jueves, 22 de septiembre de 2011

EL VUELO DEL ÁNGEL


el dispensador dice: el hombre no deja de ser espíritu para ser cuerpo, y el cuerpo no sólo es contenedor de un alma de circunstancias... el hombre en sus tiempos respirables, cumpliendo con su destino, está indisolublemente unido con su más allá a través de un cordón umbilical que reemplaza a aquel otro, el del baño de madre, un cordón que es sostenido por la conciencia y su voz, una voz que enlaza a la estirpe y su heredad... custodiando el alma, su espíritu, y hasta el propio cuerpo aparece un ángel, una entidad que está antes, durante y después de la vida ya que hace las veces de enlace entre el verbo causal y el otro, el verbo consecuente, ese mismo que da sentido a la gracia, al don como habilidad, al talento como expresión revelada de capacidad... esto no se ve...  pero todo está funcional a los afanes de cada quién, aceptados o no, existen más allá de las opiniones de las personas... es así que hay tantas consciencia como humanos hay... es así que hay tantos cordones umbilicales como consciencias hay... es así que hay tantos ángeles como hombres y mujeres hay, todos unidos a lo establecido en el libro de la vida, como letra, página y destino... todos como savia de un árbol de la vida que se expresará como brote, hoja, flor, fruto, fragancia, raiz, semilla, o más, según la creación. No es potestad del hombre ni tampoco de la mujer sometidos a sus tiempos, el poder dimensionar dicha realidad que trasciende ya no sólo el sentido del tiempo mismo, también superando el sentido de la dimensión, de la distancia, de la geometría y del número, del pentagrama y su nota, de la ecuación y su resultado. La Tierra está repleta de vida más allá de la vida que se ve porque la creación custodia lo creado, eternamente, ya que ello sostiene la esencia del ciclo y sus espirales... no puede haber un hijo sin madre, no puede haber vida sin manto. La Tierra está desbordante de consciencias que hablan sin ser atendidas, ya que el hombre se cree dueño y señor de su espacio y de su tiempo, hasta que el propio destino lo repone en su lugar sometiéndolo a aquello mismo que sembró durante su paso y su sombra manifiestas en los pasados de los mañanas necesarios... Los ángeles cantan coros al amanecer y realizan conciertos corales de silencios al atardecer, justo cuando el Sol se sumerge en los opuestos... llevando a cabo el culto al espíritu que mantiene vivo a todo lo que existe, vibra, contiene energías concedidas para transitar los "significados", esos mismos que el hombre en su cuerpo no logra entender ni tampoco desentrañar, de los que reniega y de los que pretende desatarse, sin asumir que vivir es una gracia y que recibirla (gracia) es una escala. Vi al ángel acercarse, permaneció suspendido a escasa altura, haciéndose visible, sin enseñar ni manos ni pies, sólo un aura refulgente de claridades celestiales... tomando las bases de las fuentes del mundo de las ideas, dijo... "déjate llevar... no corras tras tu destino, simplemente acéptalo, bueno o malo, siempre guardará sentido... lo que siembres, déjalo para los prójimos, recoge sólo aquello que se te indique... ya que lo que sobra es una gracia que se destina a los otros... lleva la paz contigo, en tu alma, cultívala aún en el dolor más intenso e incomprensible... donde vayas lleva tu paz y siémbrala, si no hay dignos de tu paz en esa tierra, ella simplemente regresará a tí... y el polvo cubrirá tu intención... pero si la paz encuentra almas dignas, anidará en ellas y dará significancia a divinos designios cuyo sentido estarán fuera de tu destino... actúa como niño, guarda tu inocencia, eleva tu consciencia... y una vez, aléjate de las segundas intenciones que caracterizan a aquellos que pretenden apoderarse de las luces del prójimo para luego olvidarlas y despreciarlas... no hagas negocio ni trueque con las cosas del Señor, toma distancia y acude a la perspectiva para caminar tu senda." Agregando más tarde, "... cuando te liberas de las densidades, te liberas de tu tiempo y lo trasciendes... si el Señor te concede un espacio y un tiempo, deberás saber y reconocer que cada comienzo demandará su propio final, y que si el Señor te lleva hasta el pié de la montaña, él mismo hará que alcances la cumbre de esta... pero sabe que luego estarás obligado a descender porque ningún alma es dueña de su existencia, tampoco de su huella ni de su sombra, por ende tampoco lo es de sus pasos y su historia". Sonreí como pocas veces... entendí el mensaje y lo cultivé... simplemente, jamás intenté razonarlo... no caben razones humanas en los términos divinos. Antes de ascender y atravesar el umbral, el ángel manifiesto señaló: "... no quieras hallar la felicidad, ella te encontrará a ti y te bañará con sus armonías... cuídalas y has lo propio". Cuando se fue me vi rodeado de burlas e incomprensiones, de intolerancias y desatenciones, de almas espesas sin corazones... y decidí ser mi propio Zaratustra y al serlo, ascendí a mis montañas, luego de reconocer mis desiertos, perderme en padreras repletas de silencios... entonces, ahora puedo decir que he vivido... que vale la pena haber sido, que irme es regresar a lo cierto.  Haber pasado nunca significa estar muerto, aquello que has abrigado no sólo te protege en el desierto, consigues el pentagrama necesario para ser nota de tu propio concierto... Septiembre 22, 2011.-
dedicado a la autora y sus búsquedas

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