miércoles, 11 de marzo de 2020

Farmacia Hu Qingyutang de Hangzhou, Tradición Médica China - ConfucioMag

Farmacia Hu Qingyutang de Hangzhou, Tradición Médica China - ConfucioMag



Farmacia Hu Qingyutang

La farmacia Hu Qingyutang en la actualidad.



Farmacia Hu Qingyutang de Hangzhou, Tradición Médica China

La farmacia Qingyutang (庆余堂Qìngyútáng) fue fundada en 1874. Durante la dinastía Qing, la ciudad de Hangzhou fue el principal centro de distribución de la producción y venta de productos de medicina china en el sur del país.

Reportaje deWang Wen王文
Hay un dicho que afirma que “En el norte está Tongrentang, mientras que en el sur tenemos la Qingyutang”, en referencia a las dos empresas farmacéuticas chinas más famosas en las postrimerías de la dinastía Qing (, 1644-1911). La primera se encuentra en Beijing, mientras que la segunda la ubicamos en la ciudad de Hangzhou. La farmacia Qingyutang (庆余堂Qìngyútáng) fue fundada en 1874 por el distinguido “sombrero rojo” –comerciante oficial- llamado Hu Xueyan, por lo que también se la conoce como Hu Qingyutang. Hu Xueyan (胡雪岩1823-1885), era en realidad oriundo de Jixi, en la provincia de Anhui, pero vivió la mayor parte de su vida en la bella Hangzhou. Su padre murió cuando era muy pequeño, así que no pudo ir a la escuela al carecer de recursos económicos. Sin embargo, gracias a su elocuencia y atrevimiento, pasó de ser un simple aprendiz en una banca privada en Hangzhou a todo un acaudalado hombre de negocios poseedor de decenas de bancos y empresas. Los negocios que gestionaba atañían a una amplia gama de ámbitos como la seda, té, armas, municiones, alimentos, medicinas, etc. En aquel entonces, Hu Xueyan participó en el Movimiento de Occidentalización (1), con lo que hizo negocios con comerciantes occidentales, compró armas y municiones para el ejército del general Zuo Zongtang (左宗棠1812-1885), e incluso les procuró raciones, soldada y medicinas, lo cual aseguró la consolidación de la defensa fronteriza china en la provincia noroccidental de Xinjiang. Para recompensarle, el gobierno Qing le ofreció un cargo de funcionario civil en la corte y le confirió un dǐngdài (2) confeccionado con coral rojo y un huángmǎguà (3), convirtiéndose así en la primera persona en poseer ambas distinciones durante la dinastía Qing, con lo que se ganó el sobrenombre de “el comerciante del sombrero rojo”.
Farmacia Hu Qingyutang
Interior de la antigua farmacia Hu Qingyutang
La farmacia Qingyutang fue fundada durante la época de mayor apogeo y enriquecimiento de Hu Xueyan. Sus propios descendientes siempre pensaron que su fortuna procedió de la guerra, pues aunque nunca llegó a matar a ninguna persona, siempre tuvo remordimientos de conciencia. Es por ello que decidió fundar una empresa farmacéutica para aplicar la doctrina confuciana de la “benevolencia” y acumular el bien a pesar de no tener ningún conocimiento sobre medicina china. Por otro lado, como estaba encargado de procurar las raciones, soldada y medicamentos para el ejército, tener una propia farmacia era más económico y rentable en la producción, investigación y desarrollo de las medicinas.
Farmacia Hu Qingyutang
Durante la dinastía Qing, la ciudad de Hangzhou fue el principal centro de distribución de la producción y venta de productos de medicina china en el sur del país. Qingyutang abrió sus puertas en la calle Dajing, en el centro neurálgico de la urbe. En aquel entonces, esta zona estaba llena de farmacias, entre las cuales las más famosas eran la Baohetang de la dinastía Song del Sur (南宋, 1127-1279), la Zhuyangxingao de la dinastía Ming (, 1368-1644), la Yezhongdetang de finales de la dinastía Qing, la Fanghuichuntang, etc. El nombre Qingyutang proviene de una frase del Libro de los Cambios(易经que dice: “la familia que siempre hace el bien tendrá suerte de sobra, mientras que la familia que siempre hace el mal solo obtendrá desgracia”. Originalmente, Hu Xueyan quería nombrar a su farmacia como Yuqingtang, pero el gran traidor Qin Hui (秦桧1090-1155) de la dinastía Song (, 960-1279) ya utilizó ese nombre, por lo que prefirió cambiarlo por el de Qingyutang. El edificio fue construido en dos partes. En la delantera se encontraba la farmacia propiamente dicha, donde se vendían los medicamentos y se hacían las recetas, y en la trasera estaba la fábrica donde se confeccionaban las medicinas según fórmulas magistrales. Ambas partes estaban a su vez separadas por un pequeño parapeto. El edificio estaba muy bien distribuido según las necesidades reales y al mismo tiempo contenía elementos arquitectónicos tradicionales de las viviendas y los jardines típicos de la zona sur del río Yangtsé. Se trata del único edificio antiguo que todavía existe de entre todas las tiendas centenarias de Hangzhou, y es la farmacia de medicina china más añeja y mejor conservada de China.
