lunes, 29 de junio de 2020

Qingyuan, la montaña de fuentes cristalinas - ConfucioMag

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Montaña Qingyuan



Qingyuan, la montaña de fuentes cristalinas

La montaña Qingyuan de Quanzhou combina hermosos paisajes con atractivos monumentos, como la escultura taoísta más grande del mundo, “el primer Laozi bajo el Cielo”, o la estatua de Li Shutong (1880-1942), monje y sabio budista autor de uno de los poemas más bellos del siglo XX.

Un reportaje deYin Yiqiao
尹艺桥
En el área Fengze de la prefectura de Quanzhou se encuentra la famosa montaña Qingyuan, “la primera morada de los inmortales del mar de Min”. Convertida en emblema de la región, recibe además los nombres de “montaña entre las nubes” y “montaña de las tres cumbres”. El suave clima monzónico subtropical de la zona, con temperaturas siempre por encima de cero, hace que se visite en cualquier momento del año, y que se pueda disfrutar de sus hermosos paisajes tanto a pie como en carro.
Estatua de piedra de Laozi. Montaña Qingyuan
Estatua de piedra de Laozi.
Después de atravesar los tradicionales portales que franquean el acceso a la montaña, se llega  a uno de sus lugares de interés más famosos: la roca Laojun. “Laojun” es una forma respetuosa de referirse a Laozi (aproximadamente 571-471 a.C.), el gran pensador chino fundador del taoísmo. Esta roca es en realidad una escultura en piedra que data de la dinastía Song (960-1279). Es citada por primera vez en los Registros de Quanzhou, recopilados durante el reinado Jiading de los Song del Sur (1208-1224), donde se describe su parecido con el maestro y se destaca que “parece haber sido tallada por la naturaleza y terminada por la mano de un habilidoso artesano”. El conjunto es un bloque de granito de unos 7 m de largo, 8 m de ancho y 6 m de alto, que se extiende sobre una superficie de más de 55 m2. Se trata de la escultura taoísta más grande del mundo, “el primer Laozi bajo el Cielo”. De lejos, el famoso erudito parece mirar al observador serio y melancólico. De cerca, sin embargo, su rostro tallado con gran realismo muestra una expresión bondadosa y ligeramente sonriente. Los lugareños dicen que representa el itinerario mental del maestro mientras escribía el Daodejing, en el que, a través de hondas cavilaciones, consiguió finalmente comprender los misterios de la existencia.
Estatua de Li Shutong. Montaña Qingyuan.
Estatua de Li Shutong.
Ascendiendo por la escalera celestial de la sabiduría, encontramos un anciano sentado sobre una piedra. Se trata de Li Shutong (1880-1942), monje y sabio budista autor de uno de los poemas más bellos del siglo XX, “Despedida”, y cuya figura se encuentra vinculada de forma indisoluble a Quanzhou. Atraído por la devoción religiosa de los habitantes de la zona, a los 62 años Li decidió trasladarse al templo de Kaiyuan para entregarse a la práctica y al estudio de los preceptos budistas. Según sus palabras, hasta entonces su vida había sido un continuo devenir de penas y alegrías. El país se encontraba en una difícil situación y se sentía profundamente frustrado por no haber sido capaz de hacer nada por cambiarla. En realidad, fue un influyente estudioso de la civilización china y realizó grandes contribuciones en campos como el budismo, la literatura, el grabado de sellos, la caligrafía, la ópera tradicional y la pintura.
En la base de la montaña se encuentra el templo Shaolin del Sur, que cuenta con más de un milenio de historia. 
En la base de la montaña, en su lado este se encuentra el templo Shaolin del Sur, que cuenta con más de un milenio de historia y está considerado uno de los lugares de origen de la rama de artes marciales del sur de China. Fue construido durante la dinastía Tang (618-907) y tuvo su apogeo durante la dinastía Song. Destruido y reconstruido en varias ocasiones, todavía conserva su aspecto original. Pese a las numerosas vicisitudes sufridas, ha superado la prueba del tiempo y en la actualidad el incienso sigue ardiendo con fuerza en el interior de sus muros. Hoy, numerosos niños son internados desde pequeños para seguir la vía de la iluminación. Desde ese momento, su modo de vida se rige por reglas completamente distintas. A las cuatro y media de la mañana, los pequeños monjes se levantan para practicar artes marciales y, a lo largo del día, pueden llegar a entrenar hasta siete horas y media. El aprendizaje es repetitivo y monótono, pero se trata de un esfuerzo necesario para alcanzar el nivel de perfección exigido. Este tipo de adiestramiento dota a los estudiantes de una fuerte voluntad y un extraordinario sentido del esfuerzo. Ellos son los transmisores de las artes marciales y de la excelente cultura tradicional del templo Shaolin del Sur.
Montaña Qingyuan
Panorámica de la ciudad de Quanzhou desde lo alto de la montaña Qingyuan
La montaña Qingyuan reúne historia, cultura y religión, razones más que suficientes para satisfacer al visitante más exigente. No solo es el destino preferido de quienes aquí viven, sino también el de los que llegan procedentes de las ciudades con la intención de escapar por un momento de la jungla de asfalto para sumergirse de lleno en la naturaleza. Desde lo alto de la montaña es posible contemplar una amplia y hermosa panorámica de la ciudad, que incluye además el fascinante parque del lago Xihu de Quanzhou y la serpenteante corriente del río Jin. Respirando el aire fresco purificador de las alturas, los paseantes pueden proyectar su mirada más allá del horizonte hacia las lejanas historias que se esconden tras los restos milenarios del pasado. Qingyuan es la montaña de fuentes cristalinas. Y también un remanso de paz, inspiración y vínculo con la historia.

pdfPublicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.Número 56. Volumen V. Septiembre de 2019.
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