Jiangsu, la provincia de los pueblos de agua
La provincia de Jiangsu (江苏, Jiāngsū) es famosa por sus pintorescos pueblos de agua, el Gran Canal de Beijing a Hangzhou y la gran cantidad de ciudades históricas que distinguen a esta provincia con un rico patrimonio cultural. Una de las ciudades más conocidas internacionalmente por los numerosos turistas que recibe anualmente es Suzhou, ya que sus jardines clásicos están incluidos en la lista del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El nombre de de Jiangsu proviene de los prefijos de dos lugares de esta provincia: Jiangning y Suzhou. Situada en la costa este de China, en la rica zona del delta del río Yangtsé, Jiangsu limita con las provincias de Shandong, al norte; Zhejiang, al sur; Anhui, al oeste; al sureste con la municipalidad de Shanghái y al este se halla la frontera natural del mar Amarillo.
El 70% de la superficie de Jiangsu está formada por llanuras, con una altitud media inferior a los 50 m sobre el nivel del mar, por lo que es la provincia con menor elevación de China. Su punto más alto es el monte Yuntai, a 625 m sobre el nivel del mar.
En Jiangsu abundan los recursos hídricos, lagos y ríos. De entre los casi 300 lagos, se hallan dos de los principales del país: Taihu y Hongze. El río más largo del país, Yangtsé o Chang Jiang, tras nacer en la provincia de Qinghai y atravesar Sichuan, Chongqing, Hubei, Anhui, etc. llega hasta aquí y recorre el sur de la provincia. Las aguas del extenso curso fluvial arrastran una gran cantidad de lodo que se deposita en el delta del río antes de alcanzar el mar.
El clima de la provincia presenta cuatro estaciones bien diferenciadas. Aunque registra variaciones entre la zona del delta del Yangtsé y el norte de la provincia, en general los inviernos son fríos y los veranos son calurosos y húmedos. El mes más frío es enero, cuando el termómetro alcanza en esta provincia una media de entre -1 °C y 3 °C; mientras que el más caluroso es julio, con una temperatura media que oscila de 26 a 29 °C. La mejor época del año para visitar estas tierras es en otoño, en un periodo en el que la temporada de lluvias ha cesado y la temperatura se ha templado.
Debido a su orografía, la provincia cuenta con la Reserva Nacional de Yancheng –uno de los humedales más grandes del este de China–, en donde anidan una gran cantidad de aves migratorias.
Jiangsu es un importante centro industrial en China y es una provincia con un fuerte desarrollo económico. La agricultura ocupa un lugar importante de su actividad económica y por esto se la conoce como la “tierra del pescado y el arroz”.
Nanjing, la capital del sur
Situada en el sudeste de la ribera sur del río Yangtsé, cerca de la vecina provincia de Anhui, se encuentra la capital, Nanjing (南京). Fundada en el año 472 a.C., la ciudad goza del prestigio de ser una de las 7 capitales históricas de China junto con Xi’an, Luoyang, Beijing, Anyang, Kaifeng y Hangzhou. Nanjing, que literalmente significa “capital del sur”, fue centro urbano de diferentes dinastías y periodos de la historia de China, durante cerca de medio milenio, por ello es conocida como la “capital de las diez dinastías”. Hoy en día este legado se refleja en los monumentos históricos que abundan a lo largo y ancho de la ciudad, que contrastan con la moderna zona universitaria, y en la que residen unos 8.270.000 habitantes (est.2016).
Entre los muchos lugares de interés de Nanjing destaca su muralla, que fue construida a comienzos de la dinastía Ming, y de la que se conservan 25 km en la actualidad. Decenas de miles de obreros trabajaron en la construcción de esta colosal obra de ingeniería, que supera los 20 metros de altura en los puntos más altos. A diferencia de otras murallas construidas en China hasta la época con forma cuadrada, esta se levantó de acuerdo con el perfil de la ciudad, y por ello adquirió una forma elíptica.
Al noreste se encuentra la montaña Zhongshan, coloquialmente conocida como la “montaña púrpura”, uno de los lugares más visitados de Nanjing por la gran cantidad de monumentos que concentra: el mausoleo del doctor Sun Yat-sen, el Observatorio (el primero moderno de China), el Templo Linggu o las Tumbas Xiaoling de la dinastía Ming. Estas últimas, cuya construcción comenzó en 1381 y se prolongó casi 30 años, son el principal atractivo turístico de la ciudad, ya que ahí yace el fundador de la dinastía Ming, Zhu Yuanzhang (1328-1398), también conocido como el emperador Hongwu. Este fue el único emperador de dicha dinastía enterrado fuera de Beijing. Una de las áreas más hermosas del complejo es el camino sagrado, un paseo de unos 1.800 m cubierto por las copas de los frondosos árboles que lo recorren y decorado con esculturas de piedras de diferentes animales, como elefantes, leones o camellos. Junto con otros conjuntos de tumbas imperiales de las dinastías Qing y Ming, este complejo forma parte de la lista de la UNESCO del Patrimonio Mundial de la Humanidad. Para disfrutar de la montaña en todo su esplendor, se debe visitar a finales de febrero o principios de marzo, cuando se celebra el festival Internacional de los ciruelos en flor de Nanjing.
