En las tejas se ha formado hielo, la temperatura a la intemperie alcanzó los -5 grados Celsius, en las chapas galvanizadas también se ha formado hielo, así es que gotean sobre el patio cubierto y sobre los canteros que bordean el jardín… las tejas congeladas van dejando caer gota tras gota, mojando las piedras y el suelo alrededor de las plantas… mientras tanto, pienso en escribirle al ser humano, el mismo que anda falto de humanismos… el mismo que está empecinado intentando vivir a pesar de las circunstancias adversas… el mismo que se aleja de la felicidad para juntar cosas, tener cosas, poseer cosas, sin darse cuenta que todo eso representa una carga que se va haciendo más y más pesada, hasta que te paraliza… ¿qué le dirías?... ¿qué le dirías al ser humano?... ¿qué le dirías al ser humano extraviado?... ¿qué le dirías al ser humano hastiado?... ¿qué le dirías al ser humano frustrado?... tal vez le diría que es necesario dejar a la Tierra en paz… tal vez le diría que es necesario dejar a los árboles en paz… posiblemente le diría que es imprescindible dejar a la naturaleza en paz… quizás le diría que es necesario dejar a las especies que viven en la Tierra en paz… pero ello no me impediría repetirle que deje al planeta en paz… y se lo repetiría una y otra vez… el problema reside en que el ser humano no tiene paz, entonces todos padecen dicha falta de paz… el problema reside en que el ser humano está perdido de sí mismo, entonces todos padecen ese desencuentro con la felicidad, o lo que es lo mismo, esa infelicidad constante que acosa al ser humano en sus días… ese sentimiento de incomodidad permanente… esa curiosa necesidad de ver que el otro sufre un daño constante que no se sabe de dónde viene… un daño que no está en la piel sino en el alma… una daño que no está en el cuerpo sino en el espíritu… una daño que no se refleja ni siquiera en la mirada, sino que está en la consciencia, latiendo en un espacio indefinible, que nadie sabe dónde está, pero que existe y puede percibirse aun a pesar de las inconsciencias… todos hablan de la importancia de la filosofía, pero esta desconoce dónde está el alma… peor aún, desconoce qué es el alma… más aun, no sabe para qué sirve el alma… pero sucede lo propio con el espíritu, existe sí, pero nadie sabe dónde se ubica, dónde si sitúa, de qué se habla cuando se hace referencia a él… sin perder de vista que con la consciencia sucede lo propio, es algo que está allí en alguna parte, pero nadie sabe dónde es esa parte… para el humano medio, lo que no se ve, no existe, lo que no se toca no existe, lo que no se oye no existe… entonces, lo fundamental de la esencia humana se pierde de vista en un laberinto de suposiciones… en un laberinto de elucubraciones… y el hombre mira para afuera pero no sabe cómo hacer para mirar su propio adentro… busca las soluciones afuera cuando en realidad las mismas están adentro… entonces se crean problemas que nadie sabe de dónde salieron… pero es el mismo ser humano el que los inventa, en su desesperación por vivir, por tener, por poseer, por tener tranquilidad económica, por tener un techo para hoy y otro para mañana, por poder mostrar a los otros que la vida, la suya, ha sido un éxito, y que no ha habido fracasos, y que todo es gloria, y que el alma se refleja en dicha gloria, sin embargo, cuando vas a buscar esa misma alma, ves que está vacía, y que no hay satisfacción plena a pesar de las posesiones, tiene de todo, pero no tiene nada, o bien, tiene de todo, pero no se tiene a sí mismo… entonces te das cuenta que donde supuestamente está el alma, o al menos, donde debería estarlo, no hay nada, sino un hueco sin fondo… y que justamente, en ese hueco sin fin, hay una tremenda insatisfacción por no poder tener más, por no poder poseer más, algo que le impide darse cuenta que a mayor propiedad, menos uno mismo… le impide caer en la cuenta que el camino a seguir es el inverso, liberarse de las posesiones aligera el andar y despeja el camino, porque al fin y al cabo, de aquí no te llevarás absolutamente nada, nada más que lo que hiciste con tu alma, con tu espíritu, con tu consciencia… es decir, si no las alimentaste con prudencia y con sapiencia, las mismas quedarán tan vacías cómo cuando naciste… al no nutrir la esencia, te vas con el karma vacío… y el karma vacío, representa en sí mismo una carga… la carga de un pasado no resuelto…
