TOMAR PARTIDO. Émile Zola / Paul Cézanne
Desde la infancia y a lo largo de 30 años, el polémico y categórico Émile Zola y el geométrico y sentimental Paul Cézanne mantuvieron una amistad que se adaptó a cualquier vicisitud. Pero el escritor era famoso, mientras que el artista vivía resignado en el interior de su huevo, limitado por el nido impresionista en el que sobresalía el pintor genuinamente moderno, Manet, al que Zola nunca dejó de apoyar desde su columna en L’Événement. En la correspondencia que ambos mantuvieron, arte y vida cumplían un sentido estético y una visión ingenua pero verdadera de las relaciones humanas. Hasta que se produjo el distanciamiento. Lee aquí la crítica entera de ÁNGELA MOLINA.
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