martes, 4 de agosto de 2020

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Thuk Je Che Tibet


SHAMBHALA, el Reino Mágico

"Que pueda renacer en Shambhala, la más preciosa de las joyas
Y completar el camino que lleva hacia el Yoga Tantra Superior..."

Shambhala o "bde byung", en tibetano significa, "La fuente de la felicidad".

El Reino de Shambhala ocupa un lugar central en las enseñanzas de Kalachakra. No solamente el histórico personaje Shakyamuni Buddha enseñó el Kalachakra al rey Suchandra de Shambhala, sino que también se dice, que estas enseñanzas están guardadas allí y que dentro de unos siglos, desde Shambhala se extenderá un nuevo renacimiento espiritual en el mundo.

Como puede observarse en la imagen que sigue, Shambhala normalmente está representada en forma circular y dividida al igual que la Rueda del Dharma (De la ley o vida. Se extiende a través de altas montañas y contiene en un interior muchas ciudades. En su centro está la capital Kalapa.

Cuenta la tradición que algunos, incluyendo a los que introdujeron el Kalachakra en nuestro mundo, habían viajado hasta allí, o habían tenido visiones del lugar. Uno de estos visionarios, todavía con vida actualmente es Khamtrul Rinpoché.

Como Su Santidad, el Dalai Lama hizo observar durante la iniciación del Kalachakra de 1985 en Bodhgaya, Shambhala no es un país geográfico real:

"Aunque aquellos con una especial disposición espiritual puedan enlazar con el a través de una conexión kármica, Shambhala no es un sitio físico concreto que podamos visitar o encontrar. Solo nos referimos a el como un lugar de pureza, una tierra pura en el reino de los humanos. Y aunque se pueda disfrutar de la gracia de una asociación kármica, no se puede realmente llegar allí"

Así la leyenda cuenta que al sur Kapala, la capital de Shambhala, está el Parque del Bosque de Sándalos, al este, el Lago Manasa Inferior y más allá al oeste, el Lago Blanco de Loto. En el centro del Parque del Bosque de Sándalos, está el gran Mandala de Kalachakra, construido por el rey Sushandra (El primer rey de Shambhala), morada de dioses y diosas y hecho con las cinco joyas.

Podemos hablar de 3 Shambhalas: La Exterior, que existe como un reino en el mundo externo, la Interior que yace escondida en el cuerpo y en la mente, y la Otra, que es el mándala Kalachakra con todas sus divinidades.

El viaje exterior a Shambhala tiene una estrecha relación con la consecución práctica del Kalachakra, los obstáculos físicos que podamos encontrar en el camino y que suponen barreras internas que actúan como nudos y que pueden bloquear el flujo de energía que circula a través del sistema nervioso. Pueden representar nuestras propias debilidades mentales, como son la ignorancia o los deseos que impiden la progresión en nuestro conocimiento. Ello obliga a trabajar para conseguir la apertura de los chakras, liberar la mente interior de su prisión y a si llegar al centro del corazón.

Tomando el viaje interior, luchamos para recuperar la directa sabiduría de la niñez, con todo su sentido de sorpresa, ingenuidad y temor. Pero no podemos hacer este recorrido forzándonos a volver al pasado y hacernos niños de nuevo, ya que hemos perdido esta inocencia que nos permitía experimentar directamente con el mundo. No podemos simplemente ignorar o apartar todas las ideas preconcebidas que ahora ensombrecen nuestra visión. Tenemos que ser capaces de comprender lo que hemos hecho con nuestras mentes, pues sólo adquiriendo conciencia de nuestras ilusiones y de como estamos vinculados a ellas, podremos escapar a su poder y conocer la sabiduría del mundo que nos rodea. Tenemos que seguir adelante, hacia una nueva y más sabia ingenuidad, aquella que combina la capacidad de maravillarse de un niño, con la sabiduría y la astucia. Tratando los acontecimientos diarios de nuestras vidas como si fueran un viaje mágico al reino de Shambhala, podremos desvelar los aspectos escondidos dentro de nosotros mismos y que necesitamos conocer para llegar a la plenitud de una mente más profunda.

Podemos considerar la historia y profecía de Shambhala como una alegoría relacionada con el curso de toda la vida del ser humano. Estas enseñanzas de iniciación de Buda en la India, simbolizan el nacimiento de una criatura envuelta de aire fresco, una nueva visión de la realidad. La pérdida de la verdadera religión en el mundo exterior, representa la perdida de la espontaneidad y receptividad propias de la infancia y que se van perdiendo en la medida en que la sociedad anima a ignorar esta naturaleza interior. De la misma manera que muchas doctrinas bárbaras se apoderan a veces del mundo, los valores ajenos también se apoderan de nuestra mente, llenándola con deseos conflictivos e ilusiones, llegando al extremo de entablarse una lucha consigo mismo.

La mayoría de la gente, no va más allá de esta etapa; permanecen cautivos en los conflictos de la conciencia superficial, imposibilitando el conseguir lo que quieren o ver lo que realmente son. Y los que logran el triunfo mundano, que todos reconocen, alcanzan el nivel del Rey que une a todos los bárbaros bajo la dictadura de su gobierno. La batalla final y la edad de oro, representan la satisfacción plena de la vida, el logro de la verdadera madurez.

Este mito de constante mejora y desarrollo, que ha que está con nosotros desde hace tanto tiempo, esta sin embargo ahora, alcanzando sus límites. Incluso los que piensan que han conseguido el bienestar que aspiraban, los que viven en barrios ricos u otros oasis de prosperidad, están experimentando una creciente sensación de vacío, desnudez y falta de sentido que conduce a muchos de ellos a actos esporádicos de violencia y de autodestrucción. El mito del progreso parece, de hecho, habernos conducido a un degenerado periodo de materialismo que podemos pensar precede a la Edad Dorada que según el Shambhala, está por venir.

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