Deja el universo en paz, que cada espacio tiene su motivo y justifica una idea, que alguien pensó… deja la galaxia en paz, que cada espira tiene su motivo, y justifica una idea, que alguien pensó para que tuviese dicha forma, para que girarse en un lugar del espacio, para que oscilara, para que se moviera libremente generando un orden que ningún humano puede comprender, para que vibrara según un sentido que está más allá de la vida humana y sus circunstancias… deja el planeta en paz, que cada planeta se corresponde con una estrella que le confiere sentido y lo justifica… el universo es una geometría que está mucho más allá de los sentidos humanos, y no guarda explicación alguna más allá de sus propias matemáticas… donde el universo es un número que está muy lejos de la comprensión humana, y no guarda explicación posible para ninguna geometría conocida… porque el hombre aprecia el paisaje exterior pero se olvida del propio, de lo que hay adentro de sí mismo, entonces, simplemente, se pierde… no se da cuenta de la importancia de “encontrarse”… juntar cosas es agregar peso en la espalda… juntar cosas es quedar inmovilizado… mientras tanto la vida te atraviesa y te consume… no produces, no das frutos, no eres ni surco ni semilla, no eres brote ni planta, ni siquiera eres huerto, te consume el tiempo que te concedieron para ser, un tiempo en el que no fuiste… al menos no fuiste capaz de honrar el don concedido y el talento consecuente… o sea, el tiempo concedido se escurrió por la alcantarilla y se perdió para siempre… entonces, te vas con la esencia desnutrida y el karma exactamente igual que cuando llegaste… ¿se entiende?... el universo que se aprecia con los ojos, es el mismo que está dentro del alma… pero casi ningún humano reconoce semejante coincidencia…
El universo tiene su espacio… la galaxia tiene el suyo (espacio)… la estrella tiene su espacio… el planeta tiene su espacio… el grano de arena tiene su espacio y responde a un orden… cada molécula de aire tiene su espacio y responde a un orden… cada molécula de agua tiene su espacio y responde a un orden… entonces, cada ser humano tiene un espacio y responde a un orden, y dicho orden es la misión concedida al nacer… mejor dicho, el orden fue determinado en el instante preciso de ser engendrado… lo que sigue es el desarrollo de dicho orden… siempre y cuando el orden justifique el sentido de las cosas… siendo que el sentido de las cosas fue determinado en el origen, por la mismísima creación… siendo que el sentido de las cosas genera un “algo” que se ordena a sí mismo… siendo que el sentido de las cosas está dado por las confluencias necesarias para construir un orden que se reconstruye a sí mismo, sin necesidad que nadie intervenga… siendo que el sentido de las cosas está dado por las convergencias adecuadas para que el orden se reconstruya a sí mismo, produciendo una transformación que siempre suma y que nunca resta… una transformación que multiplica y que no divide, excepto que avance hacia una mejor creación… algo que el humano es incapaz de entender, porque se impone a sí mismo el “tener” en vez de entender, porque se impone “juntar” en vez de comprender, porque se impone “recolectar” para comer, y una vez que se siente satisfecho con la comida, busca cómo juntar bienestar para sentirse cómodo y hacer menos que ayer… allí se pierde el sentido de la vida… allí se despliega el sentido colonial, donde colonizar es obtener la propiedad de un suelo y convencer al prójimo de que está equivocado, entonces ya no sólo coloniza el suelo, sino que pretende colonizar la mente… capturar el alma para someter el espíritu… diluir la consciencia para imponer su propio estilo… entonces, no respeta al otro, lo domina… y si no es dominable, va por más y lo atropella… lo somete… lo despoja y se apropia… y en eso se concentra su felicidad… en ser a pesar del otro… a mayor escala, ya no le alcanza la Tierra… a mayor escala, ya nada le es suficiente… necesita de la Luna para explotarla y colonizarla… necesita de Venus para extraerle sus recursos y colonizarlo… necesita de Marte para colonizarlo y convertirlo en una nueva Tierra… necesita ir más lejos y explotar los recursos de los asteroides… y necesita verificar qué lugares están vacíos para ocuparlos, porque el ser humano se revela como conquistador de suelos y espacios según los mandatos divinos que él mismo fabrica para creerse dueño del todo… olvidando que él mismo, no es nada y que deja de ser antes de comenzar a ser… olvidando que él mismo, no es nada y deja de estar antes de darse cuenta que estaba aquí para algo, que se evaporó por inconsciencia… entonces, como puede apreciarse, la consciencia existe, ocupa un espacio ininteligible, está en alguna parte y se corresponde con cada persona, está en alguna parte y pertenece a cada persona… entonces, tu consciencia existe y te identifica… ella es lo que eres, o bien, eres lo que ella representa… en la consciencia indefinible, reside la “esencia”… y esa “esencia” eres tu mismo indivisible… aunque quieras ocultarla, te define como persona, y al hacerlo te revela…
