Zhou Xingsi: El libro de las mil palabras
El libro de las mil palabras fue compuesto en el siglo VI por Zhou Xingsi, por encargo del emperador Wu Di. El texto está formado por 125 exquisitos versos de ocho caracteres cada uno, a lo largo de los cuales presenta un increíble recorrido por la mitología, la historia y el sistema de valores confuciano.
El libro de las mil palabras (千字文, Qiān zì wén) es, sin duda alguna, una obra maestra no solo de la tradición china, sino de la literatura universal; y sin embargo es, hasta el día de hoy, lamentablemente desconocida en Occidente. El erudito Zhou Xingsi (周兴嗣), su autor, vivió durante la dinastía Liang (梁, 502–549) y desde entonces existe una colorida leyenda relacionada con su composición. El emperador reinante, Liang Wu Di (梁武帝), deseaba presentar un regalo digno a su joven heredero, para lo que encargó al maestro Zhou Xingsi la escritura de un libro que sirviera no solo para la práctica de la caligrafía, sino también para la formación cultural que corresponde a un futuro soberano.
Algunas versiones de esta historia dicen que el emperador amenazó a Zhou Xingsi con la ejecución si no completaba el encargo en una sola noche; por lo que tal y como se le había pedido terminó la obra y el cabello y la barba del maestro se tornaron completamente blancos.
El resultado superó por mucho las expectativas del impaciente emperador: lejos de ser un mero manual para jóvenes oficiales, Zhou Xingsi compuso un monumento de habilidad literaria. El texto está formado por 125 exquisitos versos de ocho caracteres cada uno, a lo largo de los cuales presenta un increíble recorrido por la mitología, la historia y el sistema de valores confuciano.
Con refinada precisión va describiendo ejemplos de conducta virtuosa, historias de generales y eruditos, y un impresionante catálogo de hechos y hazañas del imperio. Pero el hecho más curioso es que utiliza un total de mil caracteres distintos, sin una sola repetición.
La hazaña mereció el reconocimiento inmediato y universal y quince siglos después su aprecio aumenta. Se continúa utilizando en la enseñanza elemental y sirve de modelo para el aprendizaje de la caligrafía en China, Corea y Japón.
Dividido temáticamente en siete partes, Zhou Xingsi refiere hechos y lugares de Hebei en tres ocasiones, pues esta provincia fue asiento de algunas de las más antiguas historias conservadas en las crónicas. El primer hecho aparece en la parte 2, donde habla de los sabios antiguos y de los orígenes de la civilización. Aquí tenemos el verso 1, que dice:
“Vinieron el Maestro Dragón, el Rey del Fuego,
el Oficial Alado y el Rey de los Hombres”.
el Oficial Alado y el Rey de los Hombres”.
龙师火帝鸟官人皇 (Lóng shī huǒ dì, niǎo guān rén huáng)
que hace alusión a los “Tres Soberanos y Cinco Reyes de la Antigüedad” (三皇五帝, Sānhuáng wǔdì), personajes de la época legendaria quienes instituyeron las primeras bases de la cultura china.
Los primeros dos son nombres poéticos con los que se conocen a Fu Xi (伏羲), inventor de la escritura; y a Shen Nong (神农), patrono de la agricultura y precursor de la herbolaria, ambos pertenecientes a la llamada “época mítica”, antes del 3000 a.C. El tercer nombre, el Oficial Alado, se refiere al príncipe Shao Hao (神农), y por extensión hace referencia a su padre, el legendarioEmperador Amarillo (皇帝, Huángdì), primer emperador de la Antigüedad. Los Registros de la historia (史记, Shǐjì) narran que Huangdi finalmente consolidó su poder como soberano absoluto alrededor del 2500 a.C., al ganar la que es considerada como la segunda gran batalla de la historia china: la Batalla de Zhuolu (涿鹿之战, Zhuōlù zhī zhàn), en la que derrotó al poderoso líder Chiyou(蚩尤), jefe de las llamadas Nueve Tribus (九黎, Jiǔ lí) e inventor de las primeras armas de guerra. El lugar de esta legendaria batalla se encuentra precisamente en la provincia de Hebei, cerca de su frontera con la vecina Liaoning (辽宁, Liáoníng), de modo que no es poca cosa ser el sitio donde el Emperador Amarillo ascendió al poder y estableció su impronta para los milenios venideros.
Además de esa referencia a los orígenes de la civilización china, dos sitios en Hebei relacionados con la Gran Muralla también fueron inmortalizados en las líneas del Libro de las mil palabras. En la parte 4, en el verso 28, se habla de los rincones más notables del imperio, mencionando diez lugares famosos, dos de los cuales se encuentran en Hebei. Dice así:
“El Paso de Yanmen y la Defensa Púrpura;la Estación de Jitian y la Bóveda de Chicheng”.
雁门紫塞鸡田赤城 (Yàn mén zǐ sāi, jī tián chì chéng)
Este pasaje se refiere a las grandes construcciones en las montañas. El Paso de Yanmen es una fortificación famosa, en la provincia de Shaanxi; y la “Defensa Púrpura” era uno de los nombres poéticos con los que se conocía a la Gran Muralla.
En las siguientes líneas, versos 29 y 30, dice el poema:
“El Estanque de Kunchi y el Pico de Jieshi;
los Pantanos de Juye y el Lago de Dongting”
los Pantanos de Juye y el Lago de Dongting”
昆池碣石巨野洞庭 (Kūn chí jié shí, jù yě dòng tíng)
refiriéndose a cuatro de los paisajes más bellos del imperio en ese tiempo. Y precisamente Jieshi (碣石山), la “tableta de piedra”, es una famosa montaña en Hebei que debe su nombre a su forma de estela vertical. Desde su cima se puede apreciar en todo su esplendor el Golfo de Bohai (渤海, Bó Hǎi), la parte del Mar Amarillo que entra a la costa noreste de China. De pie en la altura de Jieshi podemos contemplar ese mar hermoso y peligroso, y las extensiones de tierra más allá de la muralla. Y podemos evocar cómo antiguos líderes lucharon por la supremacía sobre estas tierras, mientras sus impasibles montañas y mares permanecían como fieles testigos de la historia de Hebei.
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Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.
Número 29. Volumen II. Marzo de 2015.
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