Nan Rendong, el padre del “Ojo del Cielo de China” (中国天眼)
El astrónomo chino Nan Rendong (1945-2017), fue el científico jefe del proyecto FAST, el radiotelescopio de forma esférica con el mayor diámetro de todo el mundo, conocido como el “Ojo del Cielo de China” (中国天眼). Inaugurado en 2016, el radiotelescopio FAST ocupa un área total equivalente a 30 campos de fútbol, y está destinado a la exploración del origen del Universo, la observación de púlsares y otros procedimientos de gran relevancia para la ciencia actual.
El 15 de septiembre de 2017, el deterioro físico causado por un severo cáncer de pulmón le arrebató la vida a Nan Rendong (南仁东), astrónomo chino y científico jefe del FAST, a la edad de 72 años. Su muerte tuvo lugar a tan solo un año de la finalización del Telescopio de Apertura Esférica de 500 metros (FAST), el radiotelescopio de forma esférica con el mayor diámetro de todo el mundo, conocido popularmente como el “Ojo del Cielo de China” (中国天眼). Se trata de una colosal obra de ingeniería cuya existencia es la principal responsable de que la fama del gran científico se haya propagado ya a lo largo de todo el planeta. Su construcción se debe a la persistencia y habilidad de un hombre que dedicó su vida a la ciencia. La presión y la dureza sufrida durante el desarrollo del proyecto es inimaginable, como también el desmesurado júbilo que llegó a sentir durante su ejecución. Nan Rendong destacó sobre todos para brindarnos un puente de unión con el firmamento desde el que, hoy en día, seguimos explorando la vastedad del Universo.
Nan Rendong nació en febrero de 1945 en el distrito de Longshan, de la ciudad de Liaoyuan, en la provincia de Jilin, donde pasó sus años de escuela primaria y secundaria. Tras obtener unas excelentes cualificaciones en sus etapas tempranas como estudiante, fue admitido en 1963 en la facultad de Comunicación Radiofónica de la Universidad Tsinghua (华大学) con una puntuación de 98,6 sobre 100, es decir, una nota casi perfecta. Cinco años después, obtuvo la licenciatura en Tecnologías de vacío y frecuencias ultra-altas y, tras su graduación, se desplazó hasta la ciudad de Tonghua, en la provincia de Jilin, para trabajar como operario en una fábrica durante 10 años. Fue este un periodo en el que demostró una maestría excepcional en una gran diversidad de ámbitos, ya fueran relacionados con los procesos de forja y galvanoplastia a los que se dedicaba en la fábrica o con sus aficiones, es decir, la pintura, la música y los idiomas inglés y ruso. En 1978, cuando el gobierno chino restituyó el sistema de estudios de posgrado, que llevaba 10 años cancelado, el científico, que ya había adquirido el puesto de jefe tecnológico, decidió matricularse en la especialidad de Astronomía en la Academia de Ciencias de China para retomar sus estudios universitarios. Así pues, entre 1978 y 1987, Nan Rendong se dedicó al estudio de un nuevo campo del conocimiento, sobre el que realizó un máster y un doctorado.
Aunque su llegada al mundo de la astronomía puede parecer cosa del azar, la entrega y el entusiasmo con los que abordó sus estudios sobre el Universo y su posterior profesión fueron absolutos. En octubre de 1992, comenzó a ejercer como investigador en el Observatorio Astronómico de Beijing. Al año siguiente, daría la bienvenida a un nuevo punto de inflexión en el devenir de su vida.
En el año 1993 se celebró en Tokio el Congreso de la Unión Científica Internacional de Radio (URSI), una organización académica no gubernamental con sede en Bruselas y fundada en 1913, cuya misión es la promoción de la cooperación internacional para el desarrollo de la investigación de la comunicación radiofónica, a través de la celebración de congresos internacionales que tienen lugar cada tres años. En el celebrado en Japón, muchos científicos coincidieron al esbozar sus preocupaciones por el futuro de la radiofonía: el rápido desarrollo de la tecnología estaba facilitando un uso cada vez más extendido de dispositivos de comunicación, cuyas señales interfieren de forma muy grave con las funciones de monitorización de los radiotelescopios. Todos ellos se mostraron de acuerdo, además, en que era urgente diseñar y construir una nueva generación de radiotelescopios de mayor tamaño y sensibilidad, con el fin de recopilar más datos y lograr avanzar así en la comprensión del origen, el funcionamiento y el futuro del Universo. Al oír los comentarios de sus compañeros de profesión, Nan Rendong propuso de forma casi inmediata: “construyamos uno nosotros también”. A partir de entonces dedicó el resto de su vida a este proyecto. Su primer paso se produjo en julio de 1994 cuando estableció el plan inicial de la construcción del KARST, el nombre original del actual FAST.
Dicha propuesta no dejaba de ser una cuestión sencilla, pero las complicaciones que tratarían de obstaculizar su construcción no tardarían en llegar. La primera de ellas sería una difícil de solventar: su localización. Debido al descomunal diámetro del radiotelescopio proyectado, se precisaba un lugar lo suficientemente amplio y cuyo entorno fuese adecuado para la emisión de ondas de radio. Para resolver el problema, Nan se embarcó en la difícil tarea de realizar reconocimientos en cada uno de los posibles lugares, para lo que dirigió a su equipo durante 11 años. En primer lugar, se limitó a buscar situaciones geográficas aptas desde el mapa y, a continuación, a realizar revisiones de los datos de forma rigurosa. Tras ello, logró elaborar una lista de 82 emplazamientos a explorar. Una vez delimitada la lista inicial, se desplazó al suroeste de la provincia de Guizhou para inspeccionar a fondo las 82 depresiones geográficas preseleccionadas. No fue hasta después de haber recabado los datos suficientes que pudo publicar, en colaboración con todo su equipo, un nuevo método de cálculo conocido como “Simulación en 3D de depresiones y elección de emplazamientos apropiados para plataformas”. El estudio sirvió, junto a los resultados de un año de verificaciones de los entornos climáticos y de los efectos ejercidos en la comunicación inalámbrica en cada lugar para que, en 2006, el científico acabara concluyendo que el mejor emplazamiento estaba en la cuenca de Dawodang, situada en la localidad de Jinke, perteneciente al condado de Pingtang, en la provincia de Guizhou.
El segundo problema era la obtención de permisos y la financiación necesaria para la construcción del radiotelescopio. Ante ello, Nan Rendong decidió tomar la iniciativa y buscar personalmente formas de colaboración útiles para su empeño, por lo que se dirigió al Instituto Tecnológico de Harbin, a la Universidad Tongji y a la Universidad de Ciencia Electrónica y Tecnología Xidian de Xi’an para solicitar su apoyo. Además, participó en numerosas conferencias internacionales para ganarse la confianza de la comunidad científica. En el año 2006 la propuesta de construcción del FAST fue presentada para su revisión internacional. Y en julio de 2007 se convirtió en la principal contribución científica del XI Plan Quinquenal y recibió, por parte del gobierno, los pertinentes permisos para su construcción.
El proyecto no comenzó oficialmente hasta marzo de 2011 y, a partir de entonces, se convirtió en un fiel representante del esfuerzo y la dedicación de Nan Rendong. La influencia del científico fue fundamental en la superación de los obstáculos técnicos encontrados y en el desarrollo de los trabajos de construcción, pues los miembros de los equipos participantes lo buscaban a menudo para pedirle consejo y sugerencias. Finalmente, la construcción del FAST concluyó el 21 de septiembre de 2016.
El radiotelescopio FAST ocupa un área total equivalente a 30 campos de fútbol y su estructura la conforman hasta 4.450 paneles de aluminio, cada uno de ellos de la altura de un edificio de tres plantas. El reflector principal, situado en el centro de la forma esferoidal de la plataforma, alcanza un área de 250.000 m2. Su diseño es capaz de ajustarse continuamente para alinear su posición y aumentar así el área de observación. Además, dispone de una nueva técnica que combina un cable robot de peso ligero con seis torres y un servomecanismo, para realizar una orientación con absoluta precisión. La construcción del radiotelescopio FAST cristaliza un avance científico de una magnitud colosal para la exploración del origen del Universo, la observación de púlsares y otros procedimientos de gran relevancia para la ciencia actual.
De la misma forma que cuando se mira al estrellado cielo nuestros pies no logran separarse de la tierra, el colosal y grandioso proyecto de ingeniería, conocido como el “Ojo del Cielo de China”, tampoco podrá jamás desligarse de la perseverancia y la dedicación con las que este extraordinario científico logró consumar su construcción.
Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.Número 50. Volumen V. Septiembre de 2018.
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