En el tiempo, eres menos que un grano de arena… ya que el grano de arena seguirá estando después que te hayas ido… ya que el grano de arena seguirá estando, aun habiendo cambiado de lugar, cuando regreses para transitar una nueva vida… no entender esto, te hace perder perspectiva… además, no intentar, siquiera, entenderlo, ya no sólo te hace perder perspectiva, sino que además te hace perder la dimensión de las cosas… las actuales generaciones de jóvenes, disponen de mayores bienestares, pero viven un estado de agitación emocional permanente, que los consume… miran más, pero ven menos… atienden a una mayor proporción de información, pero en ella colocan menos cantidad de consciencia… al mismo tiempo, esto es, simultáneamente… hay una porción de jóvenes que no tienen acceso a nada, ni siquiera al alimento mínimo, ni siquiera a las labores que le aseguren una dosis de dignidad, ni siquiera a la educación mínima para desenvolverse en los ámbitos que la vida les ofrece, ni siquiera la formación adecuada para poder formar parte del ambiente en el que están presentes… ello genera un conflicto donde los unos desprecian a los otros… ello produce una contradicción donde los otros aún estando en la misma Tierra, están fuera de ella, sin consideración alguna, ni del estado ausente, ni de los otros humanos que se apropian de cosas que no podrán sostener en el tiempo, justamente, porque el tiempo se les terminará antes de que tengan consciencia de ello… entonces, otra vez, eres menos que un grano de arena… la promesa de inmortalidad gestada por y desde las ciencias de conveniencias, no pasa de ser una falsa promesa… el ser humano está condenado a morir desde su nacimiento, y alargar la vida es alargar el sufrimiento, así de sencillo… la inmortalidad no mejora la calidad de vida, sino que la empeora, ya que el ser humano asiste a su propio deterioro, indefectiblemente…
El actual ser humano carece de sentidos suficientes para “sentir” al prójimo… el actual ser humano carece de sentidos suficientes para ponerse en el lugar del otro… para darse cuenta de que el otro tiene el mismo valor que el uno, o bien, que no hay diferencias entre este uno y el otro… que sólo hay equivalencia y que la única diferencia reside en las circunstancias que cada uno debe transitar… todo lo demás es valor agregado o es valor desagregado… nadie es consciente del dolor de las heridas ajenas… a veces, ni siquiera hay consciencia del dolor por las propias heridas… ¿cómo va a haberlo de las ajenas?... eso genera una paradoja que distancia a los humanos de sus propias falencias de humanismos… al no haber dimensión del propio sufrimiento, mucho menos lo hay del ajeno… al no haber dimensión del propio dolor, mucho menos lo hay del dolor ajeno… al no haber dimensión de las propias heridas, menos significancia hay de las heridas del otro… en el medio, el vacío… en el medio, la incomprensión… en el medio, la falta de perspectivas… ya no se trata de ponerse en el lugar del otro, sino de ocupar su espacio al precio que sea… eso lo ha provisto el sentido de la competencia… destruir… deconstruir… desarmar… desalentar… para reemplazar y luego despreciar el espacio conseguido… al no haber cooperación, se pierde el sentido de tribu… no hay solidaridad, porque la misma es peligrosa a los fines de la competencia a ultranza… entonces, no hay compasión, y al no haberla, ni siquiera hay otro por quien ocuparse o preocuparse… entonces, tampoco hay misericordia, porque representa una incomodidad para la consciencia… entonces, hay que ir por todo e ir por todos, al precio que sea, la mayoría de las veces para no obtener nada más que la satisfacción de haber hecho mierda al prójimo despojado… un próximo que no sólo pierde su espacio, sino que se pierde de sí mismo…
Si los inciensos se helaron, las almas también lo hicieron… por ende, los espíritus se congelaron… el problema consiste en que no sólo se congelaron las hojas, también lo hicieron las raíces, y al hacerlo, la planta se consume a sí misma… lo mismo le sucede al humano… en ese punto se prostituye la idea original de cada quien… en dicho punto se prostituye el motivo original de cada quien… allí la corporación vende la idea que le conviene y vende el motivo que la mueve… entonces cada ser humano deja de ser quien es, para intentar ser lo que no es, justamente, para satisfacer la idea de la corporación y el motivo de la corporación, porque el mandato se ha desplazado para ser reemplazado por el interés de la supervivencia… sobrevive el que pertenece a la corporación… quien está fuera de ella, no tiene opciones, o al menos, no tiene otra opción que perderse… ya no hay consciencia sino mandato… la filosofía se transforma en la necesidad que mueve a la corporación… y la corporación concentra a personas que siempre van por más, a partir de que siempre van por el otro… cuando desmantelas dicho sentido, no queda nada, porque la corporación no es más que una ilusión desesperada de un tipo que tuvo una idea que ni siquiera disfrutó, ya que sus sucesores lo hicieron por él… luego, ya no hay sucesores que provengan de los mismos genes, sino interesados en que el negocio suba el tenor de su envergadura, allí la persona deja de tener sentido para pasar a ser un número que debe producir más números, a como sea, al precio que sea, para lo cual hay que destruir a los prójimos que se interpongan en el camino… una vez más, ya no hay sentido de tribu… una vez más, el individuo adquiere más poder que el conjunto, entonces sale a devorar conjuntos para ser más ego… y en dicho camino el sí mismo se evapora desvinculado del uno mismo… el hielo ha consumido la vida posible… y suponiendo que no haya sido el hielo, habrá sido el calor el que produjo el mismo efecto…
