“Tendremos que desenterrar los archivos escondidos de la historia de África”
La cineasta egipcia Jihan El Tahri propone recontextualizar el continente a través de películas
Tarifa
Jihan El Tahri, miembro del Jurado Oficial de la 14ª edición del Festival de Cine Africano de Tarifa-Tánger, reflexiona sobre su papel como documentalista acerca del pasado más reciente del continente africano y de su país, Egipto.
Jihan El Tahri. FCAT / RED VAN
Conversar con Jihan El Tahri provoca un desconcierto inevitable. Ante una persona con un camino profesional tan admirable y polifacético es difícil plantear una entrevista con tiempo limitado. Periodista, directora de cine, productora, artista plástica, escritora, El Tahri ha recorrido medio mundo trabajando como corresponsal en medios de prestigio internacional de la talla de Reuters, The Sunday Times o The Washington Post.
Sus películas se convierten en monográficos monumentales que desempolvan y cuestionan el pasado más reciente y ayudan a interpretar un presente falto de respuestas. Al término de cada película la directora egipcia suele anunciar el fin de su carrera cinematográfica, como consecuencia del agotamiento que le produce dedicarse durante varios años a rastrear archivos y datos para esclarecer capítulos de la Historia que han permanecido ocultos hasta el momento. El Tahri destaca además por su gran habilidad y audacia a la hora de servirnos en bandeja de plata fenómenos históricos de cierta complejidad.
Este año ha sido invitada en la 14ª edición del Festival de Cine Africano de Tarifa-Tánger como Jurado Oficial y hemos tenido la oportunidad de conversar con ella para conocer su opinión sobre el estado del cine en Egipto y la libertad de expresión en un país asolado por el extremismo. El Tahri luce siempre una sonrisa de oreja a oreja cuando se encuentra con caras conocidas, aunque mide con precisión cada una de las palabras que pronuncia en un francés exquisito.
¿Qué importancia tiene el hecho de que el Festival de Cine Africano (FCAT) se celebre en dos ciudades como Tarifa y Tánger? Creo que es muy simbólico que el Festival sea en Tarifa, es la última ciudad de Europa frente a África. Y sobre todo este año la mitad del festival se desarrolla en Tarifa y la otra mitad en Tánger. Tarifa está a 14 kilómetros de Marruecos, es un puente a la vez cultural y físico de la proximidad entre África y Europa.
Como Jurado Oficial del FCAT, ¿qué le parece la programación de esta 14ª edición? En mi opinión este año hay un número coherente de películas de África del norte, algo que me crea una gran satisfacción porque reconoce que esta zona forma parte del continente africano y que esta especie de fractura entre el norte y el sur, que es muy visible cuando Occidente mira hacia África y pone el acento sobre esta ruptura, que no siempre es real. Por lo tanto, esta mezcla de películas procedentes de todos los rincones del continente es muy interesante. También a la hora de tratar ciertas temáticas se ha hecho especial hincapié en la estética, algo que es muy importante, porque en nuestros días en cuanto hablamos de películas africanas se habla de la inmigración y no tanto del criterio de elección de las propuestas. Y es importante reconocer que en África se hacen obras para que nos expresemos, para que hablemos de nuestro cotidiano, de nuestras vidas, de quiénes somos, con una estética propia.
Hay toda una generación que reclama un espacio en la escena cinematográfica
¿Cómo ve usted el panorama cinematográfico en Egipto tras la Primavera árabe? Para empezar no me gusta nada la denominación Primavera árabe, llamémoslo revueltas, que han provocado un cambio verdadero, hay una generación de jóvenes cineastas con un discurso muy fuerte, con una estética muy potente, que reclama un espacio muy diferente. Después de los años 80, el cine egipcio se convirtió en un cine comercial y con temáticas muy ombliguistas y temáticas que representan todos los fracasos del sistema. Hay toda una generación que reclama un espacio en la escena cinematográfica, que es una herencia egipcia muy importante, pero con un lenguaje diferente y con un conocimiento estético y técnico muy interesantes y diferentes.
¿Cree que en Egipto hay una democracia real? Para empezar me gustaría saber lo que significa democracia. No es que yo no sea democrática sino que querría saber de qué estamos hablando exactamente. En Egipto la democracia ha sido una especie de lista de la compra en la que había que marcar la casilla correcta para recibir ayuda norteamericana. Para mí eso no es una verdadera democracia. Nunca hemos vivido en democracia. Y ahora mucho menos que antes. Durante la era de Mubarak se me prohibió la entrada en Egipto. Pero había momentos en los que se permitía que la gente hablara, se dejaba abierta una especie de válvula de expresión. En estos momentos no hay ninguna. ¿Quiénes son las personas que están en prisión? No es la gente que salió del antiguo régimen, por el contrario los que están en la cárcel son los jóvenes de Facebook, los blogueros, son ellos los que han acabado entre rejas. En Egipto, como en casi todos los lugares del continente, se intenta decapitar primero a quienes están en medio para que solo se queden los extremos, el extremo derecho y el izquierdo, de esta forma nos quedamos sin mucha elección y permanecemos obedientes. En resumen, no hemos tenido democracia y no la tendremos próximamente.
