miércoles, 21 de abril de 2021

CONVERSACIONES ESTÚPIDAS 3© [10] By Víctor Norberto Cerasale Morteo®

CONVERSACIONES ESTÚPIDAS 3© [10] By Víctor Norberto Cerasale Morteo® Querido Hugo (Enrique Milanesi), [In Memoriam] te escribo estas líneas porque te me fuiste sin avisar, te fuiste sin decir nada, te fuiste de repente, te fuiste como nos vamos todos, en un abrir y cerrar de ojos, en el silencio del “sí mismo desprendido” y tu día fue el 24 de marzo de 2021, ¡vaya día que elegiste!, pero ya sabemos que nosotros nos vamos cuando nos llaman, no cuando queremos, y así suceden las cosas, la vida queda por detrás y solo nos quedamos en la memoria de los otros, mientras les dura, porque después hasta de allí nos caemos… te fuiste lejos, a pasar tu último tiempo en La Rioja, vos que amabas Santiago del Estero, vos que amabas tu Rosario de Santa Fe, vos que te considerabas un ciudadano del Río de la Plata… un hombre de las llanuras que dejó ir sus últimos días entre montañas… ¿ves?, es rara la vida, uno interpreta las circunstancias según como vienen, pero aún siendo hermanos del alma, lo que uno ve, el otro no lo percibe, y viceversa, por eso es buena la amistad, te suma sentidos para discernir el más allá… sucede todo el tiempo, las decisiones que tomamos, adelantan o retrasan el reloj, y dado que uno desconoce su fecha de caducidad, simplemente va hacia adelante, entendiendo que ése es su lugar y que ahí donde está, está bien… aunque nos hablábamos seguido, hace tiempo que no nos reuníamos… nosotros, justamente, que cuando andábamos por Santiago del Estero, nos juntábamos a comer pizza en tu departamento, o nos juntábamos a almorzar o cenar en el Hotel Nuevo Bristol… quién lo hubiera dicho… de vernos todos los días, pasamos a vernos de vez en cuando, y de hacerlo, pasamos a encontrarnos una vez al año, alguna vez, como para no olvidarnos que nos declarábamos hermanos del alma, algo que no se puede explicar con palabras, pero que se lleva en la fibra del alma, nacidos en distintos tiempos, pero unidos por vaya a saber qué artilugio del destino… como recordarás dejé de viajar en noviembre de 2014, pero continué trabajando hasta diciembre de 2017, medio agotado, medio presionado, medio agobiado, el mundo del cáncer te chupa las energías y la muerte de los otros te hace reflexionar el sentido de la vida… y vos ya en 2016 me decías que estabas cansado de trajinar con autoridades políticas y con las incoherencias de este nuevo modelo de poder que carga siempre contra la gente, ya te lo dije varias veces, este poder se caracteriza por ser una máquina de impedir, no gestiona por la gente sino por sus egos, y de allí, nada bueno puede salir, se apropian de todo y luego desprecian a la gente por su condición de mortales, como si ellos fuesen superiores, semidioses, menos mortales que el resto… en fin, siempre coincidimos en nuestras visiones de la vida, por eso, quizás, me sorprende que te hayas ido sin avisarme… pero cuidado, no es un reclamo, sólo lo menciono porque siempre fuimos de aquellos protegidos por el precepto: “todo nos une, nada nos separa”, algo que nos caracterizó a lo largo de no sé cuántos años de amistad genuina… ¿cuándo fue?... ¿en los setenta?... ¿no?, quizás en los ochenta… recuerdo que vos simpatizabas con tus ancestros italianos y yo lo hacía con los alemanes, un amparo cultural que arrastro desde mi niñez, inexplicable, ellos me aman, yo los amo… recuerdo que a vos te tiraba España y que yo miraba siempre a la Unión Soviética… ¡quién iba a decir que tu nieto recalaría en una Europa complicada, con pasaporte italiano, en pleno siglo XXI!... ¡quién iba a decir que yo iba a ir a parar a Alemania en esos mismos ochenta y que luego terminaría estudiando en la ex URSS, de incógnito, en el más estricto de los silencios!... por eso te digo que la vida es rara, y uno debe tomarla como viene… nunca me explicaste cómo fue que la bioquímica te eligió, y que de allí te fuiste a plantar cebollas en Santiago, y que un día te fueron a buscar para volverte funcionario público… pero debo reconocer que nunca te expliqué cómo fue que la investigación médica me eligió, ni cómo fue que la medicina nuclear me eligió, y fui a parar a los lugares menos pensados… pero eso es otra historia, que ya está escrita, a pesar de los difamadores que nunca faltan, esos que supieron rodearnos por un rato, ratos y la mitad de un rato… la gente no quiere darse cuenta que en la vida todo vuelve… la maldad regresa siempre a quien la contiene, que es el mismo que la fabrica… mientras que el amor siempre regresa al alma donde reside, y no es un cuento, te ha pasado varias veces, y a mí me ha sucedido varias veces, ya que el amor es que lo que das, y también lo que recibes, por eso es que estamos mientras lo recibimos, y dejamos de estar cuando el amor se vuelve un hueco… asimismo, las mentiras siempre vuelven a quien las dice, a quien las inventa, a quien