miércoles, 24 de febrero de 2010

Palabras del viento


Libros en agenda
Palabras del viento
Silvia Hopenhayn

Para LA NACIONNoticias de Opinión: Miércoles 24 de febrero de 2010 | Publicado en edición impresa

En el siglo XVII, las palabras se pusieron a revolotear como mariposas. Varios filósofos intentaron cazarlas. Se armaron con una red de lenguaje, tratando de abarcar todas las especies. Primero lo hizo Descartes, en busca de un lenguaje formal universal; al mismo tiempo, el naturalista inglés John Wilkins, que en 1640 entrevió la posibilidad de un viaje a la Luna, se empeñó en construir un lenguaje mundial artificial -la "lengua sintética"-, hecho de ideogramas y fonemas (de lo que se ve y se escucha). Pocos años después, el filósofo y matemático Gottfried Leibniz amplificó la idea del entendimiento. No es casualidad -y si se habla de Leibniz no podría serlo nunca- que Jorge Luis Borges haya buscado las conexiones y afinidades entre estos tres pensadores para su cuento Pierre Menard, autor del Quijote , cuento en el que cobra vida la parte invisible de una obra.

En este espacio, el de lo sustraído, se sitúa la poesía del español Manolo Rivas. Conocido por su cuento La lengua de las mariposas , llevado al cine por José Luis Cuerda, con Fernando Fernán Gómez, y por su estremecedora novela El lápiz del carpintero , Rivas (1957) es un poeta intenso y subrepticio, que apuesta por la diversidad sonora y sensible de la lengua. Como Pierre Menard, más que en la traducción, cree en la coincidencia. Que una lengua coincida con lo que la boca pronuncia. Por eso, en su último libro -recién llegado a la Argentina con un CD de los poemas leídos por el autor- dispuso de una condición irrevocable para su publicación. La desaparición de la nieve (ése es el título) debía aparecer en cuatro lenguas: español, gallego, catalán y vasco.

En el primer poema, "La enigmática organización", ya proclama que existe la boca de la literatura: "Las palabras vienen a reclamar lo suyo, lo sustraído". Y, en cierta forma, la apuesta de publicar sus poemas en cuatro idiomas es una forma de combatir la sustracción oficial, la acucia global. El poema citado concluye: "Se salvarán aquellos que rescaten la enigmática organización de las palabras en vilo". Estas palabras que flotan, que se escabullen, que esperan, irrumpen en el poema como si se jactaran de nacer, allí mismo, ante nuestros ojos. Surgen entonces imágenes nuevas, como decir que la luna "es una candela en la calabaza del miedo".

Rivas no le teme a lo prestado. Y la lengua se presta a que él la increpe. En un poema, se refiere a la excitación de la llave prestada. Tener la llave de otro, abrir las compuertas de lo humano. La excitación de la llave prestada es también la oportunidad de ingresar en la ambientación de otra lengua. Saber cómo se vive hablando de otro modo. También habla de otro modo el enamorado, como en el poema "Mi amor puso una bomba en el vacío", donde se propone "hacer añicos lo inaccesible". Llegamos, entonces, a mi poema preferido, "La bruja en la esquina de la barra": "Amé en aquella mirada/lo que había de sospecha./Y el miedo de las cosas/tenía en aquel espejo la ilusión/de disentir del futuro".

Tanto en su poesía como en su prosa hay rebeldía en todos los sentidos: ganas de luchar y de gozar. Por eso Rivas es uno de los escritores españoles más aclamados y disidentes, más marginales (no se mueve de su afanosa Coruña) y prolíficos. El autor de La lengua de las mariposas es, sin dudas, un cazador de palabras, propias y ajenas.

© LA NACION

abrir aquí:
Libros en agendaPalabras del viento

Silvia Hopenhayn

lanacion.com | Opinión | Mi?oles 24 de febrero de 2010


el dispensador dice: el viento suele traer palabras que no son audibles pero que se meten en nuestras fibras... permaneciendo en ellas... Febrero 24, 2010.-

No hay comentarios: