Nuevo Lejano Oeste
Joseph Sánchez, honrado a su manera, se cruza desde Gibraltar hasta Marbella con magníficos personajes secundarios imaginados por Jerónimo Andreu en ‘El vientre de la Roca’
Portada de 'En el vientre de la Roca'.
A Joseph Sánchez, investigador de En el vientre de la roca, primera novela de Jerónimo Andreu (Cádiz, 1981), lo echaron de la policía, pero el Chief Minister de Gibraltar, de quien fue jefe de guardaespaldas, no duda en encomendarle una misión confidencial: encontrar a la hija de un alto funcionario del Foreign Office. Se la ha tragado la tierra en La Línea. El padre, quizá futuro miembro del Gobierno británico, no quiere que la policía intervenga. La niña, de 21 años, frecuenta las drogas prohibidas, clase A y clase B. Pero aquí no sólo se trata con drogas: se venden al por mayor millones de datos digitalizados, información sobre cuentas en paraísos fiscales. Los datos, robados de un búnker de Gibraltar, amenazan la reputación de eminencias de la economía y la política internacional.
Joseph Sánchez es grande, luce cazadora y barriga, conserva la pinta de bofia. Abstemio por ser alcohólico, castigado y solo, sufrirá engaños, palizas, una puñalada. Aguanta. Es honrado a su manera, aunque pueda ser venal, siempre por una buena causa, eso sí. Se cruza con magníficos personajes secundarios, desde Gibraltar hasta Marbella, insanamente gordos o mortalmente esqueléticos, maleados por la vida, secretarios de Ayuntamiento travestidos, policías vendidos a los vicios, todos los tipos de la selva callejera, del perista al trapichero más tramposo, lugareños, gitanos, marroquíes, irlandeses y payos. Vivísimos, vistos con ojos de caricaturista, animan el Lejano Oeste peninsular imaginado por Jerónimo Andreu, entre cuatreros de datos informáticos y cazadores de recompensas.
La acción lleva al lector de una página a otra con ganas de seguir el viaje, a pesar de que los insertos biográficos sobre el héroe me recuerden esos pasajes muertos durante los que un videojuego carga el programa. Y veo una contradicción: la intriga se construye en torno a un robo de información digital, pero el héroe, que podría haber conocido la naturaleza de uno de los personajes limitándose a hacer una búsqueda en Google, no siente curiosidades cibernéticas. No importa: a pesar de sus olvidos, Joseph Sánchez es un combustible potente: mueve la acción. Él y el público están pidiendo nuevas aventuras.
En el vientre de la roca. Jerónimo Andreu. Salamandra, 2018. 284 páginas. 17 euros.
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