LA MANO DEL OTRO

Siempre necesitamos la mano del otro.
El otro siempre necesita de las nuestras.
Los ojos son el reflejo del alma.
El alma se expresa por la esencia de nuestra miradas y el esfuerzo de nuestra manos.
No hacen falta palabras.
Alcanza con la mirada y la voluntad de hacer.
Lo cual brinda dignidad.
Y agrega valor a la vida, propia y también
a la del otro...
Estamos aquí para unir las manos
con humildad y sencillez,
despojados de miserias y mezquindades que anidan en el interés,
demostrando que nuestro paso por la tierra
ha valido el tiempo concedido,
el aire respirado,
la huella estampada.
Siempre, habrá alguien que siga la consigna.
Siempre, habrá alguien que necesite de ella.
Siempre, habrá alguien que descubrirá algo nuevo en el pasado dejado.
Siempre, necesitarás de otra mano.
EL DISPENSADOR. ENERO 2009.
DEDICADO A: Alicia María Abatilli, sus manos, sus pensamientos y sus mensajes.
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