domingo, 25 de noviembre de 2018

Ashima, una preciosa leyenda de la cultura 'sani' - ConfucioMag

Ashima, una preciosa leyenda de la cultura 'sani' - ConfucioMag

Revista Instituto Confucio – ConfucioMag

Ashima

La actriz Likun Yang en la película "Ashima", dirigida en 1964 por Liu Qiong.





Ashima, una preciosa leyenda de la cultura ‘sani’

La roca más famosa del bosque de piedras de Kunming (Shilin), se llama Ashima (阿诗玛), pues presenta una figura vertical que recuerda a una muchacha sani ataviada a la usanza de su etnia, en recuerdo de la leyenda de Ashima, una joven sencilla, honesta y bondadosa, y la de su enamorado, que lucha impetuosamente contra el poder y la autoridad para salvar a su prometida.

Un reportaje deJin Yiwen 
金漪雯
Kunming esconde un famoso paraje conocido como Shilin (bosque de piedras). Se trata de un carst, es decir, un terreno dominado por un paisaje muy accidentado, repleto de crestas y rocas de formas muy heterogéneas, dispuestas de manera tan desordenada como cautivadora, y que en China se le nombra como “el mayor espectáculo sobre la faz de la tierra”. La roca más famosa del lugar recibe el femenino nombre de Ashima (阿诗玛), pues presenta una figura vertical que recuerda a una muchacha sani ataviada a la usanza de su etnia, que porta una cesta sobre sus hombros mientras lanza una mirada perdida hacia el cielo. Su importancia reside en el hecho de que el pueblo sani, perteneciente a la minoría étnica yiy morador desde tiempos remotos del bosque de piedra, ha creado tras siglos de historia toda una cultura folklórica alrededor de la roca Ashima.
Bosque de piedras de Kunming (Shilin).
Bosque de piedras de Kunming (Shilin).
Originalmente, Ashima era el título de un largo poema narrativo recopilado a lo largo de múltiples generaciones por los sani quienes, utilizando su propio idioma, describían con gran fidelidad las costumbres locales. Se narra en dicha composición la historia de una muchacha sani sencilla, honesta y bondadosa, y la de su enamorado, que lucha impetuosamente contra el poder y la autoridad para salvar a su prometida, escenificando así el espíritu nacional de este pueblo que prefiere la muerte antes que la resignación. Para ello utilizan la expresión 断得弯不得, que significa literalmente “es mejor romperse antes que curvarse”. Sus versos, compuestos cada uno por cinco caracteres, conforman una canción pegadiza y muy extendida aún entre los miembros de esta rama étnica.
Ashima
El film “Ashima” (1964) fue galardonado con el premio a la mejor película de baile en el Festival Internacional de Cine de Santander (España) en 1982.
La composición recibe el nombre de su protagonista, a la que la leyenda describe como una niña preciosa y encantadora, nacida en el seno de una familia pobre de un lugar conocido como Azhedi (阿着底). Sus padres la llamaron Ashima, término equivalente a oro, pues deseaban que la pequeña brillara e irradiara tanta luz como el preciado material. Poco a poco Ashima fue creciendo hasta convertirse en una muchacha inteligente, afable, diestra en la danza y el canto, con una voz cautivadora y una belleza que recordaba a la de la flor de una camelia. En esta historia también es primordial el papel de Ahei (阿黑), un muchacho sincero, honesto y valiente que, tras ser ejecutados sus padres por un funcionario del gobierno, tuvo una vida miserable en la que sufría constantemente la dureza del hambre y las inclemencias del frío como esclavo de un acaudalado terrateniente.
Ashima
La actriz Likun Yang en la película “Ashima”, dirigida en 1964 por Liu Qiong.
En una ocasión coincidió en las montañas con Ashima, que estaba pastoreando su ganado, y el capricho del destino quiso que, en ese momento, los padres de la joven adoptaran a Ahei como su hijo y que ambos crecieran desde entonces juntos, unidos por la inocencia que caracteriza esa edad. Con el paso del tiempo, el muchacho se convirtió en todo un ejemplo para los otros jóvenes mientras su temperamento destacaba por la calma y la persistencia que caracterizan a un pino que crece aislado en la montaña, que prefiere partirse antes que curvarse y humillarse. Era hacendoso e inteligente, cualidades que potenciaban sus muchas habilidades: la productividad de sus cultivos lo hicieron un gran agricultor, los caballos que criaba eran tan rápidos que parecían desplazarse volando, era certero en el tiro con arco y tenía una gran maestría con la flauta, con la que podía tocar placenteras y conmovedoras melodías. La admiración que Ashima sentía hacia él en secreto fue acrecentándose hasta que no tuvo más remedio que abrir su corazón y confesarle su amor, tras lo cual ambos juraron casarse. Sin embargo, Azhi (阿支), el hijo del adinerado terrateniente Rebu Bala (热布巴拉), tras haberse encontrado por casualidad con Ashima y haber sido testigo de su belleza, tomó la firme decisión de convertirla en su esposa y, para ello, pidió ayuda al casamentero local, Haire (海热).
Bosque de piedras de Kunming (Shilin).
Bosque de piedras de Kunming (Shilin).
Era este un magnífico orador y, sirviéndose de su excelente elocuencia, describió a Ashima las riquezas con las que contaba la familia de Rebu Bala, así como lo feliz que podía llegar a ser su vida si se casaba con su hijo. Sus intentos fueron en vano, pues no fue capaz de convencer a la muchacha, que le contestó que el terrateniente no era una buena persona. Dándose por vencido, Haire la amenazó recordándole que Rebu Bala tenía dinero y poder, por lo que se aseguraría de castigar a su familia como merecía. A pesar de ello, Ashima continuó ignorando sus palabras, pues estaba ilusionada con su futura boda con Ahei. Pronto llegó el otoño y Ahei tuvo que marcharse a pastorear su ganado al sur de la provincia. La familia de Rebu Bala aprovechó su ausencia para secuestrar a Ashima y obligarla a casarse con Azhi, pero esta, que estaba dispuesta a morir antes que ceder a sus pretensiones, se negó rotundamente. La joven recibió una gran cantidad de golpes y, herida, fue encerrada en una celda oscura. Cuando Ahei se enteró de la noticia, se apresuró a volver desde los lejanos campos en los que se encontraba. Para impedirle la entrada a su hogar, Azhi maquinó todo tipo de planes con los que hacerle la vida imposible e incluso organizó multitud de duelos en los que se batió con su adversario. Ambos compitieron cantando, trasplantando árboles o sembrando semillas, entre otras habilidades.
El poema Ashima fue incluido en la primera lista del Patrimonio Cultural Inmaterial Nacional en 2006. En el año 1964 terminó de grabarse su adaptación a la gran pantalla, que mantendría el mismo nombre que su obra de inspiración.Pronto, los coloridos espectáculos folklóricos de los yi, el grupo étnico de los sani, llegaron a causar una enorme sensación entre el público y a su versión cinematográfica se la considera una de las películas chinas clásicas del siglo XX. 
Pero en todos los lances, Ahei salía victorioso. Ante tal humillación, Azhi dio la orden a un esclavo para que liberara tres tigres para matar a Ahei, quien logró abatirlos con su arco y pudo, al fin, salvar a su amada. No obstante, ni Rebu Bala ni su hijo estaban dispuestos a darse por vencidos, por lo que, conducidos por la malicia, rogaron al dios de los precipicios que ahogara a los dos enamorados en el camino de vuelta a su hogar. Al pasar por un río, Ashima fue atrapada por las revueltas aguas de su impetuoso caudal y, por más que la buscó, Ahei no fue capaz de encontrarla. Finalmente, fue la diosa del eco de los doce precipicios quien la rescató y, tras ello, le confirió la apariencia de una roca y la convirtió también en diosa del eco y, a partir de entonces, no tuvo otra alternativa que repetir todo aquello que oía. Ahei, sin poder superar la pérdida de su amada, no dejaba de gritar afligido: “¡Ashima! ¡Ashima!” pero ella no podía sino devolverle su nombre: “¡Ashima! ¡Ashima!”, pues su belleza y el encanto de su voz habían quedado petrificados para la posteridad en un bosque de piedras en el que acompañaría, hasta la eternidad, a los miembros de la etnia sani.


