La palabra que se transforma en poesía
Domingo 22 de Mayo de 2011 | Por Roberto Espinosa
La poesía tal vez sea esa voz que se agita entre los ojos del corazón, del alma. Cada verso o poema quizás sean una hoja, una astilla, una rama de vida. La poesía bucea en la profundidad y sale a la luz como una mano abierta de palabras. La tucumana Mónica Cazón (1968) ha editado Vida rentada, su primer libro. Antes había hecho sentir su voz en diarios, revistas literarias, y en antologías locales, de Salta y Santa Fe, como poeta y microrrelatista.
Sus poemas recorren su mundo interior, sacuden los asuntos que la preocupan como mujer, parada a veces frente a lo inevitable: la soledad, la muerte, el dolor, el amor, el desencuentro, su condición femenina. Cazón habla desde las entrañas, reflexiona, cuestiona, se contesta. "Darse vuelta no es cosa sencilla / es saldar las deudas con el pasado, / el intento escandaloso y su agonía", dice en Mirar, por ejemplo. Con frecuencia recurre a la ironía: "¿Cómo se hace para morir antes que te maten? / antes que tasquen sus frenos los caballos / y la oferta del día en ese súper cosmopolita / sea tu futuro", escribe en 2040. La esperanza se cuela en 2020: "Y a pesar de todo, / sé que quiero morir para resucitar / en cualquier calle de cualquier domingo. / No seguiremos suponiendo / y no hará falta que lloremos / para que en ese espacio de arena / crezca una flor".
En su discurso poético hay imágenes logradas como "su vestido le aniquila las décadas"; "y escucha el ruido precolombino mezclarse con el llanto de la tortura"; "una avalancha de tardes de domingo ciñen su cintura en ruina", "es una hermosa mujer que ha rescindido su contrato con las golondrinas".
En esta Vida rentada, Cazón abre las ventanas de su mundo y entrega su palabra hecha poesía. © LA GACETA
La palabra que se transforma en poesía - La Gaceta
el dispensador dice: así como hay palabras que no dicen nada, así también las hay que contienen mucho, conllevan expresiones imponderables de íntimos sentimientos que revelan la calidad de una persona, aquello que trasunta su alma, sin necesidad de mirarla a los ojos. Si las lees te impregnas de mensajes que pueden dar vuelta tu eje de pensamiento, la declinación que haces de él, la forma en que lo rotas alrededor de ti mismo, cómo lo amaneces y cómo lo adormeces... si las escuchas puedes verte atravesado por reflexiones que superan tu imaginación nutriendo la calidad humana que describe tu fibra. Sea como sea, prosa y poesía, poesía y prosa revelan el estado esférico del espíritu y el ideario que lo alimenta, dando una imagen mucho más reveladora que la del espejo, ya que allí no aparece un rostro ni tampoco un cuerpo, no hay nada denso... se ven destellos de eternidad que forman parte del ser que no puede ser visto mediante ojos, miradas... y allí reside una esencia, una esencia que siempre va más allá de la palabra, sea en prosa, sea en poesía... cuando lo es en esta última, el sentido eleva al alma portadora y se transmite a la receptora, promoviendo nuevas fuentes que esferizan el contorno, creando horizontes, generando fuentes, dando lugar a nuevos amaneceres, mejores atardeceres, paisajes que enseñan lo mejor de cada quién. Trovadores de silencios leídos, relatos del "profundo" que conjuga vida con tiempo, éste con espacio, legado con herencia, abriendo ventanas que iluminan algunas huellas y acompañan otras sombras, estableciendo puentes que no se pueden ver pero que sí se pueden sentir, justo cuando el abismo aparecía condicionando las circunstancias que cada destino carga en su relato. Cuando hallas la rima, ya es tarde para el verso... la estrofa marca el reverso oculto de las cosas que cada uno se pierde cuando está ocupado en descubrir qué le depara su propia rutina, condicionada por el otro y la suma de los otros... palmo a palmo se revela el alma en el verso, cuando desempolvas el alma, finalmente sumas calma y te sitúas fuera de ti mismo, viendo que aquel abismo no era otra cosa que un incidente paradójico entre aquello pensado y lo otro vivido. El tiempo no guarda distancias, apenas dobleces sin rayas... no hay rosa sin verso, no hay pluma sin regreso. Mayo 22, 2011.-
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