domingo, 17 de octubre de 2010

DESEO DECIRTE


Deseo decirte que no importa la estirpe,
deseo decirte que tu nombre no es libre,
deseo decirte que escuchar no es oirte,
deseo decirte que la soledad es triste,
deseo decirte que nacer es irte,
deseo decirte que correr es morirse,
deseo decirte que aprender es reirte,
deseo decirte que la perspectiva te distingue,
deseo decirte que estudiar es elegirte,
deseo decirte que sumar no divide,
deseo decirte que trabajar es redimirte,
deseo decirte que lo que se cultiva no gime,
deseo decirte que crear es sentirte,
deseo decirte que cimentar es echar raíces,
deseo decirte que vivir es pulirte,
deseo decirte que el diamante te elige,
deseo decirte que llorar es nutrirte,
deseo decirte que sonreir es liberarte,
deseo decirte que amar es herirte,
deseo decirte que partir es latirse,
deseo decirte que el afecto no se pide,
deseo decirte que lastimar es destruirte,
deseo decirte que esclavizar es consumirte,
deseo decirte que caminar es instruirte,
deseo decirte que competir es perderte,
deseo decirte que contemplar es subirte,
deseo decirte que el aura no se tiñe,
deseo decirte que observar es pedirte,
deseo decirte que el silencio bendice,
deseo decirte que pronunciar es decirte,
deseo decirte que la música define,
pero deseo decirte que orar es sublime,
que la solidaridad exige,
que la misericordia enaltece,
que la compasión glorifica,
que sin ello, el recuerdo se olvida,
que aquello que se olvida, no exime...
el dispensador: aquello que deseo decirte para que nunca jamás lo olvides. Octubre 17, 2010.-
DEDICADO A: María Eugenia.



EVANGELIO
Lc 18, 1-8
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Jesús enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse: "En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres; y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: 'Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario'. Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: 'Yo no temo a Dios ni me importan los hombres, pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme'". Y el Señor dijo: "Oigan lo que dijo este juez injusto. Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, aunque los haga esperar? Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?".

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