lunes, 18 de junio de 2018

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Contar mentiras

No es cierto que Knausgard recuerde con exactitud qué contenía su nevera de estudiante en Bergen el día en que invitó a la chica que le gustaba a casa

El escritor noruego Karl Ove Knausgård, en el pueblo sueco de Ystad, en diciembre de 2016.
El escritor noruego Karl Ove Knausgård, en el pueblo sueco de Ystad, en diciembre de 2016. 
No es cierto que Karl Ove Knausgard recuerde con exactitud qué contenía su nevera de estudiante en Bergen el día en que invitó, por fin, a la chica que le gustaba a casa. Pero lo cuenta, porque está construyendo un relato que, como el ADN de los dinosaurios, se completa a partir de aquello que puede no desentonar en su vida de entonces, que es, con toda seguridad, una mezcla entre la vida que creía estar llevando y la que llevaba en realidad. Lo hace desde el presente, un presente sin más asidero que la memoria, una memoria que sabe mentirosa, como dijo en su primera visita a Barcelona, cuando le oí decir que jamás había escrito un diario, que solo, de vez en cuando, tomaba notas. “Esta es una obra sobre la memoria y está bien que la memoria mienta y distorsione, porque así es la memoria”, me dijo. Hablaba de los seis tomos de Mi lucha.
Puesto que la batalla la libra en el presente, Knausgard no se enfrenta a la visión real del pasado que pudo haber quedado atrapada en una libreta. A Jennifer Fox no le ha quedado otro remedio que hacerlo. Cuando tenía 13 años, la hoy reputada productora y directora de documentales, escribió un relato para clase. El ejercicio decía algo parecido a: “Sé como Tom Sawyer y cuéntanos tu historia”. Solo que la historia que Jennifer contó no era la de alguien que se ve obligado a pintar una y otra vez la valla de jardín, sino la de alguien que fue violada repetidas veces por su entrenador. Contó Jenny cómo el tipo perseveró, un fin de semana tras otro, hasta conseguir entrar en ella.
Lo peor es que la memoria, mentirosa, hizo que Jenny creyera que cuando aquello ocurrió no era una niña, sino una adolescente y que lo único que había pasado es que su primer novio había sido un poco mayor. Pero entonces, un día, encontró aquel relato, y lo que fuese que su memoria había hecho con aquello se topó con la realidad, la náusea, el miedo. The Tale, filme que Fox ha escrito y dirigido basándose en su propio viaje, muestra de qué manera la ficción puede convertirse en un bote salvavidas aún y cuando no sabemos de su poder, y dar lugar, en el futuro, a una obra en la que la memoria se combate desde un presente construido a partir de las mentiras que nos contamos para llegar hasta él.

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