Pintura China: Los ocho excéntricos de Yangzhou
Los pintores chinos conocidos como “los ocho excéntricos de Yangzhou” (扬州八怪) representan una corriente artística que a mediados de la dinastía Qing (hacia el siglo XVIII d.C) renegaba de la tradición al poner en valor el individualismo y la búsqueda de un estilo propio. Los temas de sus obras incluyeron por primera vez la vida de la gente común, que representaba la realidad del pueblo y la naturaleza.
A lo largo de la historia, el arte de la pintura y la caligrafía chinas ha producido obras de gran nivel artístico. En su proceso evolutivo, cada dinastía contempló el surgimiento de diferentes corrientes y estilos. Por ejemplo, en el periodo de las dinastías Wei y Jin, la obra póstuma Admoniciones de las institutrices de la corte(女史箴图), del famoso pintor Gu Kaizhi (顾恺之), además de transmitir los valores confucianos de respeto al padre, puso en valor por primera vez el aspecto estético intrínseco de la obra pictórica. Durante las dinastías Sui y Tang, el poderoso desarrollo de la economía y el poder del Estado propició una gran eclosión de las artes palaciegas, lo que se tradujo en un gran número de obras centradas en la suntuosa vida de la corte imperial. Al llegar a la dinastía Song, el arte fijó la mirada en la representación del ideal taoísta de la unión del hombre con la naturaleza. En esta época se desarrolló poderosamente el estilo paisajista conocido como “montañas y ríos”. En la dinastía Qing aparecieron por primera vez pintores que renegaron de la tradición al poner en valor el individualismo y la búsqueda de un estilo propio. De entre ellos, los más conocidos fueron “los ocho excéntricos de Yangzhou” (扬州八怪).
Como su propio nombre indica, fueron un grupo de pintores excéntricos que vivieron en dicha región a mediados de la dinastía Qing. Oficialmente, se considera que este ramillete de artistas estuvo formado por Jin Nong, Zheng Xie, Luo Ping, Li Fangying, Li Shan, Huang Shen, Gao Xiang y Wang Shishen. Sin embargo, hay quien afirma que el número “ocho” es solo una aproximación y habría que incluir a otros pintores como Gao Fenghe, Min Zhen o Bian Shoumin.
Como se ha mencionado, desde el inicio de la pintura palaciega durante las dinastías Sui y Tang, hasta la Ming y principios de la Qing, el estilo de la pintura china fue definiendo una cierta tradición centrada principalmente en torno al arte religioso y la estética de la corte imperial. Al llegar a mediados de la dinastía Qing, este grupo surgido en la región de Yangzhou, con Jin Nong y Zheng Xie como principales representantes, llevó a cabo una ruptura con la tradición. Los temas de sus obras incluyeron por primera vez la vida de la gente común, que representaba la realidad del pueblo, la naturaleza e incluso los aspectos menos “luminosos” de la sociedad de su época. De alguna manera, esta ruptura fue considerada como un ataque contra los intereses de las clases sociales dominantes, razón por la cual fueron atacados y tachados de “horribles excéntricos” dentro del círculo artístico de la época. De ahí el origen de su nombre.
Sin embargo, la gran osadía creativa de este grupo de pintores acabó transmitiéndose a las generaciones posteriores. Maestros del pincel como Qi Baishi, Xu Beihong y otros muchos grandes maestros fueron influidos profundamente por ellos, lo que les llevó a desarrollar estilos personales y propios. Xu Beihong escribió la siguiente dedicatoria sobre la obra Orquídea y bambú de Zheng Xie, también conocido como Zheng Banqiao: “Banqiao es uno de los personajes más sobresalientes de los últimos trescientos años. Sus ideas, escritos y, especialmente, sus pinturas son extraordinarias y únicas. Al contemplarlas, es posible percibir el alto nivel de su pensamiento y su sorprendente capacidad de transmitir profundas ideas y elevados valores. Se trata de un talento excepcional de todos los tiempos”. Para desvelar dónde reside la extrañeza de estos excéntricos de Yangzhou, presentamos a continuación a dos de sus mayores representantes.
