domingo, 24 de abril de 2016

HISTORIAS DE UN SIN TECHO [una historia para un "de vez en cuando"]



el dispensador dice:
- buenos días, ¿qué hace acá?... ¿está perdido?...
- no, por el contrario, estoy encontrado conmigo mismo...
- pero en estos parajes hay pura soledad...
- no crea, de día puede ser, pero de noche esto se llena como cancha de clásico...
- la verdad es que me sorprende encontrar un cristiano en estos parajes solitarios... desérticos...
- a mí también... aunque no sé si el señor será cristiano...
- no importa que soy ni que creo... viajé para conocer este paisaje que venden por internet, pero no sé cómo puede ser que haya gente que le guste esto... aquí no hay nada... viento y pedregullo... nada más...
- ¿de dónde viene usted?... ¿y su familia?...
- de Buenos Aires... a mí me gusta el ruido... y estoy acompañado por mi pareja y por mi ex-pareja porque son amigas, y también por mis hijos, de una y de otra... pero a ellas no les gusta esto porque prefieren Puerto Madero y sus lavaderos, y sobre todo la vida de shoping y de hipermercado y de tarjeta de crédito y de débito y de puntos, más cuando la paga otro... y a los chicos les gusta estar con sus amigos y haciendo nada o jugando a la play, eso sí que les enseña... para mí Buenos Aires es todo, y cada vez que tengo la oportunidad aprovecho y me fugo con mis amigos o con mis amigas... siempre es bueno saberse capaz de huir de los compromisos...
- le entiendo, lo que no entiendo es cómo es que vino a parar aquí... que no viene casi nadie... primero por lo extenso del viaje, luego por lo peligroso de la ruta y de ciertos lugares, y después porque además de no haber nada, es necesario tomar muchos recaudos por las dudas, esos imprevistos que nunca van a suceder hasta que pasan...
- sí, nos habían recomendado Salta como algo hermoso, pero esto me decepciona, prefiero Puerto Madero y las fiestas electrónicas y la joda... me gusta el sexo compartido y más si es multitudinario...
- ah!, entonces es usted un "genio" de estos tiempos... mucho pene y poco seso... ya he conocido varios como usted, la verdad es que por estos lares aparece cada idiota que no se puede creer, pero en fin, es que el mundo anda saturado de imbéciles... encima vienen con vaginas consonantes, viven de la conveniencia pero la idea que enseñan es inconstante... raro este mundo... la amistad esconde el ultraje... 
- ¿lo dice por mí?...
- no qué va... si aquí lo que sobra es gente...
- no me tome el pelo...
- por favor, falta que haría... sucede que es raro ver humanos por estos lados...
- ¿y aquí, a qué se dedica usted, es artesano?...
- no, soy "artenfermo", del coco, ¿sabe?... cuando supe que estaba loco decidí tomar distancia de los dementes que me rodeaban, porque una cosa es ser loco, chiflado, y otra muy distinta es demente de cinismos y mentiras... son todas patologías mentales... pero muy diferentes... los locos suelen darse cuenta de sus alteraciones neuronales, en cambio los dementes del cinismo suelen negar lo evidente... y encima desplegar argumentos apabullantes para colocar culpas en espaldas ajenas, que funcionan a modo de antenas, donde ven una espalda libre enseguida la condenan... 
- en serio, ¿a qué se dedica?... aquí no hay nada para producir...
- cierto, no hay bancos ni de dineros ni de plazas... y todo parece un desierto, pero le aseguro que hay cosas ocultas, imposibles de imaginar...
- ¿por ejemplo?...
- extraterrestres... de los buenos... ellos acompañan mis noches y me han enseñado a ver lo que ningún humano puede ver... entonces he descubierto que cruzando algunos umbrales aparecen sembradíos, huertos, y hasta paisajes distintos... 
- ¿no hay dónde comprar alguna gaseosa o agua mineral?...
- no, aquí los quioscos se los llevó el viento...
- que porquería, mejor nos vamos... gracias por la charla... suerte!...
- suerte ustedes, que son los que deben volver y no saben por dónde...
[minutos después se escucha un violento estampido de entre las montañas... ruido a chapa revuelta y profundos vacíos]... silencio extendido... sonando a nada... a abismo... 
- ¿viste?... la soberbia no es buena consejera... cuando no se escucha y se evita entender... lo que sigue es el estrellamiento... siempre hay una pared que aparece subrepticiamente, en un instante que se hace momento, para luego desaparecer llevándose los destinos sometidos a escarmiento...
- por eso, mejor permanecer aquí, lejos de los humanos... acompañados por la sabiduría del silencio. ABRIL 24, 2016.-
donde faltan escrúpulos... no hay espacio para los sentimientos.


cuando no escuchas a la piedra, lo que te atropella es el viento.
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