La extravagancia de morir(se) con estilo
El documental 'Paa Joe and the lion' muestra la vida de un artesano y su hijo famosos en Ghana por la construcción de ataúdes de fantasía para los difuntos
Un fotograma del documental 'Paa Joe and the lion'.
Girona
Morirse no es solo un asunto de aseguradoras, sino de Estado. En 1989, el expresidente estadounidense Jimmy Carter visitó su taller y compró dos ataúdes, y en 1998, lo hizo Bill Clinton. Cuentan que incluso en 2009, Barack Obama quiso visitarlo, pero sus funcionarios no pudieron encontrarlo porque la crisis económica provocó que tuviera que desplazar de lugar el taller. Su trabajo se ha expuesto en colecciones de museos del mundo y, sin embargo, la mayoría de las creaciones del ghanés Paa Joe (cuyo verdadero nombre es Joseph Ashong) están a seis metros bajo tierra. El documental Paa Joe and the lion(2016), obra del director británico Benjamin Wigley y la productora Anna Griffin, explora precisamente el arte de hacer de la última despedida a los seres queridos, un acto revestido de pura fantasía. Y el hilo conductor es la muerte de la madre del propio artista a la edad de 107 años.
Joe es el artesano más prolífico de Ghana tras cinco décadas en la industria funeraria produciendo algunos de los diseños más extravagantes del mundo. Sus creaciones incluyen ataúdes en forma de automóviles, mujeres desnudas, botellas de refrescos, paquetes de tabaco o cámaras de fotos… diseños hechos a mano con la ayuda de su hijo Jacob y preparados para una procesión fúnebre que puede durar hasta tres días. Aunque ahora hay una nueva tendencia al alza (y marchosa): las coreografías de los portadores de féretros. La clave es levantar el ánimo a toda costa más allá del eterno RIP. O, visto de otra forma, dónde gastar los últimos céntimos.
Los féretros de fantasía se remontan a la década de 1950 y a la figura del artesano y tío de Joe, Seth Kane Kwei. El trabajo de Kwei consistía en la construcción de transportes de madera que utilizaban los jefes tradicionales para mantenerse elevados durante los festivales. Como se explica en el documental, uno de estos jefes ordenó la realización de una plataforma en forma de vaina de cacao, pero murió antes de que tuviera lugar el festival. ¿Y entonces? Pues la obra fue reutilizada como ataúd. Pero el impulso final que hizo catapultar su carrera tuvo lugar tras la muerte de su esposa. Kwei se puso a trabajar en el diseño de un avión para la despedida de su amada ya que quería cumplir las ambiciones de viajar de su esposa que no había logrado en vida. Sus ataúdes demostraron ser tan populares que Kwei comenzó su propio taller. Sin embargo, en 1964 el maestro se enfrentaría a un aprendiz que llevaría los ataúdes de fantasía de Ghana al escenario mundial, su sobrino Paa.
Paa Joe and the lion tiene una narrativa atractiva y una pregunta que hace cuestionar la forma en la que despedimos a los seres queridos en Europa. Eso sí, con un coste de entre los 1.500 euros en adelante por ataúd, se impone la frase de Paa: “La vida de las personas continúa después de la muerte por lo que es importante que lo hagan con estilo. Cuando llegue mi hora el objeto que me represente será un martillo”. Ya saben, vencer la vida y la muerte para abrazar una oportunidad de negocio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario