Chang Shuhong: Guardián del arte de Dunhuang
Chang Shuhong (1904-1994) dedicó su vida a vigilar y proteger las Grutas de Mogao (Dunhuang), restaurando sus murales y promoviendo la recuperación de esta reliquia milenaria.
Chang Shuhong fue uno de los primeros especialistas dedicados al estudio de Dunhuang (敦煌 Dūnhuáng). Desde 1943, año en que fue enviado por el gobierno a vigilar y proteger las Grutas de Mogao (莫高窟 Mògāo Kū), permaneció decenas de años conviviendo con la soledad del desierto. La vida nunca le hizo abandonar el patrimonio histórico sino empeñarse en difundir por todo el mundo el arte de Dunhuang. Para ello realizó labores como la aplicación de medidas de protección de las grutas, restauración de murales, elaboración de calcos e investigaciones, así como la organización de exposiciones y publicaciones de obras relacionadas con los murales. De hecho, el británico Joseph Needham y los eruditos japoneses Yasushi Inoue y Daisaku Ikeda, lo apodaron “tesoro nacional” y “ángel de la guarda” de China.
Chang Shuhong (常书鸿 1904-1994), original de Hangzhou (杭州) en la provincia de Zhejiang, era amante de la pintura, pero como su padre creía en la industria como una forma de sacar el país adelante lo envió a una escuela industrial. Dentro de la oferta de estudios de la escuela Chang se decantó por el tinte de tejidos porque tenía relación con el arte. Durante sus estudios se inscribió en la Asociación de Bellas Artes Lago del Oeste (西湖画会) dirigida por el prestigioso pintor Feng Zikai (丰子恺). En el verano de 1927, gracias a su trabajo como pinche en un barco, Chang llegó a París, capital artística, donde combinó un trabajo a media jornada con los estudios de pintura. Más tarde, en 1932, fue admitido en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París y empezó a obtener reconocimientos por sus cuadros al óleo, incluso algunas de sus obras fueron expuestas en el Museo del Louvre. Estos hechos contribuyeron a que se convirtiera en miembro de la Academia de Bellas Artes de París.
Sin embargo, en el otoño de 1935, el destino cambió su vida por completo. Chang se encontraba visitando un famoso mercadillo de libros de segunda mano, junto al río Sena, cuando le llamaron la atención unos ejemplares, que eran precisamente Les Grottes de Touen-Houang escritos por el sinólogo francés Paul Pelliot. Hasta aquel momento Chang desconocía la existencia del impresionante patrimonio artístico que había en el noroeste de China, en Dunhuang. Aquel descubrimiento marcó su vida que, desde entonces, estuvo estrechamente ligada a dicha ciudad.
En 1936 Chang Shuhong consiguió un contrato de trabajo con el director de la Academia de Bellas Artes de Beijing, Wang Shijie (王世杰), por lo que el pintor tomó un tren que lo llevó de regreso a su país. Mientras impartía cursos en la Academia de Bellas Artes de Beijing, Chang anhelaba ir a Dunhuang. No obstante, en una tertulia intelectual, conoció al famoso arquitecto Liang Sicheng (梁思成), también entusiasta de Dunhuang, quien le comentó que aquellos murales de Dunhuang contenían abundante información histórica sobre la arquitectura de las dinastías Tang (唐, 618-907) y Song (宋, 960-1279).
La oportunidad que Chang tanto ansiaba llegó en 1942 a raíz de un trágico suceso: la destrucción de las Grutas de Longmen (龙门石窟) en Luoyang. El grave incidente conmocionó a la opinión pública y, a raíz de esto, se incluyó la protección de las Cuevas de Dunhuang como una prioridad del Estado. Impulsado por Yu Youren (于右任), presidente de la Comisión de Control, el gobierno decidió establecer el Instituto Nacional de Bellas Artes de Dunhuang (国立敦煌艺术研究所), una entidad pública dependiente del Ministerio de Educación. Chang fue nombrado vicedirector de dicha institución gracias a las recomendaciones de Xu Beihong (1) y Liang Sicheng (2).
El 27 de marzo de 1943, después de arduos meses de viaje por el desierto, la expedición de Chang compuesta por seis miembros por fin llegó a las fascinantes Grutas de Mogao, en Dunhuang. Sin embargo, el estado en el que se encontraban estas reliquias culturales era terrible debido a la falta de vigilancia y cuidado durante largo tiempo. Todo el patrimonio había estado expuesto a las inclemencias meteorológicas y a factores exógenos. Los fuegos con los que numerosos viajeros cocinaban habían tiznado las paredes. Con el fin de facilitar la movilidad, se excavaron pasillos en los laterales de las cuevas, con lo que muchas entradas delanteras se hundieron, dejando las partes traseras en peligro. El derrumbe de las pasarelas bloqueó el acceso a muchas grutas. A pesar de que el clima seco de esta zona favorecía la conservación de los murales, muchos de ellos aún sufrían los efectos de la erosión por no haberse aplicado las medidas de conservación adecuadas. El abuso del apacentamiento del ganado hizo que el pequeño oasis que había frente a las cuevas redujera considerablemente el número de árboles y plantas. Además, se acumuló mucha arena en su interior. En cuanto llegó a Dunhuang la expedición colgó un cartel que decía: “Comité Preparatorio del Instituto de Bellas Artes de Dunhuang” y se dedicaron de inmediato a realizar trabajos que nada tenían que ver con el arte ni con la investigación. A partir de entonces, las Grutas de Mogao dejaron atrás los cientos de años de abandono y pasaron a estar protegidas por el gobierno.
