domingo, 31 de octubre de 2010

AL OTRO LADO DEL ALMA


"les digo que he visto la luz,
del otro lado del río,
aquello que nos separa,
es el agua del destino,
si excavas la cubierta de sal,
descubrirás el sonido,
lo que suena es sinfonía,
llamados de puro lino,
las túnicas son blancas,
las alas no guardan frío...,
si entiendes el mensaje,
sabrás de gracias,
jamás padecerás olvidos".


el dispensador dice:
creo que he visto la luz al otro lado del alma,
esperando en aquella orilla,
justo donde reina la calma,
he escuchado ciertas voces,
que indican un camino,
dicen que aquella orilla,
no pertenece a un sólo río,
hablan de confluencias,
de energías que no he visto,
pero todo luce apropiado,
tal cual me lo han contado,
se ven llanuras y praderas,
dicen que allí no va cualquiera,
pero no sé a qué se refieren,
siento sonido de aguas,
de caricias a algunas rocas,
no tengo dudas que por allí corre,
la senda que nos separa...

me hablan de un otro lado,
de un reino de bendiciones,
se me ha pasado la vida,
regalando corazones,
suficientes sensaciones,
como para iluminar los destinos,
algunos no han entendido,
el mensaje en su sentido,
me han dado vuelta la cara,
otros me han mentido,
tampoco ha faltado quien,
sintiéndose ofendido,
se ha burlado del mensaje,
me han empujado al abismo,
tampoco lo ha sorprendido,
cuando al caer allí mismo,
he desplegado mis alas,
recibiendo por gracia,
un nuevo destino...

llegando está el sacrificio,
se habla de horas sencillas,
pero según he conocido,
justo en aquella orilla,
no hay ningún tiempo escondido,
allí moran espíritus,
rodeados por sus bondades,
por aquí quedan maldades,
propias de los mezquinos,
que se apoderan de voluntades,
esperanzas y algunos vinos,
no escatiman esfuerzos,
cuando se trata de desatinos,
por eso no atiendo sus llamados,
prefiero mis soledades,
cuando ando en la montaña,
el otro lado es destino,
y no suelo disimularlo,
las apachetas que me rodean,
contienen piedras y sonidos,
las primeras me brindan fuerzas,
los segundos mis vestidos,
aquel que se envuelve en música,
no sólo sabe de espíritus...

por Teotihuacán he pasado,
Tikal me ha llamado,
pero hay muchos otros lados,
donde esas voces he escuchado,
y siempre las he atendido,
tal como han pretendido,
porque aquello que se te ofrece,
sin siquiera haberlo pedido,
además de una bendición,
nunca es tiempo perdido,
allí he encontrado los dones,
que a otros han molestado,
de allí que ando sin mochila,
lo que sobra lo he tirado,
me alcanza con las manos,
para hurgar en los bolsillos,
aún sabiendo que están vacíos,
justo cuando lo necesito,
siempre aparece el legado,
estos que hablan en el otro lado,
saben qué es ser humano,
si pierdas la densidad,
si amas lo concedido,
el vínculo se torna eterno,
tanto que no ha existido...

así es que en este instante,
que miro la otra orilla,
estoy divisando un horizonte,
tan cercano como mío,
muchas cosas vienen a mi mente,
ninguna de ellas es hiriente,
abriéndose esta ventana,
apropiando la mirada,
no quieran saber la paz,
que reina en este costado,
por allí veo a mi madre,
aquella que ya se ha ido,
aquí no importan los roles,
todos somos lo mismo,
sí importa lo dicho,
para nada lo que has traído,
aquí nadie tiene hambre,
es algo que se ha perdido,
por eso he dejado mis remos,
al otro lado del río...

aquí llegan otros ancestros,
amados, desconocidos,
los recuerdos que he dejado,
aquellos que he abandonado,
hasta aquí me han seguido,
pero al verme tocar la orilla,
para el otro lado han huido,
les espanta lo que ofrece,
el otro lado del destino,
aquello que no han querido,
es vivir en el paraíso.
el dispensador: vivir en el paraíso. Octubre 31, 2010.-
DEDICADO A: a los del otro lado... ¿del río?

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