CONVERSACIONES ESTÚPIDAS 4© [3]
By Víctor Norberto Cerasale Morteo®
Existen espíritus que atrapados en sus infiernos, transitan la vida manipulando a los otros que tienen cerca, que tienen lejos, que se les cruzan por el camino, disfrutando de los daños que producen, de las heridas que van dejando, de los padecimientos que infringen, de los sufrimientos que instalan, de los reconocimientos que reciben de terceros desprevenidos, de los consentimientos que reciben de otros que actúan de semejante manera, y hasta de los aplausos que recogen por ser como son, ¡ellos representan el modelo de la viveza! … creando escenarios apropiados a sus fines… ejerciendo mecanismos que, equivalentes a una tela de araña, va colectando víctimas de diversa índole, suficientes como para alimentar su habilidad de capturar, de atrapar, de someter, para inmediatamente despojar y destruir para que no queden evidencias… para que nadie ate cabos… para que nadie descubra sus procedimientos… para que nadie sepa cómo actuar… para desvirtuar la capacidad de reacción del otro… usando la agresión como sorpresa… utilizando la agresión velada como atropello… evidentemente, el don que ostentan, es el de usar y tirar, y su costumbre apela a la mentira tanto como al engaño para alcanzar sus fines… van por la vida diseminando oscuridad, restando luz, confundiendo las estaciones, apoderándose de todo lo que encuentran a su paso… lo esencial en ellos es la construcción de paisajes que desvirtúen las realidades, acondicionando las circunstancias para pegar zarpazos certeros que les permitan conseguir sus fines… a veces destinados a pequeños beneficios… muchas otras veces destinados a obtener grandes beneficios… a veces destinados a quitar a otros del camino, simplemente desplazándolos… muchas otras veces destinados a sacar a eventuales competidores del camino, empujándolos a abismos creados para la ocasión… donde la capacidad que los destaca es aquella que les permite devorar espíritus y escupir los restos… donde la habilidad que los caracteriza es atropellar al prójimo y manotear lo que queda… ¿has conocido gente así?, ¿has conocido personas con estas características?, ¿has visto gentes con estas habilidades?, ¿has conocido manipuladores disfrazados de héroes? ... seguramente sí, porque la vida provee de paisajes abundantes en confusiones y sorpresas, que te enseñan a distinguir la calidad de las almas, la esencia de los espíritus… tanto es así, que cuando tomas distancia, los tomas como referencia de lo que no debe ser, de lo que no se debe hacer, de lo que no se quiere para los otros, de lo que no es bueno para la tribu, de lo que es lamentable para la consciencia social… el manipulador “manipula” hasta que sus herramientas quedan al descubierto, momento en el que quien lo descubre, simplemente toma distancia, se aleja, abandonando los escenarios creados para el rito… enfrentar a los manipuladores es peligroso, descubrirlos peor… la distancia permite visualizar los procedimientos, las actitudes, las intenciones… el alma del manipulador no cae en depresión, por el contrario, se mejora a sí mismo, y va por más, porque esa es su manera de satisfacer el hambre que lo caracteriza… dicha forma se repite una y otra vez con diferentes víctimas… los resultados siempre se parecen, el victimario toma de la circunstancia aquello que le conviene, descarta lo innecesario, y va por otra víctima… cuando regresas la mirada, detrás, hay un tendal de ellas… en la historia de estas personas “manipuladoras” la conducta se repite irremisiblemente… las víctimas también… y la eternidad va acumulando retratos de victimarios y sus despojados, en una bitácora donde nadie anota, nadie recuerda, nadie da testimonio, y todo va quedando, aparentemente oculto, bajo una montaña de barros que se juntan, formando capas… sin embargo, la eternidad opera a modo de registro indeleble… para que nadie pueda negar sus propias evidencias…
Ella actuaba naturalmente, tanto que el mundo le reconocía conductas empáticas, amables, educadas… desde su más tierna adolescencia había adquirido posición de liderazgo y era una persona respetable, respetada… mostraba una inteligencia singular asociada a un curioso, saber esperar… dicho “saber esperar” le permitía “medir” a sus compañeras, a sus amigas, y cualquiera que se le acercase… no se preciaba por sus silencios, y solía mantener una actitud avasallante, que muchas veces se tenía por agresiva… en verdad, al medirte tomaba la referencia de cuál era la capacidad de reacción del otro, esto es si era despierto, esto es si era desprevenido, esto es si se daba cuenta, esto es si no le daba importancia, todo eso servía para determinar cuál era el paisaje que le