Oriundo de Xinghua en la provincia de Jiangsu, Zheng Xie (1693-1765), fue uno de los miembros más famosos de los ocho excéntricos de Yangzhou. Durante el reinado de Kangxi aprobó los exámenes imperiales de nivel de distrito; el duodécimo año del reinado de Yongzheng superó las pruebas de nivel provincial y, finalmente, durante el reinado de Qianlong superó los exámenes estatales convirtiéndose en funcionario imperial. Excepto durante el tiempo en el que ejerció como magistrado en los condados de Fanxian y Weixian, en la provincia de Shandong, siempre vivió en Yangzhou, donde se ganó la vida como pintor. Su obra más representativa es Orquídea, roca y bambú. El motivo principal del lienzo se centra en unas ramas de bambú erguidas, delgadas y altas. A través de la armoniosa gradación de la densidad de la tinta y el dibujo individualizado de cada una de las hojas, Zheng Xie consigue representar con gran precisión y definición la naturaleza y textura del bambú. Además, establece un perfecto equilibrio entre los tres elementos de la pintura: las rocas, el bambú y el texto. La esbeltez y el movimiento de esta planta le permite destacar la solidez y consistencia de la roca. De igual forma, la firmeza de esta contrasta con la flexibilidad y la delicadeza del bambú. Sus pinturas se centran en la representación de escenas naturales, principalmente orquídeas, bambú, rocas, pinos y crisantemos, siendo sus mejores obras las dedicadas al bambú y a las rocas. Zheng Xie dio gran importancia a la variación del estilo y la originalidad artística y se guió por el principio de “no establecer un estilo antes de empezar a pintar para obtener un resultado único”. Su obra sigue siendo un referente en nuestros días.
Otro importante representante del grupo de los ocho excéntricos fue Jin Nong (1687-1763), también conocido como Shoumen y Dongxin. Originario de Hangzhou, en la actual provincia de Zhejiang, vivió gran parte de su vida en Yangzhou. Nunca ejerció como funcionario, si bien acumuló una gran cultura y amplios conocimientos. Su pintura se caracteriza por el empleo de formas simples y singulares con especial atención a la originalidad compositiva. Destacó a la hora de pintar paisajes, pájaros, flores y personajes siendo especialmente famosos sus cuadros de ciruelos, que representó con gran viveza y exuberancia. Entre sus obras destacan Ciruelo en flor y Floración temprana.
Cada uno de los ocho excéntricos de Yangzhou desarrolló un estilo propio y único. No existe una versión unánime sobre dónde reside su supuesta “excentricidad”, sin embargo, todos ellos comparten una serie de características comunes.
En primer lugar, sus vidas estuvieron llenas de altibajos y vicisitudes. Algunos de ellos no ejercieron nunca como funcionarios de la corte y vivieron en la pobreza. Los que trabajaron en palacio acabaron siendo perseguidos y acusados injustamente, lo que les llevó a identificarse con la gente común y rehuir de la clase dirigente. En segundo lugar, su alejamiento de los caminos establecidos. No siguieron las formas tradicionales del arte de su época y desarrollaron estilos propios que dieron lugar a una corriente totalmente nueva. Y, lo más importante, fue su conducta ética y moral. En sus pinturas, la altivez del ciruelo, la firmeza y frialdad de las rocas, la pureza y altas miras del bambú o la fragancia de las orquídeas, se convirtieron en metáforas a través de las cuales plasmaron sus convicciones e inclinaciones personales. En una época de estricta dominación feudal, se atrevieron a desafiar a la autoridad poniendo en valor su individualismo e inconformismo. El famoso coleccionista de arte moderno Deng Tuo (1912-1966) escribió una vez sobre Zheng Xie: “Canta el poema a unos locos de Yangzhou; en el eco de sus versos, sombras de bambú y fragancia de orquídeas”. Quizás sea esta la mejor forma de expresar la naturaleza singular y única de este grupo de pintores.
Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.Número 44. Volumen V. Septiembre de 2017.
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