viernes, 9 de septiembre de 2011

EL CAMINO DEL MILAGRO - SOMBRAS



EVANGELIO

Lc 6, 37-42
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Jesús dijo a sus discípulos: "No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den y se les dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante. Porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes". Les hizo también esta comparación: " ¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un pozo? El discípulo no es superior al maestro; cuando el discípulo llegue a ser perfecto, será como su maestro. ¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: "Hermano, deja que te saque la paja de tu ojo", tú, que no ves la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano".


el dispensador dice: cada milagro que desciende al mundo humano, es un acto de luz, un acto donde la luz y el verbo se conjugan en una contradicción que altera los ciclos, extendiendo sobre ellos una sombra que modifica los destinos involucrados. La luz en los paraísos no producen sombras, pero ella es distinta a la que conoce el hombre en su cuerpo... de aquella donde el espíritu es parte... aquí aparece como algo ajeno, que nace en el día y muere en la noche para transformarse en el artilugio de una tecla. El hombre de esta era desconoce el sentido de la oscuridad tanto como sus esencias... la lámpara, la linterna, la vela, y hasta las propias baterías, han tergiversado la finalidad de los ojos, la vista, adormeciendo lo oídos, cegando el alma. Ello ha distanciado al hombre de las esencias, de allí que también lo haya hecho de los milagros... acontecimientos que se vuelcan más a lo individual y sus clamores, que al sentimiento del conjunto, sea grupo o tribu, de allí que las familias se estén extinguiendo de la mano de los sexos, envolviéndose en reclamos de los unos hacia los otros y desde estos últimos hacia los primeros, esgrimiendo razones que podrán ser humanas, pero están fuera de Dios, a siete abismos de las esencias y a varios infiernos de los equilibrios originales, prudentes, justos y necesarios. El hombre arrastra su sombra pero circula su tiempo atrapado entre sombras pretensiosas que le deforman la concepción de los paisajes y sus "momentos"... entonces la vida se convierte en una senda turística donde se pretende ser espectador de los sufrimientos ajenos, pero donde se ejerce la trampa cuando el rol es el actoral... el hombre anda entre sombras, propias y ajenas, imponiendo miserias para luego correr a los mármoles a rogar "gracias" indebidas... y allí se produce un choque de concepciones. El hombre diferencia la realidad y condición de alma de aquella que da forma a la vida, reza en un templo pero niega y reniega de su propia alma, de su propio espíritu, desconoce a su ángel de la guarda y desprecia a su consciencia, sin asumir ni tampoco entender que dicha conducta quiebra los tejidos invisibles de los vínculos entre las personas y de estas con su creador... quien no cultiva su alma al modo de un campo, sólo hace de su espíritu un desierto, un páramo de sombras donde la luz no llega... y cuando ello sucede, los milagros se retraen a un seno que se ubica a nueve abismos y siete infiernos de los tiempos respirables de cada quien. El milagro es un acto de caridad, de compasión y otro de misericordia, que para ser alcanzado antes debe ser merecido... no hay densidades en su composición. Pero si aún luego de haber sido recibido, el milagro es omitido u olvidado, la paradoja regresa a recuperar su espacio en los destinos. Septiembre 09, 2011.-

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