lunes, 19 de noviembre de 2018

El origen del mundo | Babelia | EL PAÍS

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El origen del mundo

Andrés Ibáñez, autor de ‘Un maestro de las sensaciones’, tiene un don para narrar historias interesantes al mejor estilo decimonónico

Portada del libro de Andrés Ibáñez.
Portada del libro de Andrés Ibáñez.
Veintidós cuentos integran el nuevo libro de Andrés Ibáñez, Un maestro de las sensaciones, 22 historias entre piezas largas y otras breves, algunas rozando el microrrelato. Comienzo por la que le presta título al volumen. Un relato que otorga un tono general al libro. En sí mismo el cuento aborda una idea que se repite en el libro como un tema musical, el origen del mundo, su percepción. Y a su vez, a mí particularmente, recuerda a través de su escritura, en línea general atemporal y sin geografía concreta, el timbre estilístico de la primera novela de Andrés Ibáñez, La música del mundo(1995). De todos los relatos incluidos, a mí me han gustado unos más que otros. Me gustó mucho el que aludí más arriba. Una pieza breve, sugerente y sin fisuras. Otro cuento que también me gustó mucho es ‘No tengas miedo a la lluvia’. Narrado en primera persona, todo lo que sucede en esta historia es triste. La mujer que lo puebla, probablemente la mujer más buena del mundo, si no la más buena de la narrativa de ficción que yo nunca leí, con su hijito en brazos, nos costará olvidarla.
Pero también me veo obligado a consignar los fallos en algunos cuentos. Por ejemplo, el que se titula ‘Camila’. Una historia en principio extraña y llena de enigmas. Pero sucede que a las cuatro páginas, Ibáñez pone en boca del narrador omnisciente la palabra “inquietante”. Una palabra prohibida en un relato que se pretende precisamente inquietante. Pero además el relato naufraga en su último tramo, cuando su autor incluye unos objetos misteriosos que colaboran a que la trama se diluya y nos ofrezca un final sin ton ni son con lo que se nos prometía en su principio. Otro tanto me sucedió con ‘La amante perfecta’. Una pieza que merecía mejor acabado. ‘El espejo inca’ nos vuelve a reconciliar con Ibáñez. “Sus habitantes sufren de una carencia crónica de temas de conversación”, se dice en su comienzo. Intuyo que será bueno. Lo leo y reconozco en este cuento la impronta de Ibáñez, un don para narrar historias interesantes al mejor estilo decimonónico, algunas fallidas, vale, pero excelentes las que le salen redondas.
Un maestro de las sensaciones. Andrés Ibáñez. Galaxia Gutenberg, 2018. 300 páginas. 22 euros.

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