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La cena de la víspera de Año Nuevo Chino: Sentimiento de reunión familiar
La cena de la víspera del Año Nuevo chino es uno de los momentos más importantes de la Fiesta de la Primavera. En esa noche, la gente se viste con sus mejores ropas y toda la familia se reúne alegremente para cenar. Las comidas del Año Nuevo chino son muy variadas y el plato más significativo también cambia según la zona de China donde nos encontremos.
En China, todos los años a medida que se acerca el Año Nuevo, la gente vuelve a sus ciudades y pueblos natales para reunirse con sus familiares durante esas fechas tan señaladas. Como aves migratorias, acuden a los aeropuertos, a las estaciones de autobuses y de tren para hacer el viaje de regreso a casa. La tradicional escena de miles de personas congregadas en la estación central de Guangzhou es solo una de las miles de ellas. Después de la Fiesta de la Primavera, estas mismas personas inician el viaje de regreso. La cifra de pasajeros chinos por las carreteras nacionales, vías fluviales, ferrocarril y transporte aéreo es mayor que la de la peregrinación anual a La Meca. Este tipo masivo de movimiento poblacional en época de paz es un acontecimiento único en todo el mundo.
Se encuentre donde se encuentre, la familia tiene que reunirse durante la Fiesta de la Primavera. Esta costumbre parece una marca indeleble de todos los chinos, incluyendo aquellos que viven en ultramar.
Generalmente se celebra la Fiesta de la Primavera desde “el pequeño Año Nuevo”, hasta la Fiesta de los Faroles, el decimoquinto día del primer mes según el calendario lunar chino. Para preparar este acontecimiento, las familias barren la casa, quitan el polvo, lavan los edredones, hacen la compra, y pegan los tradicionales pareados en las puertas de las viviendas. Después, disparan petardos, encienden el fuego de la prosperidad, velan durante la víspera del año nuevo, entregan dinero en un sobre rojo, se felicitan mutuamente, visitan a familiares y amigos, rinden homenaje a los antepasados, pasean por los mercados de los templos y comen pasteles de arroz, ravioles y pescado.
La víspera del año nuevo es uno de los momentos más importantes durante la Fiesta de la Primavera. En ese día, la gente se viste con sus mejores ropas y toda la familia se reúne alegremente para celebrar dicho período. En una ocasión, durante la dinastía Tang (618-907), el emperador Li Shimin (598-649) liberó a más de 300 prisioneros condenados a muerte para que éstos pudieran celebrar la fiesta junto con sus familias, lo cual demuestra la gran importancia de estas fechas.
Para la víspera, cambio del año viejo al año nuevo, las familias se reúnen para cenar juntas y pasar toda la noche en vela. Según las costumbres del Nordeste de China, las hijas casadas no vuelven con sus maridos e hijos hasta el segundo o el tercer día del Año Nuevo para visitar a sus padres, con lo que la víspera del año nuevo la pasan con la familia de su marido.
Los tipos de comidas para esa noche son muy variados y el plato más importante y significativo también cambia según lugares.
En el norte del país, la comida principal de esta cena son los ravioles o jiǎozi (싫綾), homófono de otro término que significa “coincidir con la primera hora”. Esta costumbre existe desde la dinastía Han (206 a.C.-220 d.C.). En algunos sitios, cuando se confeccionan los ravioles, se meten dentro monedas desinfectadas, caramelos, cacahuetes, dátiles o castañas. A las personas que les tocan ravioles con monedas, se dice que van a tener mucha fortuna en el nuevo año; a las que les tocan ravioles con caramelos, que van a tener una vida más dulce en el futuro; a las que les tocan ravioles con cacahuete, que van a gozar de buena salud y longevidad, etc.
En el sur del país, la comida principal para la nochevieja es el yuánxiāo (禱晷) o bolas de arroz glutinoso rellenas de dulce y el niángāo (쾨멤) o pasteles de arroz. A los primeros también se les puede llamar tāngyuán (缺途), tuánzi (考綾) o yuánzi (途綾), y todos simbolizan la solidaridad, la felicidad y la armonía de toda la familia. Por su parte, niángāo es homófono de “progreso anual”, es decir, prosperar cada año.
En el norte se comen ravioles y en el sur se comen bolas de arroz glutinoso o pasteles de arroz, esta costumbre se remontan a las dinastías Sui (581-618) y Tang (618-907) tras distribuirse las tareas agrícolas en el país. De este modo, en el norte se cultiva principalmente trigo, mientras que en el sur se planta el arroz. Con el tiempo han evolucionado las diferentes preferencias y características alimenticias entre los norteños y los sureños. Así, los primeros tienen preferencia por los platos elaborados con pasta y los segundos prefieren los platos confeccionados con arroz.
