El gong y el tambor ‘weifeng’ sacuden el cielo
La percusión weifeng se caracteriza por el ritmo, por la potencia sonora del tambor y por el sonido agudo del gong. El número de tambores rojos que forman parte de una actuación oscila entre una decena y centenares. Los músicos forman filas y se colocan en un riguroso orden marcial.
El espectáculo de escuchar el gong y el tambor weifeng (威风锣鼓) nos acerca a un arte folclórico típico de Huozhou (霍州), Hongdong (洪洞) y Linfen (临汾), en la provincia de Shanxi. Está formado por un conjunto de instrumentos de percusión, entre los que destacan el tambor y el gong. La percusión weifeng se caracteriza por el ritmo, por la potencia sonora del tambor y por el sonido agudo del gong. El número de tambores rojos que forman parte de una actuación oscila entre una decena y centenares. Los músicos forman filas y se colocan en un riguroso orden, como si de soldados se tratase, dando una sensación de majestuosidad impresionante y reivindican su propia identidad como “el gong y el tambor weifeng”.
Esta tradición artística y folclórica de reunir a cientos de personas con estos instrumentos de percusión se remonta a la época de los emperadores Yao (尧) y Shun (舜), hace ya más de 4.000 años. Según la leyenda, cada tercer día del tercer mes del calendario lunar, E Huang (娥皇) y Nü Ying (女英), hijas del emperador Yao y esposas de Shun, tenían la costumbre de volver a casa para visitar a sus padres. Para celebrar la visita, la gente de la tribu ofrecía espectáculos con tambores y gongs tanto para darles la bienvenida como para despedirlas. Con el transcurso del tiempo, esta tradición se ha extendido a otras celebraciones como la Fiesta de la Primavera, la Fiesta de los Faroles y a otras ocasiones especiales, como la cosecha o la ofrenda a los dioses. De esta manera, tocar tambores y gongs se ha convertido en una tradición consolidada en el norte de China que suele acompañar casi siempre a las celebraciones.
En el año 620, Li Shimin (李世民), quien se convertiría en emperador de la dinastía Tang, dirigió a sus tropas a Huozhou (霍州) donde estalló la guerra contra el ejército encabezado por los generales de la dinastía Sui, Liu Wuzhou (刘武周) y Yu Chigong (尉迟恭). Durante las batallas, se emplearon tambores y gongs del estilo weifeng con el fin de distribuir los soldados de forma ordenada: los tambores indicaban ataque, mientras que el sonido del gong significaba retirada. Finalmente, Li Shimin ganó la guerra y los instrumentos weifeng, que al principio se utilizaban para las maniobras militares, empezaron a formar parte de la vida cotidiana. Y se convirtieron en un elemento esencial en las ceremonias, eventos y celebraciones folclóricas.
El espectáculo de la percusión integra música y danza, poniendo de manifiesto su weifeng (威风; en chino, wēifēng significa impresionante o imponente). Desde la distribución de tambores y gongs, hasta la forma de tocar, pasando por la selección de los músicos y su vestimenta, cualquier detalle está impregnado de majestuosidad y solemnidad. Muchas melodías clásicas están impregnadas de cultura y de ritmos militares, entre las que destacan Dan Dao Fu Hui (单刀赴会), Er Xian Pan Dao (二仙盘道) o San Ying Zhan Lǚ Bu (三英战吕布). Ataviados con el traje tradicional, cientos de músicos vigorosos actúan apasionadamente, con fuerza y firmeza, contagiando a todo el mundo de su energía y actitud positiva y transmiten el carácter abierto y generoso característico de los hombres de la Meseta de Loess.
En la actualidad, el tambor y el gong weifeng han proliferado en muchos lugares del norte de China con la creación de bandas formadas por docenas, cientos o miles de personas. Estos instrumentos se han convertido en una parte indispensable de las celebraciones locales, recepción de invitados o eventos importantes.
Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.Número 30. Volumen III. Mayo de 2015.
Ver / descargar el número completo en PDF
Ver / descargar el número completo en PDF
No hay comentarios:
Publicar un comentario