las pergeña… y desde luego, la envidia siempre regresa a aquel que la siente… pero curiosamente, querido hermano, siempre estuvimos protegidos de la maldad, a veces más, a veces menos, pero siempre estuvimos a salvo de aquellos que pretendían atropellarnos con su odio, hablamos de los ámbitos laborales, así como hablamos de las circunstancias de la vida, nos tocó cruzarnos muchas veces con personas malvadas, de distinto tenor, pero llenas de odio, y siempre salimos indemnes, seguramente porque la maldad jamás se nos pegó, ni siquiera para devolver un golpe, un atropello, un despojo, un insulto, una traición, somos de los que siempre vamos para adelante, así es que siempre caminábamos tras nuestro mañana, una consigna de vida que muchos no entienden… muchas veces en la mayor de las soledades… muchas veces andando juntos, así como nos acostumbramos en los últimos años, desde 2007 hasta 2014, o desde 2007 hasta que dejé de viajar, o desde 2007 hasta que te llamaron, ¡qué se yo! Algún motivo habrá para que la vida siempre nos haya juntado, ¿no es cierto?… los espacios son difíciles de cuantificar, y uno nunca es demasiado consciente mientras los ocupa, ¿no te parece?... siempre estuvimos protegidos de la mentira, y vaya que lo estuvimos, ya que estábamos rodeados de mentirosos en cada uno de nuestros respectivos ámbitos, pero fíjate que la mentira siempre volvía a aquel que la profería, y nuestros pasados, aunque golpeados, permanecen intactos de las malas intenciones propias de aquellos que viven escudados en el engaño, algo que abunda en nuestra tierra, pero que como te dije, abunda en todo los suelos, en todos los aires, en todos los espacios, ya que en todos lados se cuecen habas, y gente mala hay en todas partes… y nunca nos faltó estar rodeados de envidia, ese singular sentido de querer lo ajeno para un sí mismo lleno de egos desquiciados… envidia por la voluntad y envidia por el esfuerzo… envidia por los logros y envidia por los supuestos éxitos… pero creo que nuestro secreto siempre residió en que nunca nos creímos nada, ni los puestos que nos tocaron ocupar, ni los roles que nos tocaron cumplir… simplemente nunca nos creímos nada de aquello que la radio pasillo decía a nuestras espaldas, por eso, hoy queda claro que los envidiosos se han quedado con las derrotas que supieron comprar, y nosotros tuvimos la capacidad de no vender los éxitos, así es que estos pasaron desapercibidos y están estampados en la historia, esa que se hace imborrable, donde todo queda registrado, incluyendo palabras, intenciones, pensamientos, reflexiones y hasta observaciones y contemplaciones… ¿Te acordás?, hablábamos de las ecuaciones de la vida, hablábamos de las ecuaciones de la muerte, hablábamos del modelo matemático que rige la vida, y llegamos a la conclusión que, además de un modelo matemático que coordinaba los ciclos de la vida y determinaba el qué, el cómo, y el cuándo de cada quien, había un modelo paralelo al matemático, que era químico, donde los procesos eran presentes o renuentes, donde había unión o no había nada, donde había comunión o había repulsión… fue por eso que llegamos a la conclusión que junto a ellos, estábamos a merced de un tercer modelo que era físico, lo que en el fondo nos hacía átomos convergentes o divergentes, dentro un universo de energías que apenas alcanza para ocupar una caja de zapatos, no más que eso, que parece inconmensurable, inmenso, majestuoso, expansivo, pero que no es más que una ilusión diseñada para creernos con vida, por un destello que en el tiempo no llega a ser más que un segundo, para inmediatamente regresar, muerte mediante, a ser lo que verdaderamente somos, un gas con entidad propia, la visión gaseosa del sí mismo en viaje cósmico para agregar valor a los espacios concedidos… sí, ¿te acordás?, llegamos a la conclusión que somos parte de una geometría que está más allá de la capacidad humana… despejamos ecuaciones en las que luego caemos, que nos habilitan a nuevos problemas con nuevas ecuaciones a despejar, y así es la cosa… ecuaciones que son reductos matemáticos que a su vez contienen pares químicos y físicos dentro de los cuales somos contenidos para existir por un rato… menos mal que no nos escuchaba nadie, de lo contrario nos hubiesen encerrado por locos… pero, ¿sabes?, la locura es propia de los observadores que andan por la vida tomando nota de lo que alcanzan a ver, a veces con los ojos, la mayoría de las veces con el alma… Tú siempre fuiste deportista… hombre de ligas mayores… acostumbrado a los entrenamientos, a los viajes, a la competencia, a los dobles, a los triples, a correr y volver, a encontrar el equipo, a ir y venir, a subir y bajar, a avanzar y retroceder, acostumbrado a mirar el mundo desde tu metro noventa… se ve distinto el mundo desde arriba, ¿no?... el deporte te prepara para lidiar con el adversario, y eso te fue de mucha utilidad en la lucha que te tocó en