de pronto, sorprendiendo el silencio de las rocas ancestrales,
sopló el viento...
me pareció escuchar mi nombre.
pregunté a las montañas: ¿quién me llama?...
me respondió el silencio,
me miraron las piedras,
entonces regresó el viento para soplar...
esta vez, tu nombre...
suavemente pregunté: ¿qué deseas?...
una vez más me respondió el silencio,
las piedras distrajeron su reposo reflexivo de sabidurías anidadas,
contemplando azoradas cómo almas trascientes
se evaporavan dejando estelas de tiempos,
borrando huellas de destinos usados...
recorriendo desfiladeros desconocidos,
nunca descubiertos, menos visitados, jamás pensados...
almas que se volvían al más allá buscando ser ideas,
de aires nuevos, menos densos, para regresar por neuronas de mejores tiempos.
quién derramó estas almas, pregunté al viento...
me respondió una roca desde su silencio,
"escucharás la nota, percibirás su aliento,
pero sólo veras humos difundirse en el viento...
eres espectador, del regreso al no tiempo,
estas aquí para aprender cómo se vive el silencio...
lo que está allí delante, apenas es tu espíritu,
sí, el mismo que está volviendo,
dame tu mano, te conduciré a lo eterno"...
en el mundo de las ideas no hay espejos...
solamente recuerdos llenos de afectos.
el dispensador: evaporando almas. Agosto 06, 2009.-
DEDICADO A: los mares de libertad... las arenas de la liberación... los salares de las sabidurías perdidas...
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