Primera Lectura: Jeremías 23,5-8
"Suscitaré a David un vástago legítimo"
"Mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que suscitaré a David un vástago legítimo: reinará como rey prudente, hará justicia y derecho en la tierra. En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro. Y lo llamarán con este nombre: "El-Señor-nuestra-justicia". Por eso, mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que no se dirá: "Vive el Señor, que sacó a los israelitas de Egipto", sino que se dirá: "Vive el Señor, que sacó a la raza de Israel del país del Norte y de los países adonde los expulsó, y los trajo para que habitaran en sus campos.""
el dispensador dice:
la verdad inapelable está a la vista,
sí, pero no la quieren ver,
muchos menos entender,
ni siquiera hacer el esfuerzo para comprenderla...
cada día que pasa somos menos,
los que atesoramos la ilusión
y conservamos la esperanza,
sustentadas en una FE inquebrantable...
se repite la parábola de las semillas,
la diferencia entre los que escuchan y los que oyen,
la diferencia entre los que ven y los que miran,
la diferencia entre los que dicen y lo anuncian,
con aquellos que apenas hacen lo que hacen en silencio,
sin estridencias, en secreto consigo mismo...
se repite la parábola del viñedo,
el trabajo es mucho,
los participantes comprometidos son pocos,
cada vez menos...
las plantas no necesitan del hombre para ser lo que son...
el aire no necesita del hombre para fluir...
el agua no necesita del hombre para saciar la sed...
el Sol no necesita del hombre para iluminar...
las cosas esenciales de nuestro mundo,
son y funcionan más allá de cada uno de nosotros,
y lo harían y lo harán sin nosotros...
así ha sido siempre...
cada vez que el hombre trata de imponer sus entenderes,
el mundo se desbarranca hacia el abismo de los desequilibrios...
el sentido de las fuentes,
se manifiesta en el equilibrio,
y el equilibrio es prescindente del hombre
y sus entendimientos.
Vuelve a las fuentes.
el dispensador: guías de guirnaldas. Diciembre 18, 2009.-
DEDICADO A: los que acuden a las fuentes liberados de sus ataduras.
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