Suzhou, la Venecia de Oriente
Suzhou (苏州), con más de 2.500 años de historia, destaca por ser una de las ciudades más bellas de China. Hoy en día, esta urbe que va camino de convertirse en una metrópolis futurista, aún guarda en sus numerosos jardines clásicos y sus canales los encantos de antaño. Se cuenta que cuando Marco Polo cruzó el Gran Canal que atraviesa la ciudad de norte a sur, se quedó maravillado ante la belleza de Suzhou y la denominó la “Venecia de Oriente”.
Una magnífica opción para empaparse de los encantos de la ciudad es realizar un crucero por el Gran Canal y recorrer así muchos de sus lugares con más atractivo, como la antigua calle Pingjiang, la puerta Pan, el templo Hanshan o la fábrica de seda nº1 de Suzhou. El Gran Canal (大运河), que cubre la larga travesía que va de Beijing a Hangzhou, forma parte también, desde 2014, de la lista del Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO. Los casi 1.800 km de distancia que recorren sus aguas, lo convierten en el canal artificial más largo del mundo. Del total de su recorrido unos 628 km cruzan la provincia de Jiangsu. El Gran Canal, que comenzó a construirse en el siglo V a.C., desempeñó una función clave en el desarrollo económico de la zona este de China.
Uno de los mayores atractivos de Suzhou, y que le dan ese toque de “paraíso terrenal”, son los más de 50 jardines clásicos que hay en la ciudad. Estos, que son un ejemplo de los jardines de “montañas y agua”, reflejan el concepto de armonía china y reproducen en un pequeño espacio la naturaleza a través de elementos como rocas, plantas, agua y pequeñas colinas, combinadas con edificios clásicos.
La antigua y clásica ciudad de Suzhou contrasta con la zona moderna que crece a pasos agigantados con rascacielos futuristas. Uno de los más famosos por su curiosa forma es el edificio Puerta de Oriente (东方之门), conocido coloquialmente como el de “los pantalones”.
Pueblos de agua
Al oeste de Suzhou, se descubre el antiguo pueblo de Mudu (木渎), a caballo entre la ciudad y el lago Tai. Llaman la atención sus cuidados jardines clásicos y la elegancia de sus casas bien conservadas a pesar del paso de los años. Merece la pena visitar el jardín de la familia Yan. Al sur de Suzhou, se encuentra el idílico pueblo de Tongli (同里), conocido como el “museo de la arquitectura antigua” por la gran cantidad de edificios clásicos que se conservan.
Zhouzhuang (周庄), situado en Kunshan, cerca de Suzhou, es uno de los pueblos de agua más conocidos. Con más de 1.000 años de historia, este rincón esconde muchos encantos entre sus edificaciones típicas, construidas durante las dinastías Ming y Qing. Es posible pasear en barca por sus canales mientras los barqueros autóctonos deleitan a los pasajeros con canciones tradicionales del lugar. Las decenas de puentes de piedra que cruzan los ríos y canales que recorren el pueblo, dibujan el tradicional paisaje que parece sacado de una acuarela china. Degustar su deliciosa gastronomía en uno de los numerosos restaurantes o disfrutar de un té sentado en establecimientos destinados a tal fin, hace que los visitantes sientan que viajan en el tiempo.
La antigua cocina Su
La gastronomía de Jiangsu, conocida como ‘cocina Su’ (苏菜), forma parte de una de las ocho escuelas más representativas de China. Una de sus características principales es que potencia los sabores naturales y mantiene su frescura y suavidad. Por ello, esta cocina no utiliza demasiados condimentos, poca sal, y aunque pueda parecer dulce para algunos paladares, también hace un uso moderado del azúcar. Los productos son el reflejo de la orografía de la zona y son elegidos según la temporada de cosecha para asegurar la máxima frescura. Algunos de sus productos más característicos llegan del entorno acuático, como la raíz de loto, el bambú de agua o las castañas de agua. Famosos en toda China son los cangrejos del lago Yancheng, un manjar que se pesca entre octubre y diciembre.
El punto fuerte, y que le da a la cocina de Jiangsu el toque de elegancia que la caracteriza, es la elaboración y delicadeza en la preparación de sus recetas. De entre los diferentes estilos, el de Huiyang es el que goza de mayor prestigio por sus vistosas presentaciones y sus profundos aromas. Algunos de sus platos más representativos, que a veces sorprenden por la originalidad de sus nombres, son el pato de agua salada de Nanjing, los fideos de Dontai con sopa de pescado, la “cabeza de león” –que nada tiene que ver con el animal, solo toma su nombre de la forma que adopta– o el pescado mandarín con forma de ardilla. Este último es un ejemplo del empeño que pone esta escuela en la elaboración y decoración de sus guisos. Según cuenta la leyenda, un cocinero de Suzhou creó esta receta para impresionar al emperador Qianlong de la dinastía Qing cuando visitó la ciudad.
Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.Número 43. Volumen IV. Julio de 2017.
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