miércoles, 18 de noviembre de 2009

sin lugar


Evangelio: Lucas 19,11-28
"¿Por qué no pusiste mi dinero en el banco?"

En aquel tiempo, dijo Jesús una parábola; el motivo era que estaba cerca de Jerusalén, y se pensaban que el reino de Dios iba a despuntar de un momento a otro. Dijo, pues: "Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y volver después. Llamó a diez empleados suyos y les repartió diez onzas de oro, diciéndoles: "Negociad mientras vuelvo."

Sus conciudadanos, que le aborrecían, enviaron tras él una embajada para informar: "No queremos que él sea nuestro rey." Cuando volvió con el título real, mandó llamar a los empleados a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado cada uno. El primero se presentó y dijo: "Señor, tu onza ha producido diez." Él le contestó: "Muy bien, eres un empleado cumplidor; como has sido fiel en una minucia, tendrás autoridad sobre diez ciudades." El segundo llegó y dijo: "Tu onza, señor, ha producido cinco." A ése le dijo también: "Pues toma tú el mando de cinco ciudades." El otro llegó y dijo: "Señor, aquí está tu onza; la he tenido guardada en el pañuelo; te tenía miedo, porque eres un hombre exigente, que reclamas lo que no prestas y siegas lo que no siembras." Él le contestó: "Por tu boca te condeno, empleado holgazán. ¿Conque sabías que soy exigente, que reclamo lo que no presto y siego lo que no siembro? Pues, ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco? Al volver yo, lo habría cobrado con los intereses."

Entonces dijo a los presentes: "Quitadle a éste la onza y dádsela al que tiene diez." Le replicaron: "Señor, si ya tiene diez onzas." "Os digo: 'Al que tiene se le dará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene.' Y a esos enemigos míos, que no me querían por rey, traedlos acá y degolladlos en mi presencia."" Dicho esto, echó a andar delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén.

el dispensador dice:
la lluvia arrecia, pero no se ve...
el Sol quema, tanto que no permite levantar las miradas...
el calor agobia, lo suficiente como para que el andar se torne denso...
la tierra se seca, justo debajo de tus pies...
las flores se marchitan, porque no toleran el desprecio...
los pastos se secan, porque el viento hirviente los quema...
las arenas se levantan, vaya a saber desde dónde...
todo cambia de forma, todo se mueve de su lugar,
entonces,
¿qué harán las gentes con los dineros en el banco?
quizás despierten y se den cuenta que
lo impersonal no construye ni sirve para nada constructivo,
aún cuando las palabras de los otros te lleven a asumir que "es así"...
curiosamente, los propietarios de los bancos, sus dueños en la causalidad,
tampoco soportarán vivir en un mundo desolado,
no tienen capacidad para trascender los tiempos,
ni tampoco podrán sobrevivir a la devastación...
sin fuentes, no hay humanidad posible... aún cuando haya "bancos".
el único camino que queda, es regresar a la oración genuina,
y a exudar amor tangible, tanto hasta que se corporice...
el dispensador: verdades de perogrullo. Noviembre 18, 2009.-
DEDICADO A: los que no encuentran lugar...

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