Cuando hay una falta de ideología, la juventud frustrada busca donde aferrarse
¿Cuál es el peso real de la ideología yihadista en el mundo árabe? En mi opinión el radicalismo es una enfermedad que está por todos sitios a día de hoy. ¿Qué tipo de radicalismo? Esa es otra cuestión. ¿Hay radicalismo islámico en el mundo árabe, en África del norte, en África central o casi por todos lados? Por supuesto que existe. Si tratan de convencerme de que un movimiento como el Estado Islámico podemos definirlo como islámico, ahí me opongo. Islámico quiere decir otras cosas. Cuando alguien se define de esa forma y no hace nada como islámico, es una denominación que no funciona. Creo que cuando gente como el Estado Islámico entra en una mezquita y dispara contra la población, si me dicen que eso es islámico, no estoy nada de acuerdo. Cuando hay una falta de ideología, la juventud frustrada busca donde aferrarse, al igual que en occidente hay tanta gente que se decanta por la extrema derecha, buscan algo, buscan una ideología. Ocurre lo mismo en el caso de la juventud árabe, no hay nada, no hay ideología, no hay perspectivas. Por lo tanto, todos esos radicales que proponen un cambio extremo no miran más allá. Y obviamente ha habido un aumento de adeptos, ¿pero cuál es la respuesta a este interrogante? Es una respuesta basada en la seguridad, desde 2001 sólo hay respuestas de seguridad. ¿Y hemos logrado avanzar en algo? Lo que se necesita es un verdadero cambio en el país. Hemos tratado de conseguirlo. En mi opinión, el yihadismo va a seguir aumentando y quien va a pagar el precio va a ser gente como yo, como usted, musulmanes de verdad, personas tolerantes, moderadas, que practican su religión con total normalidad.
¿Cómo es el proceso de realización de un documental de Jihan El Tahri? Me dan ganas de decir que no elijo los temas que trato, sino que los temas me eligen a mí porque después de cada película me digo que no tengo ganas de hacer más películas. Tardo más de cuatro o cinco años en hacerlas y al final del proceso acabo exhausta, por lo tanto para sentirme convencida necesito que el tema me elija. En todas mis películas hay una trama y me obsesiono en tratar de comprender lo que ocurre hoy en día para que estemos en una situación de desesperación total. En nuestros países, en el momento de la descolonización, había una visión real de futuro, había una verdadera esperanza de cambio, éramos pueblos colonizados con una voluntad real de ser independientes y libres. En todas mis películas cuestiono los motivos de haber llegado a este punto. Personalmente, sigo un proceso liberador de cara a nuestros opresores. Y ese es el punto en común de todas mis obras.
Los faraones del Egipto moderno era una historia sobre el fracaso del estado postcolonial
¿Qué intenciones tenías con tu última película Los faraones del Egipto moderno? Después de haber terminado mi última película Los faraones del Egipto moderno me di cuenta de que era el último capítulo de una trilogía. Antes hice Cuba, una odisea africana, una película que explora el momento histórico de la lucha por la independencia. Mi película de después, sobre Sudáfrica y el Congreso Nacional Africano (CNA), retrataba el momento de la transición y cómo los que estaban a favor de la independencia se enfrentaban en el poder y en lo que se han convertido. Era el instante de despertar del sueño y de encontrarse con que tenían que gobernar. Por otro lado, para mí Los faraones del Egipto moderno era una historia sobre el fracaso del estado postcolonial y, hay que decir las cosas tal y como son, había que reconocer la responsabilidad de nuestros gobernantes de haber creado una infraestructura para la opresión y para perpetuar la dependencia de los pueblos árabes y africanos.
Como comentó que suele ser el tema quien le elige a usted, ¿cuáles son tus próximos proyectos? En mi opinión, quizá sea la única que lo piense, el futuro es para África. Repito las palabras de Thabo Mbeki: “A pesar de todo, en África existen todos los elementos para alcanzar un futuro mejor”. Y lo creo de verdad. Todas mis películas se concentrarán en el cuestionamiento de por qué no se ofrece la posibilidad de emerger, y tal vez tengamos en parte la culpa nosotros. Una de las primeras cosas es parar de romper el continente a través de divisiones coloniales o ligadas a la Guerra Fría. Las conexiones entre África del norte y el Sahel, incluso del sur, existen desde siempre. Y hablando con criterios actuales a nivel económico, seremos los más ricos si trabajamos entre nosotros, utilizando nuestras habilidades y nuestros recursos. Así pues, las películas siempre girarán alrededor de estas cuestiones y de los archivos. Tendremos que desenterrar los archivos escondidos de la historia de África.
Bachir Mohamed Lahsen es periodista investigador en propaganda yihadista. Colabora con el periódico árabe Rai Al Youm y es el responsable de prensa para el mundo árabe del FCAT 2017.
Traducción de la entrevista: Alejandro de los Santos Pérez (afribuku.com)
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