viernes, 23 de abril de 2021

CONVERSACIONES ESTÚPIDAS 3© [12] By Víctor Norberto Cerasale Morteo®

CONVERSACIONES ESTÚPIDAS 3© [12] By Víctor Norberto Cerasale Morteo® Quien habla mucho, tiene poco para decir… quien abunda en palabras, transmite pocos contenidos… quien escupe palabras, ensucia rostros y aturde espíritus… siempre se destacó por hablar a borbotones… casi no respiraba… era una catarata de palabras que ahogaban al interlocutor, tantas, que al cabo de un rato, caías en la cuenta que no decía absolutamente nada… al no haber respiro, parecía inteligente, pero detrás de las palabras reinaba el más atroz de los vacíos… mirada sostenida, mucha seguridad inadvertida… desde luego, en las reuniones con amigas, en sus encuentros con las ponedoras de rostros, llevaba la voz cantante, y todos le asistían embelesados, pero cuando rasgabas lo dicho, te encontrabas con que no había nada, los sonidos se desparramaban en un abismo sin fondo… algo semejante a los discursos políticos… algo semejante a las expresiones del poder… tanto palabrerío me hacía pensar en el agotamiento de quien oye… peor aún, en el agotamiento de quien escucha o de quien intenta hacerlo… llega un momento en que no sabes dónde estás parado… dudas de lo que está sucediendo… y cuando reflexiones sobre los contenidos, caes en la cuenta en que no se dijo nada… sin embargo, las amigas aplaudían y hasta festejaban sus palabras… desde luego, amigas de la circunstancia… amigas para la foto a las que no les podías pedir una mano, a sabiendas que jamás te la darían… escondedoras de potenciales envidias y peores desprecios… pero afables a la hora de colocar la cara y ver qué ventaja se puede sacar de cada partido, de cada encuentro… quizás había utilidades, quizás no… pero el concierto desconcertante siempre avanzaba hacia elucubraciones temibles, donde el hombre era culpable de todos los males de la tierra, y donde las conveniencias se blandían al modo de banderas sin tierra… un mundo de propiedades ajenas donde la frontera se asume como propia y donde el otro es un enemigo propiciatorio, así como así, por las dudas… en el aquelarre jugaban a ver quién había obtenido más logros… quien podía mostrar más éxitos… y se contaban hasta el tendal de muertos por el camino… muertos ficticios claro está, figura de víctimas que había caído en sus redes y que había quedado secos como los bichos en las telas de arañas… eso, para ellas, era como tocar el cielo con las manos… era un logro divino… pero, jamás reparaban en los daños… las víctimas quedaban desparramadas por el suelo sin derecho a réplica y ellas se apropiaban de todo lo que podían, trabajo de los maridos mediante, ya que ninguna hacía nada más allá de sus maquillajes de guerra… para las tareas del hogar tenían sus sirvientas, mujeres de segunda condición, nacidas para trajinar, ellas se sabían princesas, no mucamas… una reiteración del desprecio que las señalaba como personas con un singular complejo de inferioridad, o quizás no, por el contrario, con un singular complejo de superioridad, a costillas de varones negados pero usados para sus fines femeninos a ultranza… algunas de ellas tenían sus amantes ocultos, pero manipulaban las cosas como salir siempre indemnes… dichos amantes se justificaban en sus feminismos libertarios, donde el aborto era sinónimo de rescate, donde la eutanasia era sinónimo de autonomía… ¿de quién eran los hijos?... nunca se supo… los ADN suelen jugar malas pasadas, pero eso es hoy, antes nadie se daba por aludido y las paternidades se asumían sin chistar… ¿los hombres?, les hacían el juego y atendían sus propios desplazamientos, donde seguramente, en el polo opuesto, sucedía lo mismo, esto es un “todos engañando a todos”, esto es un “todos mintiendo a todos”, para inmediatamente escuchar un falso “te amo”… aparecer juntos, tomados de la mano, en reuniones de amistades de caras rotas, máscaras deformadas por lo fingido de la circunstancia… aparecer entrelazados, en reuniones familiares donde todos se miraban de soslayo, viendo qué se puede sacar de esta fiesta… si hurgas un poco en el alma de estas mujeres, te das cuenta que reinan abismos… esencias sin contenidos… karmas que de tan dibujados, están desdibujados… órbitas que de tan construidas, están