El eterno retorno de Nietzsche
El pensamiento de Nietzsche es dinamita. Él mismo lo dice en su libro Ecce homo. Llega, piensa, escribe y hace saltar por los aires todo lo que hasta ese momento hay y se cree: la confianza en la razón y la verdad, en los valores, en la fe, en el propio ser humano. Y retrata un mundo sin convicciones. «Un nihilista es alguien que prefiere creer en la nada a no creer en nada», dice el filólogo-filósofo para quien la muerte de Dios, que él mismo anuncia, nos deja huérfanos de referentes e instalados en un enorme vacío. Repasamos la vida, la obra y las ideas del pensador, que murió hace 120 años sin ser consciente —¿o siéndolo?— de la enorme influencia que tendría en Occidente en los siglos XX y XXI.
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