La Feria del Libro de Oaxaca se consolida también en su nueva sede
Más de 80.000 personas han asistido a un centenar de presentaciones, charlas y esceptáculos durante los nueve días que duró la FILO
Oaxaca (México)
Nueva sede de la FILO en Oaxaca CORTESÍA
La Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO) que terminó este domingo en la capital oaxaqueña se ha consolidado como una de las apuestas culturales más importantes del libro en español. Con la asistencia de 80.000 personas, la Feria cumplió las expectativas y conjuró los temores de los organizadores, temerosos ante la posibilidad de restarle personalidad a la Feria al trasladarla del bullicioso Centro Histórico a la majestuosa sede del Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca.
A lo largo de sus 38 ediciones la FIL ha crecido, se ha hecho adulta y el traje se le había quedado pequeño. “Cambia, todo cambia”, fue el eslogan de esta nueva puesta que evocaba la canción del mítico grupo chileno Quilapayún para explicarlo y que, en realidad, resume el crecimiento de una Feria que año tras año se consolida como una de las grandes citas literarias del continente. Crecer implicó recurrir a un nuevo espacio, el Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca (CCCO), un bello complejo arquitectónico que acompaña la importancia literaria de la feria y la blinda de los turistas que recorren estos días los primeros altares de muertos y de los plantones magisteriales . La apuesta no pudo ser más acertada y el espacio merece una visita en sí misma.
El público respondió con creces y durante nueve días asistieron a decenas de actividades en las que estuvieron más de 230 invitados como el actor Gael García Bernal, el escritor Juan Villoro, el filósofo y sociólogo francés Gilles Lipovetsky, la escritora Margo Glantz, los escritores Emiliano Monge y Juan Cárdenas o las periodistas Denise Maerker y Carmen Aristegui.
La clausura del domingo estuvo a cargo de los chilenos de 31 un minutosy las aventuras de la marioneta Tulio. Durante hora y media niños y más niños abarrotaron un recinto que confirmó que “los libros y la literatura son un motor para el cambio en una sociedad”. Pero no exclusivamente como un medio informativo o de conocimiento, “sino también de diversión, divulgación y encontrar puntos en común entre las familias”, sostiene el director general de la FILO, Guillermo Quijas.
El público respondió y la FILO también hizo su parte. En comparación con la edición pasada, aumentó un 20% en términos de expositores y de los 80 standsque se levantaron en la última edición, celebrada en La Alameda y el Centro, se pasó a los 102 actuales. Además de ello, la fiesta literaria en Oaxaca estuvo acompañada de un su vasto programa cultural y artístico con casi 500 actividades repartidas en sus seis programas: Literario, Infantil y Juvenil, Suena la FILO, FILOando, Mi Primer Encuentro Literario y Programa de Profesionales.
El programa literario contó con 117 actividades entre presentaciones de libros, mesas redondas y charlas. De infantil y juvenil se celebraron 164 en sus diferentes espacios: Foro El Recreo dedicado a Francisco Hinojosa, Ludoteca, Bebeteca, Área de Talleres y Pícnic Literario. Suena la FILO ofreció un total de nueve espectáculos musicales y escénicos.
Hubo además cuatro homenajes y un reconocimiento: a Amparo Dávila, Francisco Hinojosa, Sergio Pitol, Huberto Batis y a la asociación civil Amigos del IAGO y del CFAMB, respectivamente.
Con semejante dimensión la FILO ya no es la antesala de la FIL de Guadalajara, es hoy una cita con personalidad propia que no necesita espejos en que mirarse sino más metros cuadrados para expandirse. “Como dice un premio nobel: los tiempos están cambiando”, recordó la grafía de Alejandro Magallanes al visitante. Ahora también Oaxaca con ellos.
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