deconstruidas… raro, pero real, y de tanto, tal vez, habitual… crear escenarios para luego engañarse debe tener sus resultados… vivir fingiendo lo que no sé es, también debe ofrecer sus resultados… y evidentemente, tenían logros abundantes para mostrarse y mostrar a los otros… en especial propiedades y bienestares, respaldos bancarios extensos como puente de montaña… cuando hendías el dedo, inmediatamente aparecían los barros, tan pegajosos que enseguida tomabas distancia, preguntándote qué había debajo… ¿para qué meter la mano?... quizás, luego, sería imposible retirarla… o tal vez, de poder hacerlo, saldría infectada de tanta maldad… a veces, es mejor no preguntar, no saber, no averiguar, y dejar que el viento acomode las circunstancias de los otros… intervenir puede ser peligroso… participar, puede ser mucho más peligroso… porque no sabes donde lleva el camino, y en una de esas, te encuentras en un embrollo que funciona a modo de laberinto, o peor aún, de callejón sin salida… desprevenido, quedas atrapado en un interminable laberinto de pasillos oscuros, donde no se alcanza a divisar el uno mismo atosigado… ¿Hay una consciencia inconsciente?... seguramente sí… igual que hay universos paralelos, igual que hay Tierras paralelas, igual que hay mundos paralelos… no es necesario saber que existen… no es necesario verlos con los ojos… se huele… se intuye… se siente (si quieres)… cuando te vistes de palabras huecas, el inconsciente supera al consciente y le dibuja un qué, un cómo, y un dónde, ficticios, ilusorios, pero reales en la mente de quien los fabrica, a veces reales en el espíritu de quien los toma como propios… tan reales que esas gentes viven allí vendiendo glorias a quien las quiera comprar, y por supuesto, siempre hay alguien dispuesto a comprar historias ajenas donde las glorias portan escudos y blasones… los que toman consciencia de ello, se espantan… pero son pocos, tan pocos que son escasos… los fenómenos físicos tienen su complejidad que va más allá de la razón humana, pero curiosamente, los fenómenos químicos, también guardan notable complejidad, que va mucho más allá de la razón humana… y cuánto más te crees que sabes, es cuando menos sabes, menos descubres, menos entiendes, menos comprendes, menos disciernes… es decir, es cuando más te exceden las cosas… léase, los fenómenos de la consciencia están atados al karma, así es que con ciertas almas, esa consciencia es un acertijo… léase, además, los fenómenos de la consciencia se relacionan con la esencia de cada ser, y las esencias son impenetrables en el concierto de los ángulos de la Tierra, por lo tanto, pretender adivinar qué hay en ellas, es una estupidez humana que no logra resolver la ristra de ecuaciones pendientes… ¿pavoroso?, pavoroso… no es bueno engañarse… no es bueno estar cerca de gente que construye mundos de mentira, a la medida de sus mentiras… esa gente suele ser tóxica, pero el veneno que despiden es aquel que te mata… y si no te mata, te envenena lentamente… y si no te mata de una, te degrada hasta devorarte en su juego, entonces pasas a formar parte de sus paisajes irreales, y encima, si no despiertas, te la crees, entonces pasas a ser uno más de ellos, sin quererlo, pero caes en sus redes de pesca… ¿sabes?, la maldad se respira… no sabes dónde está, pero está, igual que las bacterias o igual que los virus… ¿sabes?, la envidia se respira… no sabes dónde está, pero está, y te atraviesa produciendo un daño monumental, que a veces se traduce en decepción, pero que además de eso, se te lleva puesta el alma… sucede lo propio con las palabras, aunque no las oigas directamente, quedan flotando en el espacio y finalmente, más temprano que tarde, o más tarde que temprano, te llegan… te golpean… y el espíritu golpeado siente que algo lo tocó y le dejó huella, le dejó una marca que a veces duele como herida de cuchillo… cuando la esencia de uno no encaja en la esencia del otro, sólo queda la salida, la búsqueda de un camino que fabrique distancias, una senda que evite las contaminaciones, una órbita que tenga la suficiente variabilidad como para esquivar impactos de “meteoros” indeseados… así como no se puede vivir en un ambiente tóxico, tampoco puedes vivir junto a gente tóxica… cuando no eres una astilla de ese palo, el daño suele ser monumental… y cuando dicho daño se sostiene en el tiempo, el veneno hace estragos, no sólo en el cuerpo, sino en el alma… confunde, y finalmente, si no logras salir, te funde con el paisaje que reina en la calamidad contaminante… Se me ocurrió, alguna vez, intentar explicarles la necesidad de transpolar la órbita… se me ocurrió, alguna otra vez, intentar convencerlos sobre la necesidad de modificar la trayectoria… se me ocurrió, entonces, intentar agregar valor a las esencias desérticas… fue el peor de los errores… que derivó en la peor de las tragedias… que fabricó un concierto de extrañas calamidades… no puedes cambiar la esencia de nadie… por lo tanto, los pensamientos que contienen maldad, no se modifican jamás… desde ya, intentar contribuir al pensamiento ajeno, es algo semejante a pretender colonizar la mente ajena… y la mente extraña es, justamente, tan extraña, que de tanto, es inalcanzable… la maldad se rodea de muros inexpugnables… por lo tanto, así como no puedes meterte en la esencia ajena, mucho menos puedes intentar ingresar a la maldad ajena… ni a la envidia… ni al desprecio… ni a la necedad… ni a la negligencia… mucho menos a las segundas intenciones… léase, el otro es inaccesible, aun cuando se muestre amable y complaciente… es lo que es… no está aquí para que alguien lo modifique, sino eventualmente para modificarse a sí mismo, y por lo que tengo visto, esas almas van siempre para peor… de cierta maldad pasan a una mayor maldad… de cierto desprecio suben la apuesta a un mayor desprecio… lo cual evidencia que la esencia es inaccesible, te lo repito… cuando intentas aportar una salida, estas personas van hacia el lado contrario, es decir, suben su apuesta para peor, siempre… así es que lo más prudente, es alejarse, tomar distancia, huir, y dejarlos con su esencia tal cual venía… al hacerlo, en verdad le reconoces que su esencia es intocable, y por lo tanto, su karma lo es, lo cual les produce complacencia y el reconocimiento (si es que vale el concepto), de que finalmente, los aceptaste tal cual son… claro está, cuando esto ocurre, ya estás muy lejos para darte cuenta… y la consecuencia de la lejanía, se percibe en el aire, pero queda pendiente para los mañanas que jamás se dilucidarán… La gente tóxica se viste en sus hogueras y estas, aunque parezca mentira, no son cuestionables, simplemente son… viven en ellas y se nutren de ellas… y esas hogueras funcionan como infiernos a medida, donde ellas se sienten cómodos de ser lo que son, de ser como son, y de ser quienes son… por lo tanto, cualquiera del otro lado del sí mismo desvariado, pasa a ser un extraño, un enemigo, o bien, una fuente a la cual saquear… y su vida transita entre pasados donde las glorias la componen las víctimas que quedaron por el camino… a veces, descubres rápidamente la coyuntura, pero la mayoría de las veces, darte cuenta te lleva mucho tiempo… vas atando cabos y no siempre llegas a la revelación… por lo tanto, mientras dura el proceso, vives atrapado en un apocalipsis a escala donde eres el culpable de todos males, hasta que te cae la ficha… cuando cae la ficha, las heridas que portas son muchas, y los dolores muchos más, pero la liberación hace que olvides rápidamente todo lo cursado, y el tomar distancia hace que la salvación se vea grandiosa… como te dije, los papeles no justifican a las familias… son apenas un respaldo jurídico diseñado para los momentos de desavenencias donde ella, por lo general, se queda con la mejor parte… y está bien que así sea, porque el sentimiento de liberación, no tiene precio… es algo semejante a un desprendimiento en el espacio, donde adquieres la entidad de la órbita propia… propia, porque tu trayectoria es única y mereces la soledad del sí mismo desprendido… después de todo, familia no son lazos de sangre, familia es aquel componente ajeno a ti mismo que te hace feliz, aunque más no sea por un instante… sentirse en comunión con uno mismo, no tiene precio… hacerlo con otra persona, es como complementar el alma para el tránsito complaciente donde el karma se alimenta de lo genuino… justamente, lo genuino, está más allá de las palabras… no necesita de palabras para ser lo que es… simplemente, es…

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