suerte y en los roles que debiste cumplir… vicisitudes que sólo las conoces tú y nadie más… por eso te digo que las opiniones foráneas están de más, ya que nadie estuvo en tus zapatos para transitar el camino que seguías… los anónimos te valoran en el silencio, los desconocidos te reconocen desde el silencio, por eso la conducta que has sostenido se tiene como ejemplo y referencia… y eso, hermano del alma, no tiene precio… Yo, en cambio siempre fui bicho de laboratorio, sin habilidades físicas suficientes como para encarar un partido de fútbol, con demasiadas elaboraciones cerebrales, reflexionando siempre sobre el devenir, el paso que sigue, siempre anticipándome a los hechos… mi metro setenta y siete me daba para eso, y allí siempre me sentí más o menos cómodo, según quiénes eran los que me rodeaban… Alemania es un país de excelentes amigos, pero también puede serlo de los peores enemigos, y me tocaron los dos extremos… conviví con ellos hasta que me tocó regresar a la Argentina, país difícil si los hay… un país que tiene sabor a miel, pero que en el estómago se vuelve agrio, como el librito del apocalipsis… Luego abordábamos los temas habituales y tengo muy presente nuestras extensas conversaciones en el hotel Selva Montana de San Lorenzo, y más tarde en el hotel de los mineros, allí camino al Aeropuerto, sobre la ruta 51… muchas iniciativas frustradas… muchas ideas recurrentes… muchos motivos propios de una generación que se vio obligada a remar contra la corriente desde los albores de la vida… como siempre, nadie estuvo cuando tuvimos que enfrentar nuestras circunstancias, así es que las opiniones de los terceros guardan escaso valor… siempre estuvimos acostumbrados a luchar con geometrías sociales complejas, pero nos tocó en una época donde había interlocutores válidos, capaces de poner la cara, o bien, capaces de escuchar y entender razones… con eso construimos nuestro mundo y sobrevivimos en él, que no es poca cosa… lo demás, siempre es materia opinable… pero, así como nosotros no podemos emitir opinión sobre las circunstancias que les tocan a nuestros hijos, del mismo modo, ningún otro puede decir nada más allá de sus sentires personales… la vida suele ser cruel y uno debe crear los anticuerpos que lo protejan de semejante suerte… pero nosotros, vos y yo, ya estamos nutridos por nuestros respectivos pasados… no le debemos nada a nadie… y las deudas que tenían con nosotros, ya fueron perdonadas, o quizás, ya fueron olvidadas, para volver siempre la mirada hacia el paso siguiente… lo hemos demostrado cada vez que se dio la oportunidad… Nunca guardamos rencor, pero sí padecimos muchas decepciones… pero eso también es habitual en esta vida… sin embargo, supimos esquivar el atolladero y seguir siempre hacia adelante… podríamos aseverar que las decepciones nos agregaron valor a la maduración como hombres de bien… Hoy rememoraba nuestro viaje a Cachi… fue mágico… recuerdo tus miradas de asombro al superar los tres mil quinientos metros de altura… al ver las nieves eternas de la cordillera… y los espectaculares paisajes desde el hotel del Automóvil Club Argentino… no te cansabas de sacar fotos y de caminar por esos jardines llenos de historia… realmente, se trató de un día irrepetible… todo acompañado por unas empanadas salidas de manos divinas… momentos que no tienen precio y que quedan para siempre impregnados en el espíritu… sé, que así pudiste sentirlo… estabas como un chico con juguete nuevo… También recordaba nuestro repentino viaje a Santa Rosa de Tastil, donde pudiste apreciar el mundo desde su techo, a cuatro mil metros de altura… allí te costó encarar el primer tramo de ascensión a las ruinas, pero una vez que te acostumbraste, no te alcanzaban los ojos para dimensionar el valor arqueológico de algo casi desconocido, las piedras meteóricas, las otras de micas, y las hectáreas de un reducto donde nuestros ancestros supieron construir cultura a partir de la nada… sé que volviste de allí con el alma llena de Dios… le doy gracias por haber podido compartir semejante instante… Finalmente, tuvimos la suerte de estar juntos en nuestro viaje a Purmamarca por el camino de cornisa, de ida y de vuelta, una experiencia sublime y para pocos… otro momento de gloria en nuestras vidas… con una parada para almorzar en el dique La Ciénaga en Jujuy, donde todo estaba exquisito, sobre todo las rabas, y donde las compañías supieron alegrar la instancia de estar en esos lugares que uno sabe que seguramente no volverá a pisar jamás… compartir nos eleva por sobre la condición humana… Querido hermano, no es mi intención hacerla larga… me alcanza con decirte que hemos vivido y que podemos irnos con la frente en alto… todo lo demás, no es más que lo demás… estamos unidos por la eternidad, y siempre regresamos a ella, así es que en breve nos estaremos confundiendo en un abrazo de almas…

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