‘Xiangbao’, un peculiar tipo de perfume
En la China antigua el perfume se contenía en las llamadas “bolsitas perfumadas” (香包, xiāngbāo); pequeños saquitos de tela o de hilo de oro, rellenos de polvo y cuya fragancia provenía principalmente de hierbas aromáticas. En la actualidad reflejan la cultura tradicional de Qingyang y de Yunnan, lugares donde la producción de estas bolsitas ha sido más representativa.
El origen de estos recipientes aromáticos es un enigma, a pesar que siempre ha sido un accesorio personal muy apreciado por el pueblo chino, de lo que hay evidencias artísticas en numerosas obras pictóricas que aún se conservan procedentes de todas las dinastías. En el capítulo de Zhengfeng del Clásico de Poesía, (诗经郑风) hay un pasaje que dice: “como sé que me tienes cariño, te regalo estos adornos para el cinturón”. Los especialistas consideran que, con “adornos”, el autor se refería a las bolsitas perfumadas de antaño, lo cual demuestra que estas ya existían hace más de dos mil años. Así mismo, en el periodo de los Reinos Combatientes, (战国, 475-221 a.C.) Qu Yuan (屈原) (340-278 a.C.), poeta de procedencia noble y patriota influido por la cultura del estado de Chu, escribió un conocido verso en el que exponía su opinión sobre el uso de las bolsitas perfumadas: “Ay de la gracilaria, la angélica y la orquídea, qué dignas son de llevarlas en el cinturón”. Qu Yuan fue autor del Lamento por la separación, una obra en la que mostraba su frustración por la falta de oportunidades en el Estado de Chu. En ella, usaba las hierbas aromáticas para referirse metafóricamente a sí mismo, por lo que sería conocido por las generaciones venideras como “la bella persona de las hierbas aromáticas” (香草美人, Xiāngcǎo měirén).
Se podría deducir, por tanto, que la costumbre de llevar bolsitas perfumadas durante la Fiesta de las Barcas de Dragón se debía a la influencia de Qu Yuan. Sin embargo, en el Canon Interno del Emperador Amarillo (黄帝内经) existen evidencias que podrían refutar esta idea. Su autor, Qi Bo (岐伯), recoge en la obra pasajes que describen cómo él mismo solía llevar consigo un saquito de hierbas medicinales para ahuyentar a los mosquitos y serpientes y prevenir así el contagio de enfermedades. En dicha obra se inspiró para iniciar la teoría de un famoso tipo de tratamiento de la medicina china tradicional, la conocida como “sauna de hierbas” (熏蒸法). Según su autor, la costumbre se propagó por Qingyang (庆阳), su ciudad natal, pues a principios de mayo, durante los últimos coletazos de la primavera, cuando reaparecían las plagas y se propagaban las enfermedades, los ciudadanos imitaban a Qi Bo llevando saquitos con hierbas medicinales aromáticas para protegerse de ellas. Por lo que se puede concluir que su origen fue un intento para alejar enfermedades.
El contenido se elabora siguiendo un procedimiento muy específico. En primer lugar se recogen las hierbas necesarias, luego se cuecen, se dejan secar y se calientan en la sartén para conseguir que flores y hojas pierdan la humedad de su interior, manteniendo, dentro de lo posible, su forma original. A continuación se pulverizan y, por último, se introducen en las bolsitas. El contenido de estas es en su mayoría clavo, rejalgar, hoja de artemisia en polvo, pachuli, etc. Todos ellos son ingredientes aromáticos de la medicina tradicional china con gran eficacia a la hora de combatir la humedad corporal, al igual que otros componentes medicinales como el sándalo, el peilan (佩兰, Eupatorium fortunei), el almizcle, la angélica y la tuya oriental, entre otros.
Las bolsitas perfumadas suelen constar de tres partes: la superior tiene un nudo en el que se ata un hilo de seda; la central es la parte principal, formada por una colorida tela de seda sobre la cual se bordan preciosos diseños con hilos de cinco tonalidades distintas y que está rellena de diferentes tipos de polvos aromáticos; y la parte inferior tiene otro nudo en el que se amarran hilos de seda, cintas o borlas de joyería que quedan colgando. De esta forma, quien las lleva puede oír el tintineo de sus adornos y disfrutar del aroma que va produciendo al caminar, si bien no siempre han sido así. Según Las memorias del Estado de Chu (荆楚岁时记), durante la Fiesta de las Barcas de Dragón, se recortaban trozos de telas y hojas de artemisia con la figura de un tigre para ahuyentar a los animales venenosos y se ataban hilos de seda de cinco colores, los llamados hilos de la longevidad, en los brazos de los niños para garantizarles una larga vida. Entre las generaciones posteriores, ambas costumbres se fusionaron en una sola. Se comenzó a introducir artemisia, rejalgar y polvo de sándalo en las bolsas de tela que se ataban con hilos de seda y luego se daban a los niños para que las llevaran con la intención de ahuyentar a los mosquitos, a los animales venenosos y a los espíritus malignos. Finalmente se convirtieron en una especie de amuleto que proporcionaba buena suerte y protección a quien lo portara y adquirieron una gran importancia en la cultura china.
Posteriormente, el uso de las bolsitas perfumadas fue sufriendo cambios progresivos puesto que en el capítulo “Neize” del Clásico de los Ritos (礼记内则) se muestra que habían adquirido una función ritual: “quienes no han alcanzado la adultez, deben portar bolsas perfumadas”. Normalmente, las que llevaban los ancianos estaban decoradas con bordados que representaban la longevidad, como crisantemos y flores de ciruelo chino. Las de los niños estaban decoradas con figuras de animales que simbolizaban la vitalidad. Las muchachas enamoradas solían bordarlas a mano para regalarlas a sus pretendientes y demostrarles su amor. También se solían colgar en las cortinas de la cama, o sobre los carruajes, para complacer con su fragancia a quienes estuvieran cerca como una muestra de distinción en su comportamiento.
Entre las dinastías Tang (唐, 618-907) y Song (宋, 960-1279) las bolsitas perfumadas eran de uso exclusivo para las doncellas de la corte y las damas más atractivas. Y bien entrada la dinastía Song (宋, 960-1279), eran los funcionarios quienes se las colocaban en el traje mientras que, en la dinastía Qing (清, 1644-1911), se convirtieron en una representación del amor al tiempo que las técnicas utilizadas para su producción alcanzaron la madurez. En la actualidad, tienen la función de reflejar la cultura tradicional y las peculiaridades de Qingyang (庆阳) y de Yunnan (云南), pues son las producidas en estos lugares las más representativas. Los ingredientes aromáticos de su interior cada vez son más variados, así como sus funciones, entre las cuales es cada vez menos común la de llevarlas colgadas en el cinturón y más habitual verlas en forma de cojines o colgadas en las paredes como objeto decorativo.
Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.Número 39. Volumen V. Noviembre de 2016.
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