Xiang Juanshu, en el centro, durante el doblaje de una película.
Xiang Juanshu, la reina china de las películas de doblaje
Xiang Juanshu (Beijing, 1925) famosa artista china de doblaje, cuenta con una voz única, una amplia gama sonora y un fuerte contraste vocal. Cuando habla, su timbre es a veces dulce, a veces profundo, otras un tanto serio. Siempre busca la perfección en su trabajo, lo que le ha otorgado el sobrenombre de “la reina china del doblaje”. Durante más de 60 años ha trabajado detrás de la gran pantalla, convirtiéndose en una verdadera “heroína anónima”.
Xiang Juanshu (向隽殊), famosa artista china de doblaje, cuenta con una voz única, una amplia gama sonora y un fuerte contraste vocal. Cuando habla, su timbre es a veces dulce, a veces profundo, otras un tanto serio. Siempre busca la perfección en su trabajo, lo que le ha otorgado el sobrenombre de “la reina china del doblaje”. Durante más de 60 años ha trabajado detrás de la gran pantalla, convirtiéndose en una verdadera “heroína anónima”.
Xiang Juanshu nació en 1925 en el seno de una familia intelectual de Beijing. Tras graduarse por la facultad de Artes Teatrales de la Universidad del Norte de China en 1949, empezó a trabajar en los Estudios Cinematográficos de Changchun. En la película soviética Cuestión Rusa, Xiang Juanshu dobló el papel de una joven secretaria. Ese fue su debut y también el comienzo de su carrera como dobladora, la cual duró más de 60 años durante los cuales dobló con auténtica pasión más de 400 películas extranjeras.
Igual que un pianista se conoce a la perfección las teclas de un piano y un violinista está muy familiarizado con la cuerda de su arco, Xiang Juanshu conoce muy bien sus cuerdas vocales y sabe cómo utilizar cada parte para emitir el sonido más apropiado, lo que le ayuda a trabajar de una forma más fácil y divertida. Posee una capacidad espectacular para controlar su voz y puede disfrazarla o darle diferentes tonalidades a los sonidos de acuerdo con los requisitos de los papeles de las películas originales. A través de la voz, enfatiza las características de un personaje para lograr el ajuste perfecto entre el doblaje y la imagen de la gran pantalla. Cuando tenía 50 años, dobló al personaje Huani, una niña de diez años, protagonista de la película coreana La florista, con voz tierna y clara, como si realmente fuera una muchacha pura e inocente. Por otro lado, en el largometraje Guerra y paz dobló la voz de Natacha desde su niñez hasta a su edad adulta, superando las dificultades propias del cambio de registro según las diferentes edades. Gracias a su profesionalidad, Xiang Juanshu hace que los personajes resuciten a través de su doblaje.
Los logros artísticos que ha conseguido Xiang Juanshu en el doblaje, además de sus excelentes condiciones innatas y sus versadas habilidades en cuanto a la pronunciación se refiere, contribuyen en el entendimiento profundo y preciso de cada uno de los personajes, incluyendo aspectos como la identidad, la edad, el temperamento, la emoción, la personalidad, etc. Xiang Juanshu cree que el lenguaje y la voz se pueden disimular, pero los sentimientos no. Si simplemente persiguiera la belleza del sonido sin considerar los sentimientos de los papeles, no se notaría la diferencia entre los distintos personajes y la voz parecería pálida y débil, sin temperamento. Por lo tanto, solo con la asimilación de los cambios sentimentales de los personajes se puede manejar bien la representación y caracterizar mediante el doblaje cualquier personaje de carne y hueso.
Generalmente, antes de cada interpretación, Xiang Juanshu estudia con detenimiento al actor que va a doblar, el guión de la película y la obra original, además, busca información sobre la misma, analiza el tema central y los caracteres de los personajes, se familiariza con los hábitos nacionales del país, su forma de vida, costumbres, etc. Como en aquel entonces, las instalaciones y los equipos de grabación eran bastante simples y viejos, y se grababa al mismo tiempo que se hacía el doblaje, los actores de voz tenían que memorizar bien su papel, por lo que se necesitaba un entendimiento tácito entre ellos para que el doblaje se hiciera bien a la primera. Así, si se producía cualquier mínimo error había que desechar toda la película. Cuando se estrenaron los largometrajes doblados por ella, Xiang Juanshu acudía a menudo a los cines a examinar los efectos del doblaje para encontrar algún que otro defecto. Según ella, trataba con cariño y sinceridad a cada uno de los personajes, igual como si fueran sus propios hijos. Durante el doblaje de la película japonesa Testigos, concretamente cuando la protagonista recitaba el poema del sombrero, se emocionó tanto que rompió a llorar.
Xiang Juanshu es una persona multifacética en cuanto a su talento artístico se refiere e interpretó diferentes papeles en algunas películas nacionales como La persecución en la cueva del tigre o en Escollo, entre otras; además, participó en la representación de varias obras teatrales modernas como La tormenta, La horquilla del fénix, etc.; narró novelas radiofónica como Jinyangqiu y Liu Hulan y asistió a docenas de grabaciones de series para la radio como Bolas de sebo, Cazador de cocodrilos, etc.
En mayo de 1981, se le concedió el Premio Especial en la primera edición de los Premios Gallo de Oro. El comité comentó al concedérselo que se lo otorgaban para “encomiar la contribución de Xiang Juanshu con su voz al mundo del cine a lo largo de su prolífica carrera de doblaje”. El 28 de diciembre de 2005, con motivo de la conmemoración del centenario de la industria cinematográfica china, el presidente chino Hu Jintao le entregó un premio especial a Xiang Juanshu, y los medios nacionales publicaron la fotografía de dicho momento histórico comentando que, por fin la “heroína anónima” salió a la luz después de más de 60 años a la sombra.
El 22 de octubre de 2011, en la vigésima octava edición de los Premios Gallo de Oro celebrada en la ciudad de Hefei, provincia de Anhui, Xiang Juanshu logró el Premio Honorífico de toda una vida por su extensa carrera profesional. Debido a su avanzada edad, no pudo acudir en persona a recibirlo, aunque gracias a la conexión telefónica en directo el público pudo escuchar una vez más su voz, un timbre familiar, magnético, dulce y agradable.
Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.Número 19. Volumen IV. Julio de 2013.Leer este reportaje en la edición impresa
No hay comentarios:
Publicar un comentario