El hecho de que esta reliquia milenaria haya llegado hasta nuestros días puede deberse a dos factores. Las grutas son un maravilloso conjunto milenario cultural, artísticamente hablando y, por otra parte, su situación geográfica y las arduas condiciones de vida en Dunhuang son extremas y duras, lo que ha permitido su conservación. Chang Shuhong, un intelectual que llevaba casi 10 años residiendo en París, pasó a vivir en un templo medio derruido con mesas, sillas, camas de barro y un candil de madera. En invierno, la gélida estancia, rodeada por el desierto de Gobi, no disponía de calefacción. Para ir al pueblo más cercano, a más de 20 kilómetros de distancia, se tardaba más de 10 horas entre ida y vuelta en carros tirados por bueyes. Si por aquel entonces las cerillas eran escasas y caras, comer frutas y verduras frescas era casi imposible.
En abril de 1943, en plena primavera en Dunhuang, el prestigioso pintor chino Zhang Daqian (张大千) terminó su proyecto de recopilar y calcar los murales, al que dedicó casi tres años. Antes de marcharse, el artista le regaló un rollo a su viejo amigo Chang Shuhong. El texto, “Mapa secreto para la recolección de setas”, contenía información sobre dónde encontrar este comestible en Dunhuang. Este mapa no sólo supuso la incorporación de un nuevo alimento a sus platos sino que aportó alegría a la monótona vida que llevaban.
Chen Xiuzhi (陈芝秀), la esposa de Chang, se mudó a Dunhuang junto con sus dos hijos. Apenas año y medio después, en la primavera de 1945, Chen no soportó las arduas condiciones de vida y el aislamiento en el desierto y, sin previo aviso, abandonó a su familia. En cuanto Chang se dio cuenta montó en su caballo y fue a buscarla pero, tras un largo trecho, cayó exhausto del animal. Por fortuna lo encontraron y logró sobrevivir. Cuando regresó a Dunhuang, se encontró con sus desconsolados hijos y, después de pensarlo mucho, decidió que se quedaran con él para seguir investigando, desarrollando y protegiendo la reliquia cultural junto con sus compañeros. Poco a poco las Grutas de Mogao, gracias a los desvelos de Chang y sus compañeros, comenzaron a tomar vida. Las tareas más relevantes que se llevaron a cabo fueron la construcción de muros, la plantación de árboles, la limpieza de arena, la fotografía y topografía, el calco de los murales, así como el montaje de exposiciones.
Tres años después, el 22 de agosto de 1948, tras unos 600 calcos elaborados sobre las pinturas murales de Dunhuang, Chang Shuhong organizó la exposición “El valor artístico de Dunhuang” en la Academia Sínica de Nanjing, donde se reunieron muchos funcionarios de alto rango a pesar de la lluvia que caía. Posteriormente la exposición se trasladó a Shanghái donde permaneció una semana y causó mucha sensación. Ese mismo año Chang se casó con Li Chengxian (李承仙), otra entusiasta de Dunhuang, que se convirtió en su mejor compañera tanto profesional como sentimental. La presencia femenina en el desierto neutralizó en cierto modo el ambiente melancólico de Dunhuang y, al mismo tiempo, le confirió un aire romántico. En enero de 1951, el Instituto de Bellas Artes de Dunhuang pasó a llamarse “Centro de Investigación de las Reliquias Culturales de Dunhuang” y Chang continuó ejerciendo como director. El 13 de abril del mismo año el instituto organizó, en la Puerta Meridional de la Ciudad Prohibida de Beijing, una exposición de las reliquias de Dunhuang. A la misma asistieron numerosos líderes políticos y personalidades, incluyendo al entonces primer ministro de China, Zhou Enlai (周恩来). Chang visitó Japón en varias ocasiones para organizar exposiciones sobre el arte de Dunhuang y para recoger el título de Director Honorífico que le fue otorgado por el Museo de Arte de Fuji. Su primera exposición dirigida al público japonés, en 1957, batió récords de taquilla al congregar a más de 100.000 personas.
En marzo de 1982 se trasladó junto con su familia a Beijing para asumir el cargo de consejero de la Administración Estatal de Reliquias Históricas y Director Honorífico del Instituto de Reliquias de Dunhuang. De esta manera se despidió de las cuevas a las que cuidó y protegió durante 40 años. En la actualidad, el centro de investigación que estableció Chang, y al que dedicó casi toda su vida, cuenta con una plantilla de más de 200 personas. El hecho de que este instituto, de categoría administrativa inferior, dependa directamente del gobierno provincial constituye un caso único en toda China. Chang Shuhong falleció en 1994 a los 90 años. Su última voluntad fue que enterraran sus cenizas en las Grutas de Mogao, a las que consagró su vida. Tras su muerte, muchos sienten que su alma aún continúa en vela para vigilar y cuidar de Dunhuang.
Notas:
(1). Xu Beihong (徐悲鸿, 1895-1953), famoso pintor de la provincia de Jiangsu, conocido por ser uno de los primeros pintores chinos que crearon murales al óleo sobre temas clásicos de China.
(2). Liang Sicheng (梁思成, 1901-1972), considerado el padre de la arquitectura china moderna.
Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.
Número 26. Volumen V. Septiembre 2014.
Número 26. Volumen V. Septiembre 2014.
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