El poema Ashima tiene raíces en el folklore y las costumbres locales del pueblo sani y, debido a ello, goza de un valor artístico y cultural incalculable. En el año 2006 tuvo el honor de ser incluido en la primera lista del Patrimonio Cultural Inmaterial Nacional. De hecho, ya desde la década de los años 50 del siglo pasado, tras editarse una edición ordenada de sus versos, fue traducido al inglés, al francés, al alemán, al español y al ruso, entre otros idiomas. Ello facilitó su propagación al extranjero e, incluso, promovió su adecuación a una multitud de formas artísticas relacionadas con el canto y la danza en Japón. En el año 1964 terminó de grabarse su adaptación a la gran pantalla, que mantendría el mismo nombre que su obra de inspiración. Pronto, los coloridos espectáculos folklóricos de los yi, el grupo étnico de los sani, llegaron a causar una enorme sensación entre el público y a su versión cinematográfica se la considera una de las películas chinas clásicas del siglo XX. Su éxito quedaría demostrado unos años después, en 1982, cuando el film Ashima fue galardonado con el premio a la mejor película de baile en el Festival Internacional de Cine de Santander (España). Además de su éxito artístico, esta bonita historia de amor también ha ejercido una enorme influencia en el bosque de piedras de Yunnan pues, desde que se diera a conocer su existencia, viajeros procedentes de todo el mundo acuden hasta el mágico lugar para quedar embelesados por su impresionante belleza y el romanticismo de su leyenda. 
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Revista Instituto Confucio 49
pdfPublicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.Número 49. Volumen IV. Julio de 2018.
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