jueves, 14 de octubre de 2021

ECOS (BREVERÍAS) LA LUMINARIA © By Víctor Norberto Cerasale Morteo®

El dolor no se transfiere… lo que sientes, no lo siente el otro, ni aun cuando se solidarice, ni aún cuando empatice… te duele, no le duele… por lo tanto, el dolor no se comparte… simplemente se porta en un ángulo de la geometría del alma, del espíritu, de la consciencia, o del cuerpo… a veces duele el alma… a veces duele el cuerpo… el espíritu reconoce las diferencias, aún cuando la consciencia no quiera aceptarlo… cuando duele, el uno mismo se transforma en un guerrero… hay una lucha entre la luz y la oscuridad… el lugar del combate es el propio uno mismo… la batalla no sucede por fuera sino por dentro… la guerra está adentro, como el dolor mismo lo está… a veces es imposible determinar dónde se ubica el dolor, sin embargo se puede sentirlo, a veces aquí, a veces allá, a veces en ninguna parte, a veces en todas las partes al mismo tiempo… no hay palabras para describir el dolor, se trata de un sentimiento donde la fuerza convergente se mezcla con la impotencia… la pregunta que se despliega es: ¿por qué a mí?, ¿por qué ahora?... ¿es que antes el dolor estaba ahí y no se lo percibía?... ¿en qué momento tomó entidad?... ¿cuándo comenzó a doler?... ¿cuándo se lo comenzó a percibir?... no hay respuestas… o al menos, no hay una respuesta precisa… hay respuestas superpuestas que no satisfacen al “yo herido”… hay un dolor peculiar que se siente en el alma, que es distinto al dolor que puede sentirse en el cuerpo… hay un dolor singular que se siente en el espíritu, que es distinto al dolor que siente el cuerpo… hay un dolor inexplicable que se siente en la consciencia, que no tiene nada que ver con el dolor que traduce el cuerpo… el cuerpo habla de malestares… el alma, el espíritu o la consciencia hablan de incomodidades… cuando el cuerpo habla de malestares, estos pueden estar en un lugar específico o diseminados por todo el cuerpo… duelen las articulaciones… duelen los riñones… duele el hígado o duele el corazón… duele el cuello o duele la cabeza… duele el estómago o duelen los intestinos… pero aún doliendo el cuerpo, cualquier parte de él, el alma puede encontrarse en paz… apacible… pero aún doliendo el cuerpo, cualquier parte de él, el espíritu puede permanecer a resguardo… intocable… pero aún doliendo el cuerpo, cualquier parte de él, la consciencia puede sentirse libre… situada a distancia del dolor… muchas personas perciben la diferencia… muchas otras personas no logran diferenciar dónde está el dolor, y duele todo, duele el uno mismo así como duele la vida… cuando duele mucho se habla de tortura, pero esa misma tortura no puede describirse con palabras, simplemente se siente… cuando no duele tanto, hay una molestia que incomoda el cuerpo y el mismo cuerpo no encuentra posición donde pueda sentirse cómodo… en cambio, cuando duele el alma, duele algo indescriptible… en cambio, cuando duele el espíritu, duele algo inexpresable… en cambio, cuando duele la consciencia, duele algo difuso que no se puede precisar… está mal, y se sabe que está mal… hay algo así como un nudo… un nudo en la madera… que al mismo tiempo podría ser un nudo en la galaxia, o un nudo en el universo, o un nudo en el multiverso… el nudo explica superficialmente lo que se siente… el nudo representa un estado de “sacrificio”, un sacrificio que conduce a una curación… más tarde, lo que sea que dolía ya no lo hace, pero la persona que había en dicho cuerpo, dejó de ser tal para transformarse en otra distinta… el nudo que atribulaba el alma, ya no lo hace, pero en su lugar ha aparecido una cicatriz invisible y un algo que pareciera ser una “experiencia”… superar el trance ha sido un sacrificio, pero salir de él te ha transformado en otra persona distinta de la que eras… cada nudo es una obra de arte en sí misma… de donde el alma emerge fortalecida… de donde el espíritu emerge renovado… de donde la consciencia emerge iluminada… el nudo se siente que se va distanciando del ahora, se va diluyendo pero la memoria no lo omite… o bien, uno siente que va tomando distancia del nudo que dolía… está presente en la memoria, pero ya no molesta… está en el recuerdo, y de vez en cuando regresa, pero ya no duele como lo hacía antes… de alguna forma, de algún modo, de alguna manera, el dolor te obliga a prosperar… a superar la crisis… a atravesar el momento… ocurre lo propio cuando duele el cuerpo, pero dicho dolor es un poco más preciso… duele aquí, duele allí, o duele allá… el dolor suele ser específico, pudiendo incluso, ser inespecífico, y de tanto, difuso… duele crecer… duele cambiar… duele transformarse… duele pasar de oruga a mariposa… pero después del dolor, la persona que era, dejó de serlo, para ser otra cosa… la vida se aprecia distinta y para ella (vida) hay otros ojos dispuestos a encontrar otras respuestas… entender la diferencia abre un universo de posibilidades… Salta, 14 de octubre de 2021. El dolor del alma es único… nadie sabe dónde está el alma, pero el dolor es un nudo imposible de describir… El dolor en el espíritu es único… nadie sabe dónde está el espíritu, pero lo que se siente no se puede traducir a palabras… El dolor de la consciencia es único… nadie sabe dónde está la consciencia, pero dicho dolor supera cualquier cosa que se pueda decir… el dolor de consciencia es inexplicable… El dolor en el cuerpo es temible cuando se expresa… pero dicho dolor pertenece al uno mismo y a nadie más… nadie siente tu dolor… tampoco puedes sentir el dolor ajeno… El dolor es una experiencia que empuja siempre hacia adelante, aún cuando dicho "adelante" sea la propia muerte...

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