciencia y al hacerlo, adquirir distancia prontamente, para
evitar quedar atrapado en el desquicio de la desidia o bien quedar esclavizado
por aquellos que se compraron la idea de ser no lo que no son y jamás fueron…
-
Es que esta Tierra es algo semejante a una escuela
donde algunos no superan el primer grado, otros saltan al segundo grado pero no
les encaja, así es que alcanzan el tercer grado aprendiendo de todo aquello que
no hay que hacer, algo que se perfecciona en los años siguientes, donde la
gente aprende a sobrevivir atropellando la realidad ajena, para inmediatamente
asaltar al desprevenido o bien capturar, primero, para expulsar, después, al
inocente que se le cruza por el camino… la verdad es que nunca salieron de
aquel primer grado, pero para entonces ya están en séptimo, con escasos
escrúpulos, para ninguna palabra y con capacidades incipientes como para
atropellar al prójimo al sólo efecto de obtener alguna ventaja… luego, la
secundaria es una reafirmación de lo acontecido en la primaria, donde la gente
aprende a concentrarse en el desprecio para ir creando escenarios de comodidad
donde no haga falta el espíritu, donde el alma es una excusa, y donde la
consciencia es una herramienta para ocupar espacio en la manada… para entonces
el don concedido, ha sido olvidado y ha sido reemplazado por una versión de las
que se compran y se venden, donde siempre hay un mejor postor que paga bien…
cuando llega la universidad, ya no hay ni alma, ni espíritu, ni consciencia,
pero sí una intensa preocupación por alcanzar un altar digno de poder facturar
al precio que sea, así es que allí van quedando atrás los pocos escrúpulos que
quedaban, esto si es alguna vez hubo alguno, porque finalmente caen en la
cuenta que el talento no sólo no es una cuestión de consciencia sino que se
trata de un negocio, del que hay que obtener leche, luego bienes, más tarde
comodidades, más tarde bienestares, y un extraño algo que se renueva acumulando
cosas para una posteridad de inconformismos donde no hay satisfacción alguna,
aunque sí mucho placer en seguir juntando cosas de cualquier índole y factor…
léase, cuando la cuenta bancaria desborda, la necesidad de conseguir cosas se
ha vuelto implacable, y la infelicidad envuelve al alma, al espíritu y a la
consciencia, arrojándolas a la hoguera que les demandará un más y más
interminable… traducido: tienen tanto que no tienen nada… y viven atrapados en
sus propios vacíos, regocijándose de su propia suerte pero envidiando la
eventual suerte de los otros que están en la misma situación… para entonces,
son cuerpos sin vida siendo atravesados por una vida que se ha vuelto hueca… la
vida hueca es en síntesis una ecuación sin resolver… disfrazada de compleja
cuando en verdad era simple, pero justificada en excusa reiterada que la fue
enseñando difícil para ahuyentar a los curiosos… curiosos que apelan a la misma
fórmula, o sea que el falso éxito convierte al ser humano en víctima de sí
mismo, y la victimización conduce a un solo lugar, la mentada hoguera del
propio infierno… una pregunta al pasar… ¿por qué demoró tanto en irse?...
-
Mire, hay una sola razón… las circunstancias… una
cosa conduce a la otra, y esa otra la indica que debe esperar hasta la próxima,
y esto se repite una y otra vez, así es que usted ya sabe que hay una puerta
que lo está esperando, sabe que los demás ven un muro en su lugar, pero en lo
íntimo usted sabe que aún no es el momento adecuado… entonces se concentra en
andar la vida según ésta se le presenta, no cuestiona, simplemente se limita a
participar en las mencionadas circunstancias esperando que se abra la brecha… y
andando sin expectativas, un día así como así, la puerta se abre y usted asume
que es tiempo de salir, y toma la iniciativa y lo hace… a sabiendas que allí
concluye la esclavitud y comienza la libertad responsable… a sabiendas que allí
termina la tortura y se inicia el salto hacia el sí mismo… entonces, no huye,
simplemente deja atrás aquello que lo mantenía atrapado… y simplemente se va en
la búsqueda de la propia esencia… seguramente, habrá otras explicaciones y
miles de justificaciones, pero esa es la única que me cuadra… cuando uno
descubre la mentira porta en la consciencia un estado de “consciencia” (valga
la redundancia) que le dice que el tiempo está tomando entidad… y que desde un
momento en singular hacia adelante, vendrá la etapa de decisiones… la primera
de ellas (decisión) es tener la fuerza de voluntad de abrir la puerta, la
segunda decisión es cruzar el umbral, la tercera es salir a sabiendas que no
habrá regreso… esto es que usted cambia un falso de estado de comodidad,
dolorosa pero comodidad al fin, para adentrarse en la incertidumbre del
espíritu libre de ataduras… para entonces, usted es consciente que el matrimonio
es una sociedad falsa… para entonces, usted sabe que la “amor” no es más que
una palabra… para entonces, usted reconoce que no hay detrás y que aquello que
deja atrás es una atadura que le impidió ver la realidad durante años… sólo que
al encarar la decisión, el pasado se transforma en pasado, y el adelante se
nutre de un mañana que se acomodará a su medida, mejor dicho, a la medida de su
esencia… así es que cuando crucé la puerta, los demás se quedaron con el muro y
con sus respectivas mochilas, pesadas por cierto, llenas de piedras por cierto…
¿sabe?, las mentiras pesan, pesan tanto que inmovilizan y el mentiroso cree que
se mueve cuando en verdad está paralizado, agobiado porque la no recuerda a