Hay un dicho chino que dice “Dentro de los diez li se cambia de hábitos, dentro de los cien li se cambia de costumbres”. Cada sitio tiene sus características propias. Por ejemplo, en algunos lugares del noroeste de China, cuando se prepara la masa de los ravioles en vez de realizarlos uno a uno, se amasa toda la pasta extendiéndola adecuadamente y posteriormente se utiliza un tazón como molde y con él se van extrayendo las diferentes masas individuales que darán lugar a los ravioles.
En la provincia de Henan tienen la costumbre de servir un plato de pescado la última noche del año, lo cual tiene el significado de “abundancia”, pues pescado en chino se dice yú (戴) y es homófono de “excedente, sobrante” o yú (岱).
En el primer día del Año Nuevo chino, los shangaineses además de comer bolas de arroz glutinoso y pasteles de arroz, también degustan brotes de soja, conocidos como la “verdura de la satisfacción”, lo que se considera un símbolo de buena suerte.
Los habitantes de la provincia sureña de Sichuan suelen cenar en esa ocasión olla mongola picante o málàtàng (쮸윤儆) y comen bolas de arroz glutinoso el primer día del año, lo que simboliza la reunión familiar.
Las personas de la provincia Hunan degustan pollo, carne y pescado muy picante en la nochevieja. La selección de estos tres alimentos es muy exquisita: el pollo tiene que ser macho y se cuece a fuego lento, y cuando se sirve en el plato, se tiene que mantener la cabeza del pollo bien levantada; el pescado tiene que ser una carpa plateada, y después de cocerlo se le espolvorea pimienta roja por encima, símbolo de la riqueza.
Los musulmanes chinos, sobre todo los que habitan en la provincia de Xinjiang, comen tallarines, caldo de ternera y cordero el primer día; y no comen ravioles hasta el segundo día.
Los miembros de la minoría étnica zhuang comen pollo frío en rebanadas y tamal chino o zòngzi (添綾), los cuales se colocan en el altar de los antepasados para rendirles homenaje, pero no se consumen hasta el tercer día de enero según el calendario lunar chino, simbolizando la reunión de toda la familia.
La cena de nochevieja no puede comenzar hasta que todos vuelven a casa y en el lugar de la mesa de los que no están se coloca un cubierto como si fuera a aparecer en cualquier momento. Cuando más tiempo dure esta cena, mejor y se tienen que probar todos los platos. Incluso aquellos que normalmente no beben alcohol, tienen que tomar un poco para incorporarse al ambiente festivo.
Hoy en día los tipos de alcohol que consumen los chinos durante la Fiesta de la Primavera son múltiples y diversos, unos de los más famosos es el aguardiente de las marcas Maotai (챕憩) y Wuliangye (巧존捻), y también hay diversos tipos de cervezas y vinos. En la China antigua, algunos licores sólo se podían beber durante estas fiestas tan importantes, y destacaba el Tusu, un tipo de hierba que dio lugar a un licor medicinal inventado por el famoso médico Hua Tuo al final de la dinastía Han, y que hoy en día se sigue consumiendo.
El primer y el quinto día del Año Nuevo chino también tienen que comerse ravioles, pero los del primer día se tienen que preparar durante toda la nochevieja, permaneciendo todos despiertos hasta el alba.
En el nordeste de China se comen ravioles el quinto día del Año Nuevo y a este acto se le llama “cinco roto”, pues mordiendo los ravioles se simboliza la destrucción de la mala suerte. En el pasado y también en esa zona, la Fiesta de la Primavera duraba cinco días, desde la nochevieja hasta el cuarto día del primer mes. Durante esos cinco días todos los comercios permanecían cerrados y no se abrían hasta el quinto día, de ahí la denominación “cinco roto”, que aseguraba que abrir en el quinto día traía suerte. Por otro lado, se suele comer tallarines en el séptimo día porque esto significa el sano crecimiento de los niños y la longevidad de los ancianos.
El decimoquinto día del calendario lunar culminan las celebraciones con la Fiesta de los Farolillos y todo el país come bolas de arroz glutinoso.
Las comidas de la Fiesta de la Primavera china se han transmitido miles de años de generación en generación, influyendo en millones de familias. Tradicionalmente se le ha dado mucha importancia a lo que se come y su simbolismo, además de con quién se comparten esos alimentos. Por eso la cena del último día del año cobra una importancia tal entre los chinos que nadie puede perdérsela, pues se trata de un momento de reunión familiar, pilar fundamental de la sociedad china.
Publicado originalmente en:Revista Instituto Confucio.Número 10. Volumen I. Enero de 2012.Leer este reportaje en la edición impresa
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