Pueblos Buenos Aires
Susana Petrucelli
Uribelarrea
el dispensador dice:
llegué de pié y a caballo,
no sé quién llevaba a quién,
ya que el pensamiento es rayano,
a veces la locura me alcanza,
a veces el sueño no me da descanso,
no sé ni cómo he llegado,
con el recuerdo ataviado...
quise desmontar el equino,
pero él me estaba mirando,
debe de andar confundido,
este paisano frustrado,
él no sabe a qué ha venido,
pero yo lo vengo acompañando,
cuando de soledades se trata,
no hay mejor que los silencios apagados...
me quedé parado observando,
todo parecía deshabitado,
intenté golpear la puerta,
pero algo me retuvo las manos,
y permanecí allí, como impávido,
recitando lo pensado,
tragué la saliva cargada,
y esperé mascullando...
viendo que nadie atendía,
volví sobre mis pasos,
siguiéndome el caballo,
a paso lento... tanto como despacio...
cuando ya han pasado las páginas,
las letras se van quemando,
lo leído queda en alguna parte,
y los latidos sonando,
no es bueno regresar el tiempo,
cuando el hueco se ha secado,
por eso el caballo me miró fiero,
y con su pensamiento me dijo:
mejor es seguir de largo.
NOVIEMBRE 01, 2016.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario