EL PERRO METAFÓRICO
Darle voz a los perros
Aldo Mazzucchelli
Si el hombre fuese capaz de dar el habla a otros, convirtiéndose finalmente en el diosecillo que aspira a ser, quizá la primera especie que así empoderaría sería a los perros. El mecanismo no tiene por qué ser difícil, se parece al doblaje de un film, sólo que conectado adecuadamente a las zonas cerebrales que se identificarían relacionadas con determinadas conducta y gestualidad, de modo de hacer coincidir, retroactivamente en unos milisegundos, la voz y los contenidos, con los gestos previamente producidos por el animal. Puesto que los contenidos del dispositivo serían generados por hombres, quienes son los intérpretes reales de los gestos y actitudes, el perro parlante sería un monstruo antropomórfico y, lo que es peor, antropocéntrico.Una vez producido el engendro, éste se independizaría como especie. Esto es, se podría enseñar a los perros a aprender el lenguaje de sus congéneres, insertándoles una modificación genética que les convirtiese en habladores nativos. De tal modo, debido a que están fecundados por lenguaje humano desde el origen, aunque ellos no lo saben, con ese lenguaje vendrían todas las categorías de la experiencia humana del mundo. Este engendro tendría, en consecuencia, una experiencia habladora que no corresponde con su experiencia del mundo como especie.
El primer resultado sería la creación de metáforas, por parte de los perros, para entender su experiencia en términos de otra experiencia que ellos tienen apalabrada, pero no saben de donde viene. Conectar la experiencia de un cuerpo y una sociabilidad perruna con las categorías de un cuerpo y una experiencia humana—la que a su vez pareciera tener embebida una experiencia de otra clase, que nosotros mismos, hombres, no entendemos—es algo que solo se logra metafóricamente, llamándole por ejemplo al apareamiento hacer por un lado, y el amor, por otro; al abotonamiento pasión por un lado, invertida por otro; y a parir una camada de cinco cachorros, tener, por un lado, y quintillizos, por otro.
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el dispensador dice: cuando era pequeño no sabía bien de qué se trataba eso del "exilio"... no obstante ello, la vida que siempre es profusa en sorpresas, me fue haciendo conocer a un refugiado... luego a otro... más tarde a unos cuantos... pocos después a muchos... y de pronto comencé a tener consciencia que los "exiliados" eran más que los arraigados... y curiosamente, por aquel entonces, todos huían para el mismo lado, como si un extraño magneto los estuviera juntando de modo intangible... por ejemplo, judíos y jefes de campos de concentración... por ejemplo, palestinos que se iban viendo expulsados de sus suelos... por ejemplo, japoneses huyendo de los riesgos nucleares... iraníes huyendo de los incipientes fundamentalismos intolerantes... alemanes que nada que ver con el nazismo, pero temerosos de los misiles y sus alcances... cubanos huyendo de los empecinamientos de Castro... para luego ir conociendo a "huidores" que nunca venían para estos lares, pero que sí escapaban de los regímenes para nada republicanos del oriente... esos que siempre recibieron el guiño del imperio, a veces explícito, a veces implícito, muchas veces oculto...
me fui poniendo viejo... y curiosamente me ví obligado a exiliarme... impensado... pero real... lo tomé con mucha naturalidad porque ya me había dado cuenta, mucho tiempo antes, que los perros hablan aún cuando las ciencias de conveniencias lo nieguen, y que lo propio sucede con los simios y con los elefantes, aún cuando las ciencias de conveniencias lo nieguen... y no pude evitar darme cuenta que los delfines hablan y que las ballenas también lo hacen... lo que me llevó a suponer que todo lo que existe en el universo está muy bien comunicado, aunque no pronuncie una palabra ni en español, ni en inglés, ni en alemán, ni en francés... traducido, todo el mundo se comunica mediante lenguas que no son del ámbito del imperio, que ya por entonces era sionista y también nazi, aunque todavía no estaba consumido por el oscurantismo que reina por estas horas...
esto de tener que exiliarme no me tomó por sorpresa... podría decir, figurativamente, que las conductas que me rodeaban me estaban avisando que la traición estaba en curso y que el punto de colisión lo constituía mi persona, así es que cuando tomó entidad, me limité a irme, sin huir, porque ya sabía que los perros, los elefantes, los delfines y hasta los árboles hablan entre ellos, aún cuando el humano, en sus miserias, no quiera aceptarlo... ya que necesita imponer su miseria asesinando a todo aquello de lo que él se cree propietario...
con los años conocí África, y mucho de ella... Asia, y un poco de ella... y el mundo comenzó a quedarme chico cuando me di cuenta que los exiliados superaban largamente a los arraigados... que muchos de los exiliados lamentaban su condición, que otros la escondían, que algunos la aceptaban como hechos de la vida, que otros la cargaban en sus espaldas como podían, y en fin, vivían... así es que aprendiendo de sus vivencias, supe que ser exiliado era una condición superlativa de libertad... o lo que es lo mismo, debes ser exiliado para saber lo que significa conservar la dignidad intacta, a pesar de los muchos males y de los otros peores que uno deba atravesar y/o soportar...
al exiliarte, te liberas de cualquier atadura y mensuras todo lo que acontece a tu alrededor... esto es que los perros hablan... que los elefantes hablan... que los árboles se comunican... y que todo está interconectado en sus respectivos estados de consciencia, aún cuando las ciencias de conveniencias y sus soberbias nazi-sionistas lo nieguen a rajatabla... porque según el poder vigente, es bueno negar lo evidente, para inmediatamente dar un discurso un relatar algo exactamente contrario a lo que sucede o lo que siente y percibe la gente... esos que llamo los mortales... que viven como pueden en sus calles, a veces con techo y muchas veces sin nada...
he visto a los perros hablar... no sólo entre ellos sino con los humanos... lo cual me ha hecho reflexionar acerca de que, más allá de los pellejos, hay consciencias vigentes...
he visto a los elefantes llorar... no sólo entre ellos, sino conectándose con los humanos... lo cual me ha hecho pensar de que, más allá de los tamaños, todos somos espíritus atravesando un destino...
he visto a simios condenados a estar en jaulas, dispuestos a ser utilizados en experimentos nazis y también sionistas... que disfrutan cada vez que eutanasian a una existencia indefensa... sucediendo lo propio con cobayos y otros especímenes de la creación, cuyas voces no se alzan y de hacerlo, tampoco encontrarían apoyo y/o reconocimiento alguno...
finalmente... he visto humanos condenados a huir aún a pesar de alzar sus voces, sea en repudio a los ultrajes... sea para defenderse de los atropellos de los hipotecadores de futuros ajenos... sea para reclamar por sus derechos destrozados... sea para pedir refugio y solidaridad, siempre negadas... lo cual me ha dado pensar que ya no es cuestión ni de lenguas ni de voces... hay alguien que goza con el dolor ajeno... y eso, además de no ser bueno, es condición de miserables de alma... de los que no hay muchos, pero no sé cómo, abundan y aparecen por todas partes... para luego volverse ovejas que se tornan palmeadoras de espaldas desprevenidas...
la Tierra es hoy un gran exilio... está exiliada la humanidad que aún conserva sus valores y también la otra que pelea por lo que le queda de sus dignidades... están exiliadas las especies y también la naturaleza... están exiliados los perros cuyo lenguaje no entra en el alma humana, pero también están exiliados los elefantes, las ballenas, y los delfines... desde luego también los están los caballos y las caballas... sin omitir que los tigres se están quedando sin espacio y que hasta los cocodrilos están siendo perseguidos para ser transformados en zapatos... algo anda mal en el coco humano, demasiado mal...
por último... y dado que como rara avis soy consciente de que estoy en pleno proceso de extinción... quiero decirte que no te confíes con eso de tener o no voz... los sordos de espíritu son incapaces de oir los clamores... y los ciegos de alma, son seres deplorables que viven de sus perversidades, por lo cual no es bueno acudir a ellos... más aún, si puedes o si quieres, sólo confía en tu perro... ése no te va engañar... por la mentira es sólo humana. MARZO 25, 2016.-
escrito desde el exilio...
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