confería sentido de enemigo, de potencial peligro, o bien, si su condición podía calificarla como víctima potencial, en cuyo caso, su presencia se tornaba amistosa, de eventual dependencia, abriéndose al vínculo para acercar posiciones, a efectos de que la víctima se fuese sintiendo cómoda, desprejuiciada, liberada, y sobre todo, confiada… como te dije, sabía esperar, así es que nada era cuestión de tiempo… se tomaba todo el tiempo que fuese necesario… desde luego, no elegía víctimas intrascendentes, sino lo suficientemente trascendentes como obtener algo de ellas… no sólo era una cuestión de beneficios dinerarios, no, le interesaban los bienes, las posesiones, las propiedades y sus derechos… a medida que entraba en la adultez, el carácter se le iba formando en su habilidad para embaucar… avanzaba en su calidad manipuladora… es decir, mejoraba su capacidad día tras día… acrecentando la calidad de sus víctimas… curiosamente, entre sus habilidades, se había estado construyendo un grupo donde otras mujeres hacían exactamente lo mismo que ella, ¿sería, acaso, una competencia evolutiva?… no tenía un marido, tenía un lacayo, un sirviente de ocasión, pero con papeles… no tenía un esposo, tenía un proveedor, un idiota útil… no tenía un compañero, tenía una víctima, a la que había ido acondicionando a sus deseos… no había sentimientos, tampoco amistad, solo una persona al alcance de la mano para usar, descartar, y volver a usar, y volver a descartar, sin descanso… en un esquema donde siempre iba por más, levantando la apuesta, elevando el tono de la queja… el paisaje que le rodeaba era inestable, inquieto, impredecible, lo suficiente como para tener que dormir con un ojo abierto, ya que todo era sorprendente, todo era inesperado, siempre vestido de apuros, urgencias, demandando soluciones inmediatas a problemas que nunca se sabía de dónde aparecían… problemas que no existían pero se inventaban para lograr algún objetivo… acostumbrarse a un mar agitado, resta capacidad de sostener un horizonte… el oleaje es tan recio que impide saber hacia dónde te diriges… y cuando tu paisaje coincide con el de otros que son cercanos, el vivir en un permanente estado de caos se hace tan habitual que no tienes tiempo para saber dónde estás parado… eso le sucedía a uno… dos… tres… cuatro… cinco maridos víctimas de una misma, repetida, circunstancia, los mecanismos eran más o menos los mismos… todos corrían detrás del reclamo… todos atendían quejas similares… todos estaban atrapados en el mismo estilo de telas de arañas… algunos jugaban sus propios partidos y con eso se redimían a sí mismos, pero dichas redenciones no eran suficientes para salvar ningún alma, por el contrario, la tragedia diaria era recurrente, y de tanto normal… mientras que otros eran simplemente marionetas de semejantes teatros… la manipulación suele no dar tiempo a darse cuenta, y muchas veces, aun dándose cuenta, los hechos se superponen de una manera donde la reflexión se desdibuja ante el problema que sigue, ante la deformación del paisaje de la circunstancia, una geometría que opera al modo de un salón de espejos, donde se hacía imposible diferenciar cuál era el foco y cuál el reflejo… a ello se sucedía el estado de zozobra… ante el caos, cada uno trataba de agarrarse de donde podía, y tal vez, solo tal vez, agarrarse era parte del siguiente peligro… como sea, la manipulación había adquirido semejante magnitud que no daba descanso… “quiero esto a mi nombre”… “quiero esto otro a mi nombre”… donde el derecho a propiedad era el menor de los problemas… ya que además de la propiedad, había que mantenerla viva, pagar los gastos, sostener el paisaje… el problema no es la propiedad en sí misma, sino mantenerla, pero eso, para aquellas personas que solo saben de manipulaciones, no representa un problema, ni es su problema, ya que el mismo consiste en mantener entretenido a la víctima… para cuando te cae la ficha, suele ser tarde… tanto es así que, de un día para otro, sostuvo que todo le pertenecía y que nada ni nadie podía reclamar derechos sobre su propiedad, sobre sus propiedades… y así fue… las arañas habían triunfado, una vez más, otra vez… la manipulación había dado resultados más que auspiciosos… más aun, logró que una escribana diese “fe”, de los reclamos, de las quejas, y de mucho más, abogados buitres la habían aconsejado prolijamente… más aun, levantó su apuesta y pidió el divorcio, sin antes amenazar con denuncias por violación… más aun, levantó su apuesta y ejerció violencia moral, física, y de palabra… más aun, humilló a la víctima, denigrándola públicamente… en el desconcierto, la víctima comenzó a hacer una revisión de los registros de lo actuado a lo largo de los años, muchos, viendo que la historia se reiteraba una y otra vez, haciendo memoria sobre las referencias y sobre todo, sobre las coincidencias… allí despertó, mientras otros dormían… allí cayó en la cuenta de cómo se había gestado la traición… mientras otros seguían abocados a sus labores de salvación… allí tomó consciencia del tenor de la mentira, de su reiteración… allí se dio cuenta que era demasiado tarde para queja alguna… ¿demasiado tarde?... allí le cayó la ficha de que era necesario tomar distancia lo más pronto posible… con urgencia… sin importar lo que viesen los terceros… sin importar los apoyos de los otros que respaldasen al victimario… sin importar lo que dijesen o pensasen los hijos… había que huir, a como fuese… así sucedió… ella se quedó con todo y con más que todo… la maraña era de tal magnitud que hasta cualquier juez le daría la razón, ya que había fabricado un escenario donde recitaba violaciones y agresiones (inexistentes), pero que supuestamente justificaban sus procederes… ¿ganó?... ¿triunfó?... ¿alcanzó la gloria?... al quedarse con todo, también se quedó con los problemas… después de todo, no se podrá llevar nada de todo lo capturado, de todo lo secuestrado… morirá en soledad, en la misma soledad que supo construir, seguramente acompañada por sus socias en la manipulación, o quizás no, ¿cómo saberlo?, ¿qué importancia puede tener? … pero, en definitiva, verá como todo queda aquí… para la posteridad de los oportunistas que actúan igual que ella… quien lo sufre, no dimensiona el valor de las cosas… las cosas tienen valor mientras tu se lo confieres, ya que cuando no lo haces, curiosamente, dejan de tener algún valor… y como siempre te digo y te repito, lo que tiene valor moneda, no tiene precio, carece de valor… porque, justamente, lo que no tiene precio, es aquello por lo que no hay que pagar ni un céntimo… así es que teniendo mi cielo… mi suelo… mi aire… mi fuente… dejé que la historia se fundiera en sí misma, y así lo hizo… y haciéndolo, el pasado se evaporó en un segundo, como si nunca hubiese existido… todo lo que se evapora, pierde entidad… las lágrimas no sirven… los llantos no son creíbles… las palabras suenan a hueco… y lo demás, termina sobrando… ahí caes en la cuenta que había cosas que estaban de más, que no hacían falta, que sobraban, y cuando haces la lista, llegas a la conclusión que muchos esfuerzos fueron en vano… sin embargo, ello te ha dado un ejercicio singular para adelantarte a los problemas, esto es que aprendes a ir por delante de ellos, hasta, eventualmente, sacándoles ventaja…
Allí caes en la cuenta que toda experiencia nutre, y que valió la pena para mantenerte atento y vigilante… despierto… alerta… mientras tanto, aprendes que los manipuladores quedan atrapados en sus propias manipulaciones… y de tanto, la soledad los carcome, hasta oxidarlos… los óxidos forman capas que se desintegran, y en ello va el alma, y en ello se desgrana el espíritu… y en ello se desintegra la consciencia… luego, el victimario se queda con un escenario histórico de manipulaciones donde nadie reconoce cuál es la entidad de las cosas, cuál es la verdad última, si es que alguna vez la hubo… y te encuentras que los escenarios son tan ficticios como la vida de dichas personas… se les dice personas, pero son representaciones de la miseria humana que les brota por los poros… cuando un manipulador no puede contigo, no puede con su víctima, no puede con su objetivo, más temprano que tarde modificará el paisaje que los demás tengan de tu persona, modificará las visiones de los otros sobre ti, creará mecanismos que deformen tu realidad a los ojos de los otros, de esta manera logrará que esos “demás” te vean como un potencial enemigo, como alguien hostil a sus intereses, como alguien peligroso a sus conveniencias, como alguien inconveniente para estrechar vínculos, o yendo más lejos, pondrá en tu boca palabras inapropiadas, y pondrá en tu historia, hechos que jamás sucedieron, pero que te condicionan ante los otros… de esta forma, el manipulador sostiene el paisaje necesario a sus intereses y conveniencias… y curiosamente, casi siempre logra su objetivo…
Más tarde, la maldad que anida en ellas o en ellos, las carcome, los carcome… se quedan mendigando víctimas, lagrimeando ante los desprevenidos, burlando circunstancias inexistentes… sin embargo, la eternidad es implacable, y todo lo registra, todo queda anotado, de todo lo que sucede en la Tierra quedan huellas… como para que no haya dudas de quien es quien… los daños a los terceros quedan en la Tierra, pero son revelados en la eternidad, siempre…
En la eternidad, solo las verdades son evidencias…
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