El truco de los pájaros carpinteros para no sufrir lesiones cerebrales cuando picotean los troncos
Probablemente nunca te lo planteaste hasta ahora pero, ¿cómo demonios consiguen los pájaros carpinteros golpear con el pico y con esa fuerza repetidamente el tronco de un árbol, y no acabar con graves lesiones cerebrales?
Se calcula que un pájaro carpintero puede llegar a martillear con su pico el tronco de un árbol una media de 20 veces por segundo. De esta forma consiguen hacer agujeros con los que conseguir una buena cena en forma de insectos o savia.
Sin embargo, esta impresionante capacidad la realizan sin daño alguno. Mientras las garras les ayudan a mantener el equilibrio, su cabeza se mueve hacia el tronco a unos 7 metros por segundo, y se calcula que cuando picotean sus cabezas se ralentizan a aproximadamente 1.200 veces la fuerza de gravedad. Y ni una sola conmoción.
Este fue precisamente el punto de partida de un grupo de investigadores de la Universidad de California en San Diego, quienes estudiaron las microestructuras de sus huesos y luego llevaron a cabo un análisis biomecánico en la cabeza. Según han explicado:
Al comparar los cráneos de pájaros carpinteros y pollos, descubrimos que los pájaros carpinteros tienen adaptaciones de absorción de impacto que otras aves no tienen. Esto incluye huesos especializados del cráneo, músculos del cuello, picos y huesos de la lengua. Los huesos del cráneo tienen una composición química y densidad diferentes. Por ejemplo, una adaptación estructural se logra al aumentar la acumulación de minerales en los huesos para hacerlos más rígidos y fuertes en comparación con otras aves.
Además, descubrieron que, sorprendentemente, el hueso del cráneo era muy delgado y había menos líquido que separaba el cerebro del hueso del cráneo que en otras aves y animales. Eso sugeriría que el cráneo estaba adaptado para ser más duro y más resistente al mismo tiempo.
No solo eso. También encontraron que los pájaros carpinteros tienen menos líquido interno que rodea el cerebro que otros animales grandes. Esto ayuda a limitar el movimiento del cerebro durante el picoteo. “La cantidad reducida de líquido tiene un efecto análogo a la yema de un huevo duro, que no se dañará con la sacudida, en comparación con la yema de un huevo crudo”, explican los investigadores.
Por último, esta clase de pájaro tiene un hueso incrustado en la lengua que ayuda a extraer insectos de los árboles. Esta lengua inusual envuelve la parte posterior del cráneo y se ancla en la parte delantera entre los ojos, lo que permite que la lengua y su hueso actúen como un resorte, amortiguando la fuerza física y las vibraciones relacionadas.
Ciertamente increíble. El pájaro carpintero no solo tiene unos huesos especiales en el cráneo que ayudan a mitigar la violencia del impacto, sino que su lengua también forma parte de esa “coraza” que le permite resistirlos y proteger el cerebro mientras busca comida.
Fuente: es.gizmodo.com
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