El mundo ya no pertenece a la consciencia del ser que buscaba estar… pertenece a un ego que ha desplazado el sentido de solidaridad para reemplazarlo por el hambre por ocupar un espacio… el ego necesita devorar… el ego necesita propiedad… el ego necesita consumir espacios… el ego necesita bienestar… el ego necesita ser trascendente… y para ello debe sacar del camino todo aquello que moleste… y curiosamente, lo que molesta, es siempre otro ser humano… allí mueren los humanismos y se consume la filosofía del ser… allí, en dicho punto, sucede la catástrofe… el ego impidió que la esencia se revelara a sí misma anulando el motivo por el que había nacido para ser… el ego impidió que el karma se incorporara a la consciencia como parte del proceso de maduración… el ego modificó la idea y el motivo del sí mismo, y creó un mundo virtual en el que el alma se consume en una hoguera de vanidades y soberbias… el ego se tragó la esencia del uno mismo y reemplazó el potencial paraíso por un infierno en escalas, donde la carrera consistía en huir del uno mismo para sumar ego, esto es perder esencia para ganar peso, esto es sumar propiedad para acumular mochila, esto es entender que te mueves cuando en realidad estás paralizado, inmóvil… en dicho punto, caes en la cuenta que el poder no alimenta sino que consume… y si en dicho punto no caes en esa cuenta, es sencillo, te has consumido y no hay nada que agregar…
El cataclismo se produce entre lo que eres, lo que crees que eres, y lo que en realidad viniste a ser, originalmente… la divergencia conduce a la catástrofe… asimismo, el cataclismo se produce entre lo que el mundo te exige ser y lo que realmente eres… la diferencia reside entre la carga del ego y el contenido de la consciencia… la disociación de la consciencia frente al ego, conduce a una tragedia irreparable, porque en definitiva se traduce en la disociación del ser… y cuando sé es otra cosa distinta a la que viniste a ser… la vida se escurre y se transforma en nada…
El ser humano necesita de su consciencia, pero ella debe revelarse mediante un espíritu elaborado… un espíritu elaborado demanda trabajo, ejercicio, sapiencia de menor a mayor, porque para ello, antes que nada, es necesario reconocer que hay un alma que es propia y única… el alma viene con uno, así como el espíritu viene con uno… la consciencia, por su parte, contiene tanto al alma como al espíritu, pero eso sólo si lo descubres, ya que de lo contrario son ajenas a la persona, están ahí, inertes, porque el cuerpo y el ego se justifican por sí mismos y niegan cualquier posibilidad de que haya algo más allá del ser en sí mismo…
El actual ser humano no se diferencia de una roca… interpreta lo que le conviene y lo demás lo desecha… está en el universo pero se asume fuera de él… está en la Tierra pero se asume por sobre ella… está en el sistema solar, pero se asume superior al poder de la creación… más aún, el ser humano ha perdido su lugar concedido y va ocupando espacios según sus antojos, y cada espacio que consigue, es un prójimo desplazado… es un grano de arena quitado de su lugar… es una molécula de aire que ha estallado… es una molécula de agua que se ha secado… dicho de otra forma, este ser humano anda a contramano de sí mismo, y al hacerlo, está a contramano de la creación…
No importa si crees o no en la creación, el hecho de creerte superior a todo te desmerece, te minimiza, te miniaturiza, y te hace más mortal que por la propia condición… luego, la soberbia y la vanidad consumen el ego de manera geométrica, hasta que no queda nada… y aquella gracia que fue concedida para ser, se ha evaporado en nada… es imprescindible, regresar a las fuentes… sin fuentes, el humano ni siquiera tiene acceso a su propio pasado… sin fuentes, el humano ni siquiera tiene la posibilidad de un presente… sin fuentes, el mañana se vuelve utopía… lo cual indica que un ser humano sin fuentes, no tiene acceso a la gracia de ser… ni siquiera hay Tierra… ni siquiera hay un planeta… ni siquiera hay tiempo para vivir y trascender… ¿se entiende?, seguramente sí, o seguramente no… de ti depende…
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La pintura pertenece a María del Carmen Conde Quintela (Sedemiuqse) | ESPAÑA, Galicia
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