Farmacia Hu Qingyutang
Aunque Hu no sabía nada sobre medicina china, sí que entendía de gestión empresarial, así puso multitud de anuncios en el diario Shenbao de Shanghái, contrató célebres médicos sin escatimar gastos, coleccionó, mejoró e investigó recetas antiguas, etc. De este modo, se fabricaron muchos medicamentos muy eficaces como el Hushibiwendan, el Zhugexingjunsan, el Babaohonglingdan, etc. que ayudaron en epidemias y salvaron a mucha gente. Poco antes de la inauguración de la Qingyutang, Hu envió al muelle de la ciudad, a modo de acto publicitario, a un grupo de jóvenes vestidos con ropas que portaban el logo de la farmacia a regalar medicinas a todos los transeúntes.
Farmacia Hu Qingyutang
Un farmacéutico prepara una receta
De la sala principal de la farmacia, presidida por un inmenso incensario encendido todo el año, cuelga un tablero que reza: “se prohíbe el engaño”, escrito por el propio Hu Xueyan. Cualquier medicamento que no satisfaga al cliente puede ir a parar al incensario y la botica le ofrece otro nuevo. Existen familias y particulares que realizan donaciones y contribuciones importantes a la farmacia, lo que les cuenta como acciones meritorias que le acompañarán el día de su muerte.
Farmacia Hu Qingyutang
Medicamento elaborado con hierbas en la propia farmacia Qingyutang.
Antiguamente, la farmacia Qingyutang tenía un servicio de pensión destinada a sus propios empleados –conocida como la pensión yang– y que se otorgaba en caso de enfermedad, vejez o invalidez y que duraba de por vida. Además, contaban con otro tipo de pensión –conocida como yin– destinada a los parientes de dichos empleados y que su cuantía variaba según el servicio que habían prestado al herbolario. Gracias a la excelente gestión administrativa de la empresa y a la gran variedad de productos que ofrecía, pronto se convirtió en la mejor compañía farmacéutica de todo el país y, por ende, en toda Hangzhou. Eso hizo que Hu Xueyan se convirtiera por derecho propio en el “rey de la medicina en el sur de China”.
Farmacia Hu Qingyutang
Durante más de cien años, y a pesar de multitud de vicisitudes, la botica Qingyutang ha crecido y se ha desarrollado. Últimamente ha sufrido una profunda remodelación y ha adoptado la vía de la innovación y la modernización. Heredera de la medicina china más tradicional, este establecimiento ha fabricado un gran número de productos de gran éxito, entre los que destacan las píldoras Qingyujiuxinwan, Zhangyisan, Xiao’er Xiexieting Keli o Jinguoyin Yanhoupian, entre otras.
Farmacia Hu Qingyutang
La antigua sede se convirtió en el primer museo dedicado a la medicina china de todo el país.
En 1996, Qingyutang se trasladó a su nueva fábrica en la calle Hanghai. Mientras que la antigua sede se convirtió en el primer museo dedicado a la medicina china de todo el país. Estas instalaciones se dividen principalmente en cinco partes: la sala de exposición sobre el origen de la medicina china, el taller de elaboración de medicamentos a mano, la sala de consultas, los despachos y el restaurante. En la sala de exposiciones se muestran recipientes y herramientas tradicionales para la producción de los medicamentos, así como miles de muestras de plantas, animales y minerales usados en la medicina china. Podemos observar material médico con más de 7000 años y posteriores procedentes de la cultura neolítica Hemudu, la Mawangdui de la dinastía Han del Oeste (东汉, 206 a.C.-24 d.C.), la Quanzhouwan de la dinastía Song (960-1279), etc. En el taller, experimentados trabajadores farmacéuticos muestran in situ cómo se fabrican a mano los medicamentos y los visitantes también pueden utilizar las herramientas tradicionales en la Sala del Interés. El restaurante mezcla las propiedades de la medicina china con el sabor de la gastronomía local, lo que aporta un toque saludable a los platos. En 2006, la farmacia Hu Qingyutang fue reconocida por el Gobierno chino como “Marca Tradicional Nacional”, y a finales de 2011 obtuvo el primer puesto de entre las “farmacias más confiables” gracias al voto otorgado por los ciudadanos de Hangzhou.

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pdfPublicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.Número 18. Volumen III. Mayo de 2013.Leer este reportaje en la edición impresa

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