quien le mintió qué cosa, y peor aún, está convencido de la calidad y condición
de sus mentiras… como usted bien sabe, ocultar una mentira, demanda al menos de
otras veinte, y cada una de esas veinte, demandan otro tanto por cada una de
ellas, así es que se construye una geometría que se vuelve maraña, desde donde no
se sale más… descubrirlo me llevó mi tiempo… pero a medida que desentrañaba
cada mentira iba tomando entidad la salida, ya que sentía que no pertenecía a
dicho lugar, o mejor dicho, el lugar del que era propietario no me pertenecía…
cuando abrí la puerta una bocanada de aire fresco me invadió el rostro y los
pulmones… pero más allá, un aire que no puedo describir me sirvió para despegar
el alma, y hacer de cuenta que jamás había pertenecido allí… así es que
simplemente me fui…
-
Cuando la mentira se hace exponencial la persona
carece de retorno porque va quedando atrapada en ella como si se tratase de un
ovillo… del que no hay cómo salir… ¿vió?, hemos caminado varios kilómetros y
todavía estamos lejos de todo… así es que tenemos que acondicionar un lugar para
pasar la noche, pero como ya le dije, alcanza con pensar dónde quiere uno
repararse de la noche y el frío de las alturas… o bien, desde dónde quiere ver
el cielo y sus notoriedades cósmicas… o quizás, dónde quiere sentarse a tomar
un buen té o un buen café… ¿sabe?, esto que transitamos no existe, es sólo una
condición de paso, para adquirir consciencia de la luz o de las tinieblas,
siendo que de la primera (luz) sí existe consciencia y entidad de tal… usted
puede sentir la luz… puede sentir su presencia… puede entender el sentido de la
revelación… puede comprender cómo es que la luz le llega y lo toma de la mano,
o simplemente le toca el hombro para impulsarlo hacia el mañana necesario que
su alma necesita para encontrar al sí mismo… desde el otro lado, las tinieblas
hacen de la mentira una verdad, y esa falsa verdad conduce a más y más
tinieblas que van confundiendo los sentidos de los espíritus en tránsito hasta
paralizarlos… y una vez inmóviles dicho espíritu suma ego pero pierde esencia…
hasta que finalmente queda atrapado en una madeja que el impide salir, por una
parte, y por la otra le hace creer que todo está bien y que esperanza mediante
estará mejor… entonces la FE se torna una excusa para acudir a un extraño Dios
de la necesidad, al que se va cuando hace falta resolver algo que es imposible
acceder por medios humanos… es algo semejante a sumergirse en barro, el lodo
impide despegarse y si logra mantenerse a flote, el espíritu sobrevive en un
mar de confusiones donde todo se tergiversa según la conveniencia y el interés
que promueve el ego desenfrenado… como sea, cada alma sólo llega a la luz por
sí misma… o bien, como sea, cada alma llega a las tinieblas por sí misma… sólo
las decisiones y las circunstancias dirigen hacia uno u otro lados… ahora bien,
¿qué le parece si pensamos un reducto para transcurrir lo que queda del día y
lo que falta de la noche?...
-
Estoy en sus manos… dígame qué hacer y lo hacemos…
-
Necesitamos un lugar para estar y otro para
pernoctar… así es que pensamos en una casa que tenga una chimenea, para mitigar
los fríos, así es que se necesita leña y algo con qué atizar el fuego, y más
aún, algo con qué hacerlo… también se necesita una cocina donde calentar agua
para té o café… y hasta puede ser que la cocina juegue el papel de una
salamandra… luego necesitaremos pan para alimentarnos… sillones donde reposar…
paredes gruesas de adobe que aíslen y protejan de los rocíos nocturnos… un buen
techo de cardón cubierto por cáñamo seco… y hasta un baño donde poder recurrir
a servicios y a lavarnos cuidadosamente…
-
No se olvide
de mantas o de ponchos…
-
Tengo todo previsto… corporizar el pensamiento es
mi especialidad…
-
¿Usted se enciende y apaga como los visitantes que
se llegan a estos lares?...
-
Yo me enciendo y me apago a voluntad porque soy
parte de la luz… así es que en realidad no es que me apague sino que modifico
mi frecuencia y me vuelvo invisible a los sentidos humanos… es algo así como
modificar el dial para tomar distancia del espectro y vibrar en otra dimensión…
pero hay una curiosidad quizás impensada… al estar usted junto conmigo,
adquiere la capacidad de encenderse y apagarse, así es que nadie notará que
estamos aquí, en la soledad de los parajes de la alta montaña, justo donde se
quiebran los valles… quien pase no nos verá y tampoco sabrá que estamos a la
vera de su camino… igualmente, por aquí anda poca gente, y mucho menos en la
noche, a sabiendas que hay seres no humanos que encienden y se apagan delante
de sus narices… ¿qué le parece?...
-
Me parece que es hora de descansar… me gusta su
idea de casa… confortable… me hace recordar a una casa que supe conocer al pié
de la montaña allá por Santa Rosa de Tastil… parecía pequeña, pero cuando usted
la caminaba se daba cuenta que era gigantesca, fíjese que hasta un taller de
pintura tenía… y además un museo… y además el afecto de las personas que
caminan en soledad entre la nada y el todo… un todo que sin necesidad de ser
mucho, es suficiente con ser algo…
-
Sin perder de vista lo andado… ¿vio los remolinos
mientras caminábamos?... los remolinos son el preludio de cualquier sinfonía…
es el universo acomodando cosas…
Pintura de la mano artística de ►
un extracto del Libro
LOS OTROS…®
MEMORIAS DE UN VISITANTE®
Autor: Víctor Norberto Cerasale Morteo
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